Por qué el autopago se extiende cada vez más entre las grandes cadenas minoristas en EE.UU.

El servicio de autopago, amado por algunos consumidores, pero odiado por otros, ha tenido una expansión no solo en los supermercados, en donde comenzó hace 40 años, sino que, ahora, las tiendas minoristas lo usan para reducir sus costos

Imagen del brazo de una persona que está realizando un auto pago en una tienda.

Con la expansión de los servicios de autopago, la industria minorista estima que los cajeros humanos disminuirán hasta 10% en los próximos años. Crédito: Shutterstock

Los servicios de autopago, siempre en medio de la polémica entre consumidores y empresarios, han comenzado a ganar terreno desde que llegó a los supermercados en la década de 1980.

Esta forma de pago, en la que el cliente registra por sí mismo los productos que va a comprar y los paga sin que intervenga un cajero humano, ha comenzado a tener una mayor presencia en tiendas que nada tienen que ver con los supermercados que fueron pioneros.

Este año, el autopago se extendió de las tiendas de alimentos de grandes cadenas y de farmacias a tiendas departamentales, minoristas de fast fashion y otras tiendas de descuento, que cada vez son más atractivas para nuevos grupos de clientes ante los altos precios.

De acuerdo con un reporte de CNN, las cajas de autopago han comenzado a aparecer en minoristas como Kohl’s, en algunas de sus ubicaciones; además de H&M, que sumó tres tiendas y tiene planes para expandirlo a 30 hacia finales del 2023.

El formato de autopago también crece en minoristas de artículos para el hogar como Bed Bath & Beyond, que ha pasado por un año complicado con ventas bajas y una caída estrepitosa de su valor en el mercado, y también en gigantes de la moda como Zara, que ya ofrece este modo de pago en 20 tiendas en Estados Unidos.

Otras cadenas como Uniqlo y Primark también exploran el autopago como una forma de ampliar sus opciones de venta a los consumidores.

Por qué los minoristas voltean al autopago

Adoptar el autopago no solo tiene que ver con ampliar las opciones para los consumidores, sino con una nueva forma en que las empresas están buscando reducir sus costos.

Se trata de una forma de ahorrar en mano de obra, atender la demanda de los clientes y aprovechar las mejoras tecnológicas que han hecho el autopago una mejor experiencia comparada con lo que era hace cuatro décadas.

Esta forma de pago permitirá a los minoristas reducir el gasto en mano de obra, que es uno de los costos más importantes que enfrentan.

Pero no solo eso, al reducir los costos en mano de obra, las empresas también tienen la posibilidad de ahorrar, pues la empresa transfiere un trabajo que requiere un salario a los clientes que lo hacen gratis.

Según las proyecciones de la Oficina de Estadísticas Laborales, los cajeros humanos disminuirán alrededor de 10% en los próximos años conforme las tecnologías de autopago ganan terreno entre las tiendas minoristas.

Sin embargo, los críticos de estos servicios han señalado que estos servicios enfrentan dos grandes retos: controlar los robos y reducir el número de fallas y problemas que los consumidores pueden enfrentar al cobrar y pagar.

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