Inmigrante retirada denuncia grandes descuentos en su cheque de Seguro Social

Angelinos advierten a legisladores que la pensión que reciben es insuficiente; demócratas salen al rescate ante la advertencia de algunos ‘republicanos extremistas’ de hasta querer eliminar el programa

Al micrófono el presidente de los demócratas en el Congreso, Hakeem Jeffries.

Al micrófono el presidente de los demócratas en el Congreso, Hakeem Jeffries. Crédito: Cortesía | Cortesía

La señora Rosa Ayala hace cuentas y llega a la conclusión de que lo que recibe cada mes como pensión del Seguro Social “es un robo”.

“No le puedo llamar de otra forma”, dijo a La Opinión la residente de Los Ángeles de 79 años de edad que durante más de 44 años trabajó en limpieza de sucursales bancarias y en cada cheque aportó tanto al Seguro Social como al Medicare.

“No hubo cheque en que no me descontaran $300, porque yo no tengo dependientes”, platicó la señora, una aportación de cerca de $160,000 en total, a partir de décadas en las que con $300 se comparaba mucho más que actualmente, comentó.

Ahora que se ha jubilado y padece de diabetes, el Seguro Social le da pagos de $900 mensuales. “Imagínese, si de renta pago $1,200, $165 de Medicare y $35 por insulina cada mes. Si quisiera ahorrar ¿dónde voy a vivir que me cobren menos de $1,200 de renta?”.

Doña Rosa platicó a La Opinión que, para completar, su esposo de 70 años de edad “no puede dejar de trabajar”, así que con dolores y dificultades, porque le retiraron los nervios de ambas piernas, el señor continuará hasta donde pueda, pues después de décadas de trabajar y pagar impuestos carece de documentos que le permitirán tener una pensión de Seguro Social.

La señora Rosa, salvadoreña que llegó a Los Ángeles al huir de la guerra civil en su país en la década de los años ochenta, asumió la dirigencia de sus compañeros trabajadores de limpieza o janitors cuando todavía carecían de apoyo sindical.

“Los buscaba a la hora del lonche para decirles que, si nos organizábamos, podríamos pedir que nos pagaran más que los $4.80 que nos daban, y pedir algunos beneficios, porque no teníamos nada, ni servicios de salud, ni vacaciones, ni ayuda si perdíamos el trabajo, nada”, recordó.

Doña Rosa platicó esta misma historia de su vida y lo que ahora le pagan de Seguro Social al presidente de los demócratas en el congreso, Hakeem Jeffries, y a una delegación de legisladores latinos de Los Ángeles.

Los congresistas expresaron, en sus distintas versiones, que el Seguro Social, el Medicare y el Medicaid se pueden mejorar, pero antes tienen que defender esos beneficios de jubilación de intentos de sus colegas republicanos por desaparecerlos, una acusación que en las últimas semanas también han presentado el presidente Joe Biden y la Casa Blanca.

“Ni ahora, ni nunca, le dejaremos tocar el Seguro Social, Medicare o Medicaid. Estos programas son parte del tejido de lo que debería ser una sociedad humana y decente en Estados Unidos”, declaró Jeffries, quien ahora ocupa el puesto que desempeñaba Nancy Pelosi.

El presidente de los congresistas demócratas dijo que “el Seguro Social, Medicare y Medicaid son para ayudar a las personas a vivir su tiempo, particularmente sus años dorados, con gracia y dignidad. Es lo mínimo que podemos hacer en los Estados Unidos de América”.

El conflicto se centra en que cada vez más estadounidenses envejecen, el costo de mantener los beneficios de jubilación aumenta y ahora los gastos se han pasado a la deuda pública.

Recientemente, aunque no ha sido la única vez, algunos legisladores republicanos han propuesto desde incrementar la edad en que las personas podrían jubilarse, reducir pensiones o hasta desaparecer completamente los programas.

El senador republicano Mark Lee dijo el 8 de febrero que su “objetivo será eliminar gradualmente el Seguro Social. Para arrancarlo de raíz y deshacernos de él”. Antes, otros legisladores propusieron recortes drásticos a las pensiones y aumentar las primas de Medicare y Medicaid.

Lo que los legisladores quieren es establecer un límite al endeudamiento del país, un tope a la deuda pública, y ya no rebasarlo aunque aumente la población que envejece.

La alternativa que ya presentó el presidente Joe Biden es que los estadunidenses que ganan más de $400,000 anuales tengan un aumento de impuestos de Medicare de 3.8 a 5 por ciento. El plan del presidente asegura que “nadie que gane menos de $400,000 pagará un solo centavo de nuevos impuestos.

El plan del presidente se llama “proteger y fortalecer” la seguridad social. Los legisladores se reunieron con trabajadores de Los Ángeles, en la sede de los empleados de servicios de salud, en campaña en apoyo al presidente Biden.

El congresista Jeffries dijo que ayudar a jubilados como la señora Rosa requiere de continuar y fortalecer el seguro social al reconocer que la deuda pública es responsabilidad del congreso, que aprueba el presupuesto, y no de la gente.

“El techo de la deuda se relaciona con los gastos en que incurrió el congreso, y el congreso debería pagar sus facturas, al igual que las familias trabajadoras, o los miembros del sindicato. Cuando reciben una factura todos los meses, tienen que pagar esa factura”, explicó Jeffries.

Culpó que algunos “republicanos extremistas”  no quieren pagar esas facturas que debe el congreso, y prefieren quitar fondos y hacer más difícil que las personas tengan los beneficios que han ganado.

La congresista Nannet Baragán declaró que “las personas que dependen de Medicaid son poblaciones enormemente latinas, comunidades de color, comunidades de bajos ingresos”, y dijo que esas mismas comunidades son las de los trabajadores que han garantizado el funcionamiento económico del país, aún frente a la pandemia.

El congresista Tony Cárdenas se comprometió a “no permitir que a las familias trabajadoras les quiten de debajo de los pies, los dejen en el aire, no permitir que les nieguen los beneficios que han ganado”.

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