Critican a Joe Biden por la construcción del muro de Donald Trump
De Los Ángeles a la frontera hay disgusto porque señalan que el Presidente sigue las peores políticas migratorias del expresidente republicano
De Los Ángeles a la frontera de California con México las organizaciones civiles han protestado y expresado disgusto porque la administración del presidente Joe Biden continua políticas de migración y fronterizas de la era de Donald Trump.
Mientras el mandatario recorre el estado desde el lunes, una abogada defensora de migrantes en Los Ángeles declaró que el presidente repite las peores políticas de Trump.
En su recorrido por California el presidente ha evitado hablar de migración, sin embargo todavía mantiene el Título 42, una excusa que ha impedido a hasta dos millones de personas solicitar asilo con el pretexto de que podrían contagiar con Covid-19.
Su administración anunció que cuando esa medida termine, en mayo, reinstalará la detención de familias enteras, incluidas madres solas con sus hijos.
La directora ejecutiva del Centro Legal de Derechos de los Inmigrantes en Los Ángeles, Lindsay Toczylowski dijo sentirse “decepcionada de la administración Biden, que trata de restaurar una de las políticas más oscuras de la administración Trump”.
Título 42 impidió a las familias entregarse a agentes fronterizos para solicitar asilo, y ahora la administración Biden busca “enfrentar con crueldad en lugar de dignidad a las familias que buscan asilo”, dijo Toczylowski.
El abogado Álvaro Huerta, del mismo centro en Los Ángeles, declaró que “cada vez es más difícil distinguir entre las administraciones de Biden y Trump en lo que respecta a la política de inmigración”.
Pero aparte de las políticas para detener migrantes sin escuchar sus peticiones de asilo, los grupos también protestan porque la administración Biden reanudó esta semana la construcción del muro que Donald Trump hizo el símbolo de su gobierno.
El activista Daniel Watman, quien monitorea constantemente la frontera, informó que cuadrillas de trabajadores ya comenzaron a preparar terreno y a colocar obstáculos en las inmediaciones donde el Departamento de Seguridad (DHS) levantará los muros.
El HSD extenderá un sistema de dos muros paralelos, de 30 pies de alto cada uno, para cerrar hasta las arenas de la playa en el Pacífico el muro que se construyó durante el gobierno de Trump.
De toda la frontera de California con México donde hay muro, solo falta el muro de Trump en el último tramo, de unas dos millas, de acuerdo con cálculos de activistas, y ahora la maquinaria está por poner las bardas.
“Nosotros quisiéramos que el presidente Biden acepte nuestra invitación de venir personalmente a la frontera a conocernos y a conocer cómo vivimos, cómo nos relacionamos como amigos en ambos lados, que vea que lo que menos necesitamos son más muros de 30 pies de alto”, dijo el reverendo John Fanestil,
Feligreses de la Iglesia Fronteriza, que durante más de diez años celebraron una misa dominical simultánea, separados solo por un muro con perforaciones, protestaron tanto en la frontera como ante la base North Island, donde el mandatario se reunió con los primeros ministros: australiano y británico.
El reverendo Seth David Clark, de la Iglesia Fronteriza, dijo esperar que el presidente ponga atención a las demandas de los residentes de la frontera y detenga la construcción de los muros paralelos que impedirán el uso del Parque de la Amistad, donde se celebraban las misas hasta que la patrulla fronteriza lo cerró en marzo del 2020.
“Queremos recordarle al presidente que él dijo ser mejor que su predecesor, y que dijo que las políticas de su predecesor eran inhumanas, que lo recuerde para que suspenda la construcción de esos muros ahora”, dijo el reverendo.
Precisamente este martes se cumplió un año que la administración Biden permitió el paso sin apegarse al Título 42 para los migrantes que huían de Ucrania.
De Tijuana a California pasaron por San Ysidro por lo menos 118,000 ucranianos sin tener que detenerse por Título 42, mientras miles de migrantes de países latinoamericanos permanecieron durante meses, algunos durante años, en albergues en Tijuana.
La administración Biden solo admite desde enero solicitantes de asilo de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití, una cuota de 30 mil personas por mes, pero continúa la negativa de recibir a personas de otras nacionalidades.
“Las familias de refugiados que huyen de la persecución no deberían ser castigadas. Tienen el derecho legal de buscar asilo en nuestra frontera”, dijo por su parte Karen Musalo, directora ejecutiva del Centro de Estudios de Género y Refugiados en San Francisco.
Dijo que “castigar a las familias por ejercer ese derecho a pedir asilo es profundamente dañino y va en contra de nuestras leyes y obligaciones de los tratados con los refugiados”.