Procesan a cuatro militares que participaron en la masacre de cinco jóvenes en Nuevo Laredo

Mientras los familiares entierran o despiden a los cinco jóvenes que murieron a manos de militares en Nuevo Laredo, Tamaulipas, las autoridades mexicanas investigan la forma en que ocurrieron los hechos que conmocionaron a México y al mundo.

Una de las acciones emprendidas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue vincular a cuatro de los elementos involucrados en la masacre, aunque únicamente por desobediencia.

Según el Código de Justicia Militar, comete el delito de desobediencia “el que no ejecuta o respeta una orden del superior, la modifica de propia autoridad o se extralimita al ejecutarla”. Cuando se incurra en esta falta durante el servicio se castigará con un año de prisión, en caso de que cause un grave daño la pena aumentará a dos años.

De acuerdo al medio Latinus, la investigación realizada por la Sedena es independiente a la que están realizando la Fiscalía de Tamaulipas y la Fiscalía General de la República (FGR). La población ha solicitado que los militares sean juzgados como civiles, pues en caso de que las investigaciones avancen, los elementos castrenses podrían enfrentar acusaciones por los delitos de homicidio y lesiones.

Cabe señalar que este lamentable hecho ha acaparado las miradas internacionales, incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió a México realizar una investigación pronta e imparcial sobre lo ocurrido.

¿Qué pasó en Nuevo Laredo?

Dos versiones sobre los hechos circulan, la oficial, dada por la Sedena, que fue difundida dos días después, y la que proporcionaron los pobladores y el sobreviviente de ese trágico acontecimiento, la cual dista mucho de la primera.

Según el comunicado oficial, la madrugada del 26 de febrero los militares realizaban un patrullaje cuando vieron una camioneta que circulaba a exceso de velocidad y sin luces, cuyos tripulantes aumentaron la velocidad al percatarse de la presencia de las autoridades, por lo que se inició una persecución.

Culminó cuando la camioneta chocó contra otra unidad produciendo un fuerte estruendo, lo que alertó a los militares, quienes confundieron el ruido con disparos y accionaron sus armas contra los ocupantes del vehículo.

Sin embargo, la versión oficial contrasta con la del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, quien documentó que, según los familiares de las víctimas, los jóvenes no iban armados. Además, horas después de la ejecución extrajudicial de los jóvenes, sus familiares tuvieron un enfrentamiento con los militares, quienes accionaron sus armas para dispersar la población.

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