“Es la única opción para mantener a salvo a mi pareja”: el aumento de las vasectomías en EE.UU. tras la eliminación del derecho constitucional al aborto
A raíz de la decisión de la Corte Suprema de EE.UU. de revocar el fallo Roe vs Wade, muchos hombres han tomado la decisión de responsabilizarse de su salud sexual y reproductiva, pero ¿será un cambio sostenible?
El próximo enero, Lyon Lenk visitará la oficina de su urólogo en la ciudad de Kansas, en el estado de Misuri, para hacerse una vasectomía.
Es una operación simple y ambulatoria, que se reduce a que un cirujano corta el conducto deferente, el lugar por donde se transporta el semen, para evitar que este sea expulsado.
Lenk tiene 35 años, vive con su pareja y ambos habían ya tomado la decisión de no tener más hijos. Sin embargo, después de que la Corte Suprema de EE.UU. revirtiera en junio el fallo conocido como Roe versus Wade que garantizaba el derecho constitucional al aborto desde 1973 en el país, él decidió hacerse la vasectomía.
“Creo que, como mucha gente en mi situación, esto es algo sobre lo que probablemente estábamos indecisos antes de que Roe vs. Wade fuera anulado”, explica Lenk.
“Pero es la única opción para mantener a salvo a mi pareja en este momento, porque vivo en Misuri. Y Misuri tenía una de las ‘leyes de activación’ [para imponer distintas restricciones en torno al aborto] que entró en vigor justo cuando el fallo fue anulado. Se volvió aterrador y muy real a la vez”, agrega.
Cada vez más hombres jóvenes están buscando la forma de acceder a una vasectomía. Aunque es una tendencia que ha sido observada de modo informal en muchos países, ha tenido un particular aumento en EE.UU. después de la decisión de la Corte Suprema sobre Roe vs. Wade, el 24 de junio de 2022.
Por ejemplo, desde entonces las palabras más buscadas en Estados Unidos a través de Google han sido “Roe”, “aborto” y “vasectomía”. Y ha sido así especialmente en los estados que tenían lo que se conoce como “leyes de activación”, que establecían que una vez se anulara Roe vs. Wade la penalización del aborto se activaría de manera casi inmediata.
Un reporte del Centro de Investigación Innerbody mostró que las búsquedas sobre “cómo puedo hacerme una vasectomía” aumentaron cerca de un 850% los días que siguieron a la decisión, especialmente en estados de tinte conservador como Florida y Texas.
Un consultorio médico en Florida le dijo a la cadena CBS que el número de hombres sin hijos que se someten a una vasectomía se ha duplicado.
Estos números van en sentido contrario a las tendencias habituales. La responsabilidad del control de los métodos anticonceptivos ha recaído, de forma desproporcionada, en las mujeres.
La ligadura de trompas, las pastillas anticonceptivas, los dispositivos intrauterinos y otras opciones para las mujeres siguen siendo los métodos de control más comunes en EE.UU., pero el reciente interés en las vasectomías a raíz de la decisión de la Corte Suprema puede ser un factor de cambio en sentido de que los hombres tomen mayor responsabilidad en los temas reproductivos.
El miedo es un factor real
En muchos países, la vasectomía ha sido una práctica limitada en ciertos sectores de la sociedad. Las tasas son especialmente bajas en países en desarrollo, donde los índices apenas llegan al 2%.
Pero en países como Canadá y Reino Unido, esa prevalencia llega casi al 21%. En EE.UU., el porcentaje de hombres que se la practica es de 10.8%.
Si bien las vasectomías en EE.UU. se redujeron considerablemente en hombres de entre 18 y 45 años entre 2002 y 2017, estudios sugieren que hubo algunas subidas, especialmente durante la recesión económica que sacudió al país entre 2007 y 2009.
“En esos dos años se notó un aumento del 34% en las solicitudes de vasectomías. Muchos de esos casos tenían alguna relación con el alto nivel de desempleo que se vivía por entonces”, se puede leer en una investigación hecha por la Universidad de Stanford.
Pero las condiciones económicas no son el único factor.
Otras razones están asociadas con el temor: a la sobrepoblación y a la crisis climática.
En Australia, donde los índices de vasectomía son altos comparados con los de otros países en desarrollo, los médicos también han reportado un aumento en hombres menores de 30 años que buscan someterse al procedimiento.
Entre 2020 y 2021, “se ha notado un incremento del 20% en el número de hombres menores de 30 años, sin hijos”, le explicó un médico a la cadena SBS News de Australia.
También se han conocido historias incluso en países como China, donde la esterilización todavía es un tema tabú.
