La leche de almendras podría no ser “tan sostenible” como creemos

Además de que no es propiamente leche, una cadena de explotación animal se esconde detrás de la producción de estos productos y las abejas son las más afectadas

La leche de almendras podría no ser "tan sostenible" como creemos

El Congreso está trabajando en la Ley DAIRY PRIDE en defensa contra imitaciones y reemplazos de yogur, leche y queso para promover el consumo regular de lácteos todos los días. Crédito: Owl_photographer | Shutterstock

Durante los últimos años se ha incrementado la tendencia de sustituir la leche de vaca por otros productos con el fin de combatir el cambio climático y mejorar hábitos alimenticios.

Uno de estos productos es la leche de almendras, un alimento que se elabora con almendras enteras, blanqueadas o pasta de almendras tostadas, según las preferencias del consumidor.

De hecho, el Congreso está trabajando en una Ley de defensa contra imitaciones y reemplazos de yogur, leche y queso para promover el consumo regular de lácteos todos los días, también conocida como la Ley DAIRY PRIDE.

Algunos autores dicen que la manera correcta de hacer referencia al producto es “bebida” de almendras porque no viene de un animal productor, sino del árbol Prunus dulcis.

De forma industrial, ambos ingredientes pasan a un mezclador donde las almendras se enjuagan y remojan. Las semillas remojadas se muelen con el agua y luego pasan a un homogeneizador.

La producción de la bebida de almendras afecta a las abejas en California

Los centros de producción más poderosos del mundo se encuentran en el Valle de California en Estados Unidos y según un reportaje de The Guardian, se estima que es el 80 % de todo lo que se consume en el planeta. 

Pero según una reseña de National Geographic, en ese lugar las abejas literalmente mueren de cansancio, al formar una parte fundamental de la cadena de producción: encargadas de polinizar a los almendros.

 Se sabe que hasta un tercio de las poblaciones de abejas en Estados Unidos son criadas para uso comercial. The Guardian también dice que como resultado, 50 mil millones de abejas perdieron la vida en invierno de 2020 y esto se debe al uso irresponsable de pesticidas para la agricultura, que debilitan a los especímenes hasta perder la vida. 

“Conforme la industria productora de estos productos avanza, la supervivencia de estos polinizadores se dificulta aún más, a pesar de ser una especie en peligro de extinción”, relatan.

Por todo esto, una institución llamada Almond Board of California ha creado un programa llamado Honey Bee Best Management Practices (BMP), con el que pretenden convertir “las plantaciones de almendros sean un lugar seguro y acogedor para las abejas”. 

También puedes leer:
CDH declara brote de sífilis en cuatro condados de Estados Unidos
Se acerca el cambio de horario en EE.UU.: todo lo que debemos saber
Más de la mitad del mundo será obeso para 2035, según un informe global

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain