Estación Espacial Internacional tuvo que realizar maniobras de emergencia para evitar chocar contra un satélite argentino
Un cambio en la órbita de un satélite argentino obligó a la Estación Espacial Internacional a modificar su trayectoria para evitar un accidente potencialmente mortal
Los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) tuvieron que realizar un maniobras evasivas para evitar chocar contra un satélite argentino que se encontraba en un trayecto de colisión.
La peligrosidad de la situación obligó a los astronautas a tener que encender los motores de la nave a fin de evitar un accidente potencialmente mortal. Desde la NASA informaron que los propulsores Progress 83 tuvieron que permanecer encendidos durante un lapso de unos seis minutos de forma tal que la Estación Espacial pudiera ajustar su órbita.
Si bien la Agencia Espacial no específicó el nombre del satélite en cuestión, Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian, publicó a través de su cuenta de Twitter que podría tratarser del ÑuSat-17 el cual forma parte de la constelación Aleph-1 y que es operado por la compañía argentina Satellogic.
El científico comentó que la situación de riesgo vivida por los astronautas se debe a que la órbita del satélite ha ido decayendo de forma gradual. Esto tiene como consecuencia que pueda llegar a ser peligroso para otros aparatos que orbiten alrededor de la Tierra, tal y como es el caso de la Estación Internacional.
La constelación Aleph-1 a la que hace referencia McDowell está integrada por unos 30 satélites, todos ellos dedicados a la observación de la superficie de la Tierra. Estos aparatos cuentas con un peso estimado de unos 37 kilogramos y cuentan con propulsión mediante butano.
“Parece que no todos sus satélites demuestran cambios de órbita. No me queda claro si se trata de una opción operativa, diseños diferentes o capacidad degradada”, añadió McDowell al ser cuestionado sobre la si todos los satelites están presentando el mismo comportamiento.
Impacto a alta velocidad
La EEI se mueve a una velocidad increíblemente alta, aproximadamente a 17,400 millas por hora, lo que significa que orbita la Tierra en solo 90 minutos. Esta velocidad tan alta es necesaria para mantener la EEI en órbita y evitar que caiga hacia la Tierra debido a la gravedad.
Si un satélite, incluso uno pequeño, chocara con la EEI a esta velocidad, sería una catástrofe. El impacto causaría una gran cantidad de daño a la estructura de la EEI, que podría dañar sistemas críticos y poner en peligro la vida de los astronautas que trabajan y viven en la estación. Incluso si el satélite fuera lo suficientemente pequeño como para no dañar gravemente la EEI, la velocidad del impacto causaría vibraciones violentas en la estructura, lo que podría afectar la estabilidad de la estación y causar daños a largo plazo.
Además, el impacto de un satélite con la EEI también podría generar una gran cantidad de escombros y fragmentos en órbita, lo que podría poner en peligro a otros satélites y naves espaciales en la misma zona. Esto podría causar una reacción en cadena de colisiones y fragmentación de objetos en órbita, lo que se conoce como “síndrome de Kessler”. El resultado sería una acumulación de escombros que dificultaría aún más la navegación y el acceso al espacio.
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