En Estados Unidos, señala el profesor Alexander Pastuszak, de la Universidad de Utah, la razón más frecuente que expresan quienes solicitan una vasectomía es “mi esposa me lo pidió”.
Sin embargo, la decisión tomada por la Corte Suprema, añade Pastuszak, indica que los hombres están tomando un rol más activo en las opciones reproductivas ahora que las de las mujeres se han visto limitadas.
“Particularmente en los estados donde las leyes contra el aborto realmente se han restablecido, mis colegas han visto un aumento en la cantidad de hombres que acuden a solicitar una vasectomía”, aclara el profesor.
El profesor de medicina sexual y reproductiva de la Universidad de Yale Stanton Honig también cree que el clima político es un factor en el incremento de las vasectomías.
“Vimos un aumento inicial en las peticiones con la revocación de Roe vs. Wade”, señala.
“Muchos urólogos ahora tienen una lista de espera de meses para hacerlas”, agrega.
Y la mayoría de estas solicitudes se concentran en los llamados “estados rojos” como Wisconsin o Kansas.
“Tengo un amigo en Kansas que me dijo que esto ha seguido aumentando. Lo mismo ocurre en Wisconsin. Creo que todavía hay miedo, ese es un factor real. No creo que sea algo en lo que la gente no estaba pensando antes, pero al hablar con los pacientes queda claro que la decisión de la Corte Suprema los llevó al límite”, declara.
Por ejemplo, Keith Laue, que vive en Austin, Texas, y tiene 23 años, señala que él se sometió a una vasectomía porque cree firmemente que las mujeres no deben llevar todo el peso de los métodos anticonceptivos en una pareja.
“Texas ha sido menos que amable con los derechos reproductivos de las mujeres, por decirlo de alguna manera”, subraya.
Laue y su pareja tienen una niña de 3 años y están seguros de que no quieren más hijos. Después de una conversación en la que ella le relató su amarga experiencia con las pastillas anticonceptivas, Laue pensó que él era quien debía tomar la responsabilidad por la prevención del embarazo dentro de la pareja.
Laue tomó la decisión el año pasado, después de que Texas aprobara el “proyecto de ley de latidos del corazón” que prohíbe el aborto después de seis semanas.
“Cambié varias veces la fecha de la cita, pero cuando se filtró la decisión de Roe, pensé: ‘tengo que hacer esto ahora’. Fue entonces cuando programé mi intervención”, relata.
Honig sugiere que el temor de que otras formas de control de la natalidad puedan estar en jaque por nuevas decisiones en torno a la legislación de derechos reproductivos podría estar alimentando la demanda de vasectomías en EE.UU.
“Ya sabes, es como una bola de nieve”, dice Honig.
“Especialmente en estados como Ohio, Indiana, Misuri -donde una vez que se anuló Roe vs. Wade volvieron a considerar que el aborto no era legal- muchas personas tienen temor de que tal vez pronto no puedan tener acceso a ningún método de planificación familiar”.
“Esa eventualidad se me pasó por la cabeza de inmediato”, anota Lenk.
Explica que fue, en parte, lo que lo motivó a programar una vasectomía mientras aún podía.
Y evitar a su compañera la incomodidad de estas opciones fue otro factor motivador, señala el joven.
“A ella le hacen mucho daño las pastillas anticonceptivas. Le provocan muchos efectos secundarios, pero aun así las toma. Además, los dispositivos intrauterinos (DIU) tampoco le resultan ideales”.
¿Cambio significativo o fenómeno a corto plazo?
A pesar de las aparentes ventajas del procedimiento, la cantidad de hombres que se someten a vasectomías ha sido tradicionalmente baja en EE.UU., en gran parte debido a la idea tácitamente aceptada de que la anticoncepción es responsabilidad de las mujeres, dice Krystale Littlejohn, profesora de Sociología en la Universidad de Oregón.
Ella advierte que incluso este aumento reciente debe ponerse en contexto.
“La carga ha recaído en gran medida sobre las mujeres y las personas que quedan embarazadas durante décadas”, dice Littlejohn.
“Y, aun así, al menos una de cada cuatro mujeres en edad reproductiva en EE.UU. se someterá a una ligadura de trompas. Compare ese 25% con la baja tasa de vasectomías. Vemos estas subidas, pero ¿cómo leerlas cuando el número era tan bajo en primer lugar?”, plantea.
Sin embargo, el aumento en las vasectomías tras la anulación de Roe vs. Wade es notable, anota Littlejohn.
Algunos hombres están dando un paso al frente, ya sea por preocupación por sus parejas, por miedo a tener hijos que no quieren, o como una declaración política contra la restricción del aborto… o bien como una combinación de los tres. Pero existe la posibilidad de que sea más una tendencia reactiva a corto plazo que un cambio sostenido en el tiempo.
