Asesina de niña de 12 años descuartizada en París narra crimen y confiesa que hasta bebió su sangre
Francia quedó impactada con el asesinato de una colegiala de 12 años, cuyo cuerpo fue encontrado en una caja en el patio de su edificio, con signos de tortura y con números rojos escrtos en su cuerpo
Las imágenes de una cámara de seguridad mostraron a una colegiala de 12 años, Lola, entrando a su edificio de apartamentos en el noreste de París el pasado viernes; tiempo después, su cuerpo fue descubierto abandonado destazado en una caja de plástico al pie del edificio.
El asesinato conmocionó a Francia y desató un torrente de comentarios principalmente contra la política de inmigración después de que un ciudadano extranjero al que se le había ordenado abandonar el país fuera arrestado y acusado del atroz acto.
Después de que Lola no regresara de la escuela al apartamento de la familia, su madre, Delphine Daviet, denunció la desaparición de su hija a la policía el viernes por la tarde y pidió ayuda para encontrarla.
Una mujer de 24 años, inmigrante ilegal argelina, es la principal sospechosa del asesinato de Lola Daviet, la niña de 12 años que apareció en una maleta en París el pasado viernes. Dhabia B., acusada de “asesinato” y “violación de menor con actos de tortura y barbarie”, declaró ante el juzgado de instrucción que investiga el caso.
Según citan medios en Francia, la mujer admitió los abusos sexuales, “La agarré del pelo, le metí la cabeza entre las piernas (…), tuve un orgasmo”, afirmó en su declaración. Posteriormente, según su relato, le tapó la cara, probablemente provocándole la muerte por asfixia.
En una declaración que dejó a los investigadores estupefactos, Dhabia B. aseguró que se tomó un café y luego escuchó música, antes de seccionar el cuerpo de la niña con unas tijeras o un cuchillo hasta el punto de que la cabeza apareció casi desprendida del tronco. Agrega, además, que bebió la sangre de la víctima después de ponerla en una botella, objeto que los investigadores aún no encontraron.
La descripción encaja con las pruebas encontradas en la autopsia. Sin embargo, tras el relato detallado de los hechos, la sospechosa se retractó de su declaración y aseguró que había contado un sueño y no la realidad.
La autopsia de Lola reveló que murió de un fallo cardiorrespiratorio con signos de asfixia y compresión cervical, según el comunicado. Tenía otras múltiples lesiones, “sobre todo en la cara, la espalda y con grandes cortes en el cuello, que no influyeron en su muerte según las conclusiones del forense sobre la causa de la misma”, dice el comunicado de la policía. No había signos de lesiones por traumatismo sexual.
Además de la principal sospechosa, también está imputado un hombre de 43 años por “ocultamiento de cadáver”, según la fuente judicial.
Sospechoso de haber alojado y transportado al sospechoso y de haber ayudado a transportar el cuerpo, fue puesto bajo vigilancia judicial, “no siendo posible la prisión preventiva por la sanción incurrida”.
El caso se ha sumado al estado de ánimo sombrío en Francia en torno al segundo aniversario del asesinato del maestro de escuela francés Samuel Paty, quien fue decapitado después de mostrar a sus alumnos caricaturas del profeta Mahoma.
Mientras la Policía sigue barajando todas las teorías que rondan el asesinato de la niña de 12 años, cada vez son más las pistas que arrojan las investigaciones. Entre otras cosas, la atención de las autoridades francesas está fija en un misterioso descubrimiento: unos números inscritos en el cadáver de la menor asesinada.
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