Mientras más tarde comemos en el día, más hambre tenemos, afirma un estudio

La investigación demostró que quienes tienen un descontrol en sus horarios de alimentación, aumentan un deseo por los alimentos ricos en almidón y salados y la carne

Mientras más tarde comemos en el día, más hambre tenemos, afirma un estudio

Comer cuatro horas más tarde hace una diferencia significativa en nuestros niveles de hambre. Crédito: Michael O'Keene | Shutterstock

Cada vez se realizan más estudios que permitan comprobar las creencias que tienen las personas sobre temas de salud y esta vez, una nueva investigación evaluó por qué comer más tarde no es bueno para nuestra cintura

Para ello compararon a personas que comieron los mismos alimentos, pero en diferentes momentos del día.

La primera autora, Nina Vujović, investigadora de la división de trastornos del sueño y circadianos en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, comentó que apenas unas horas entre un alimento y otro puede marcar la diferencia.

“Descubrimos que comer cuatro horas más tarde hace una diferencia significativa en nuestros niveles de hambre, la forma en que quemamos calorías después de comer y la forma en que almacenamos grasa”, aseguró Vujović.

Aumento de hambre afecta las hormonas

El estudio publicado el martes en la revista Cell Metabolism, respalda el concepto de que el ritmo circadiano, que influye en funciones fisiológicas clave como la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, afecta la forma en que nuestros cuerpos absorben combustible.

De hecho, comer más tarde también está asociado con un aumento del hambre que afecta las hormonas y también cambia la expresión génica, especialmente en términos del metabolismo de las grasas.

Así lo afirmó el Dr. Bhanu Prakash Kolla, profesor. de psiquiatría y psicología en la Facultad de Medicina de Mayo Clinic y consultor del Centro de Medicina del Sueño y la División de Medicina de Adicciones de Mayo.

En el experimento, explican los autores, participaron apenas 16 personas con sobrepeso u obesas, pero se planeó cuidadosamente para eliminar otras posibles causas del aumento de peso.

Según el autor principal Frank Scheer, director del Programa de Cronobiología Médica en la División de Trastornos Circadianos y del Sueño de Brigham, la investigación incluyó el control estricto de la cantidad, la composición y el horario de las comidas, la actividad física, el sueño, la temperatura ambiente y la exposición a la luz.

Además, otro aspecto a destacar, es que todos los participantes gozaban de buena salud, sin antecedentes de diabetes ni trabajo por turnos, lo que puede afectar el ritmo circadiano, y tenían actividad física regular.

Los resultados mostraron que los retortijones de hambre se duplicaron para aquellos que seguían un régimen de comidas nocturnas. Las personas que comían más tarde en el día también reportaron un deseo por los alimentos ricos en almidón y salados, la carne y, en menor medida, un deseo por los productos lácteos y las verduras.

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