“Creo que es maravilloso que lo estén haciendo. Creo que contribuirá a que las cosas mejoren un poco para las mujeres y las personas que quedan embarazadas, pero no creo que sea el cambio radical en la responsabilidad que creen ver algunos observadores”, señala la académica.
Y agrega: “A veces, como con muchas otras cosas que suceden en torno a las crisis en nuestra sociedad, puede aumentar el interés tan pronto como sucede algo. Pero tiene que sostenerse para que podamos ver un cambio real”.
Pastuszak, por otro lado, ve el aumento reciente en las vasectomías como algo más que un relámpago pasajero.
“La decisión de la Corte Suprema fue realmente un momento decisivo. Sospecho que va a haber un aumento en los próximos años, mientras se mantenga la legislación tal como está”, dice.
La decisión de la máxima instancia judicial estadounidense ha obligado a algunas personas a examinar las posibles ramificaciones de los embarazos no deseados para las mujeres, especialmente en los estados más conservadores y donde la derecha prima en la política.
En un país post-Roe vs. Wade, algunos congresistas están pidiendo legislación que impida que las mujeres viajen a otros estados para abortar legalmente.
Eso significa que las mujeres podrían ser acusadas de un delito por tener un aborto legal en otro estado, arriesgarían su salud si lo tienen ilegalmente o se verían obligadas a continuar con un embarazo no deseado.
La amenaza de esas consecuencias es lo que llevó a Laue a someterse al procedimiento, un acto que él ve, al menos en parte, como una declaración política.
“Después de la anulación de Roe vs. Wade, tengo mucha más confianza que nunca en esta decisión. Creo que, como hombres, es hora de que comencemos a apoyar a las mujeres y a aportar nuestra parte al control de la natalidad“, señala Laue.
Si bien el suyo es un mensaje positivo y útil, Littlejohn dice que un cambio social real requerirá una línea de pensamiento diferente.
“Mientras veamos esto como algo que los hombres están haciendo para ‘dar una mano a sus parejas’ y ser nobles, se perpetúa la narrativa de que las mujeres son la parte responsable por defecto de la anticoncepción”, anota.
Y señala que, para ver un verdadero cambio sistémico, el pensamiento debe ser, simplemente, “los hombres tienen un papel en la prevención del embarazo”.
“Lo que estamos viendo ahora es que los hombres asumen la responsabilidad porque existe una amenaza para el acceso al aborto y los métodos anticonceptivos para sus parejas. Pero si queremos ver un cambio real, entonces tenemos que centrarnos en promover la idea de que, independientemente de lo que suceda con el control de la natalidad para las mujeres, los hombres tienen una responsabilidad que tomar”.
Pastuszak espera que el aumento en las vasectomías se traduzca en un mayor interés en los métodos anticonceptivos, algo que impulsará la investigación sobre las opciones hormonales y no hormonales para hombres.
“Lo que estamos viendo es una gran demanda, especialmente entre los hombres más jóvenes, de opciones anticonceptivas”, apunta.
“Eso no significa opciones permanentes. Significa que más hombres están interesados en explorar y participar potencialmente en enfoques anticonceptivos. Ese es el tipo de cosas que creo que veremos en los próximos cinco a diez años. Y eso realmente dará la libertad reproductiva que los hombres, los jóvenes especialmente, están buscando”.
Tanto Laue como Lenk dicen que programar el procedimiento fue una experiencia sencilla.
Ambos recibieron información sobre el hecho de que las vasectomías se consideran permanentes. Si bien la reversión es posible, reduce la tasa de embarazos exitosos en el futuro.
“Las únicas preguntas que hizo mi médico fueron sobre la seriedad de la decisión”, dice Laue.
El urólogo le preguntó si tenía hijos.
“Me dijo, ‘¿quieres tener más?’ Cuando dije que no, se acabó todo su interrogatorio sobre ese tema”.
Para Lenk, hacerse la vasectomía es tanto una manera de protegerse a sí mismo y a su pareja como un modo de simplemente asumir la responsabilidad de sus propias conductas sexuales.
“Me tomó mucho más tiempo pensarlo y conversarlo con mi pareja de lo que tal vez esperaba inicialmente, pero todo ha valido la pena. Mi pareja y yo nos hemos acercado más y recibo mucho apoyo de mi familia y amigos“, aclara.
Lenk espera que más hombres empiecen a pensar en su papel en el proceso reproductivo.
“Siento que hace dos décadas estábamos hablando sobre el control masculino de la natalidad, he estado esperando desde entonces y eso nunca sucedió”, aclara.
“Ahora nos quedamos con esta solución quirúrgica imperfecta, pero es lo que necesito hacer”.
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