La soledad debilita el sistema inmunológico, afirma una doctora

Por naturaleza, los seres humanos somos sociables y actividades básicas como interactuar con otros a través de una conversación o un gesto nos llena.

La soledad es una ausencia total de estas interacciones y puede causar una amplia gama de consecuencias destructivas en la salud física de un individuo, particularmente en su sistema inmunológico.

Así lo afirma la experta en ciencias toxicológicas Benedette Cuffari, quien destaca que las personas mayores tienen más riesgo de aislamiento social debido a problemas de movilidad, muerte de parejas y recursos económicos reducidos.

“La soledad suele ir acompañada de sentimientos de insatisfacción hacia sus relaciones con los demás, así como de cómo la realidad de estas relaciones difiere de las que les gustaría tener”, explicó.

Estimaciones recientes indican que hasta el 58% de los adultos en los Estados Unidos se consideran solitarios.

Según la especialista, tanto el aislamiento social como la soledad pueden aumentar el riesgo de una persona de sufrir numerosas afecciones de salud, como enfermedades cardiovasculares, mortalidad, deterioro cognitivo, mala calidad del sueño, hipertensión y respuestas inflamatorias intensificadas al estrés.

La soledad y el sistema inmunológico

La socialización puede inducir cambios en el sistema inmunitario al ralentizar o activar la respuesta inmunitaria de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático, respectivamente.

Cuffari afirma que es más probable que las personas solitarias perciban los eventos ordinarios como estresantes en comparación con las personas sociales.

“Esto puede hacer que las personas solitarias produzcan una mayor respuesta inflamatoria”, dice.

Las respuestas hiperinmunes se observan a menudo entre las personas que sufren aislamiento social y/o soledad. De hecho, la desconexión social aumenta la expresión de genes de respuesta proinflamatoria que posteriormente aumentan los niveles de interleucina.

La descripción de la doctora resalta que esta observación fue independiente de la presencia de depresión, ansiedad, estado de ánimo negativo y diferentes habilidades sociales.

“Por lo tanto, la soledad por sí sola tiene un impacto significativo en el sistema inmunológico que no se confunde con otros factores socioemocionales negativos”, asevera en su artículo publicado en News Medical.

Por todo esto, Cuffari recomienda que las autoridades de Estados Unidos optimicen los protocolos apropiados para evaluar el aislamiento social y la soledad.

Sobre todo porque uno de cada cinco estadounidenses tendrá más de 65 años para el año 2040, que es significativamente mayor que la estimación de uno de cada ocho proyectada para el año 2000.

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