Qué se sabe sobre el incidente con un misil en Polonia y por qué los líderes mundiales pidieron “la máxima cautela”

Un error en los sistemas de defensa aérea ucranianos podría ser el causante de la explosión que mató a dos personas en Polonia, según los indicios de la OTAN.

Polonia asegura que no hay pruebas de que la explosión con un misil en su territorio fuera un ataque intencionado

Imagen del lugar del impacto en Polonia. Crédito: REUTERS | copyright

La explosión que el martes mató a dos personas en Polonia cerca de la frontera con Ucrania no fue un “ataque deliberado”, y no hay indicios de que Rusia planee atacar el territorio de la OTAN, según ha dicho el secretario general de la alianza atlántica.

El incidente fue, posiblemente, uno de los momentos más tensos para la OTAN desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.

Una investigación está en marcha para esclarecer los hechos, pero el organismo considera que es “probable” que el incidente fuera causado por las defensas antiaéreas ucranianas, ha explicado Jens Stoltenberg.

Polonia, que en un principio había dicho que se trataba de un misil de “fabricación rusa”, también asegura ahora que los indicios apuntan a los sistemas de defensa ucranianos, según ha confirmado su presidente, Andrzej Duda.

Polonia es miembro de la OTAN y, en caso de ser atacada, debe ser defendida por los países de la organización, lo que elevaría el conflicto a una escala completamente diferente.

Gráfico de la zona donde se produjo la explosión en Polonia.

BBC

En el momento de la explosión, Ucrania estaba siendo objeto de la ola de bombardeos rusos más intensa desde que se iniciara el conflicto, en el que se lanzaron más de 100 misiles contra objetivos civiles e infraestructuras de distintos puntos del país.

Ahora se cree que sus sistemas de defensa para interceptar los misiles rusos pudiera haber errado el curso.

La OTAN y su secretario general no consideran, sin embargo, que Ucrania sea responsable de intentar defenderse, y han intentado rebajar la tensión.

Rusia tiene la responsabilidad final al mantener su guerra ilegal contra Ucrania”, ha acusado Stoltenberg.

La explosión tuvo lugar en una granja de la población polaca de Przewodów. Inmediatamente después, las autoridades polacas llamaron a consultas al embajador ruso en Polonia para “dar explicaciones inmediatas detalladas” de lo ocurrido.

Jens Stoltenberg.

EPA
Jens Stoltenberg.

Desde el principio, sin embargo, la OTAN y el gobierno polaco evitaron culpar a Rusia de la explosión. Ambos se refirieron a lo sucedido como un “incidente trágico”, y líderes mundiales como los presidentes de EE.UU., Francia o el primer ministro británico pidieron “la máxima cautela”.

El propio primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, instó a la gente a mantener la calma en la noche el martes.

“Hago un llamado a todos los polacos para que mantengan la calma ante esta tragedia… Debemos actuar con moderación y precaución”, dijo Morawiecki después de la reunión de urgencia que mantuvo el Consejo Nacional de Seguridad polaco para analizar la situación.

Ucrania, sin embargo, se apresuró a responsabilizar a Moscú del ataque, pidiendo la implicación de la OTAN en el conflicto.

Los temores

Los embajadores de la Alianza Atlántica fueron convocados de urgencia para analizar lo sucedido, ante el peligro de que un ataque en territorio OTAN pudiera expandir el conflicto.

“Uno de los miedos más persistentes desde que se iniciara la guerra el pasado mes de febrero ha sido precisamente la posibilidad de que el conflicto aumentara drásticamente su alcance“, analiza Matthew Sussex, del Centro de Estudios Estratégicos y de Defensa de la Universidad Nacional Australiana.

Esos miedos son legítimos, asegura en un artículo de “The Conversation”, “especialmente dada la retórica belicosa y la política arriesgada que emana del Kremlin”.

Sussex opina que, aunque las preocupaciones sobre una posible escalada nuclear han dominado los titulares, “el camino más seguro hacia una guerra más grande sería un ataque, involuntario o no, contra un Estado de la OTAN. Si los miembros de la OTAN se involucraran, eso provocaría lo que los propagandistas del Kremlin han estado diciendo durante meses: un enfrentamiento existencial entre Rusia y el oeste europeo.

Pero la cautela se ha impuesto.

El presidente polaco, Andrzej Duda, ha señalado este miércoles que no hay indicios de que el misil que impactó en la granja fuera un ataque intencionado sobre Polonia, y que era “muy probable” que fuera causado por las defensas antiaéreas ucranianas. Se trata, ha dicho en una rueda de prensa, de un “desafortunado incidente”.

En ningún momento, según ha confirmado el secretario general de la OTAN, Polonia ha invocado el artículo 4 del tratado de la alianza, que los miembros pueden usar si consideran que su seguridad está amenazada.

Ucrania negó el martes la responsabilidad del incidente, pero ha pedido “acceso inmediato al lugar de la explosión” y poder llevar a cabo una “investigación conjunta” sobre el incidente, según ha dicho el jefe del Consejo NAcional de seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksyi Danilov en Twitter.

El primero en pedir cautela fue el presidente estadounidense, Joe Biden, que el mismo martes aseguró que “era poco probable que, debido a la trayectoria, fuera disparado desde Rusia”, dijo a los periodistas desde Bali, donde se celebraba la cumbre del G-20.

Rusia, que desde el principio ha negado la autoría del ataque, alabó las palabras de Biden.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, también indicó que era importante “establecer los hechos”, pero aseguró que “nada de esto habría ocurrido sin la invasión rusa de Ucrania”, y acusó al presidente ruso Vladimir Putin de lanzar ataques indiscriminados contra civiles.


El incidente de Polonia: lecciones aprendidas

Análisis de Frank Gardner, corresponsal de Seguridad de la BBC

Del ataque con misiles del martes en suelo polaco y sus consecuencias se desprenden varias lecciones.La primera y más obvia es que es mejor no sacar conclusiones antes de que se establezcan los hechos. Tanto Polonia como Estados Unidos se han ganado elogios por su reacción prudente y sus declaraciones veraces.El gobierno ucraniano, por el contrario, dio a Moscú una especie de victoria en el campo de las relaciones públicas al afirmar prematuramente que debía tratarse de un misil ruso, cuando la OTAN cree que no lo era. Un error fácil de cometer para un país que está bajo un bombardeo de más de 90 misiles ese día, pero un error embarazoso para Kiev.La segunda es que si esta guerra va a prolongarse hasta 2023 y Rusia mantiene la capacidad de disparar misiles de largo alcance hacia el extremo occidental de Ucrania, es muy posible que esto vuelva a ocurrir. La OTAN debe estar preparada para ello.En tercer lugar, a medida que se agotan las existencias de municiones de alta precisión, es probable que se desplieguen cada vez más armas rudimentarias, con el consiguiente riesgo de que fallen su objetivo.


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