Por qué hacer ejercicio puede aumentar tu apetito

Un nuevo estudio determinó que la cantidad que comemos está influenciada por sistemas en el cerebro que son al entorno alimentario en el que nos encontramos

Por qué hacer ejercicio puede aumentar tu apetito

Esta investigación demuestra que la forma en que nuestros cerebros responden a las señales de alimentos puede verse alterada por el ejercicio. Crédito: Fida Olga | Shutterstock

Investigadores estudiaron el impacto de correr en el flujo sanguíneo en el cerebro y cómo esto influyó en la actividad cerebral en relación con el apetito.

Los especialistas descubrieron que los cambios en la forma en que los participantes respondieron a las señales visuales de los alimentos ocurrieron independientemente de los cambios generales en el flujo sanguíneo en el cerebro.

La cantidad que comemos está influenciada por sistemas en el cerebro que son sensibles a los cambios en nuestro cuerpo y el entorno alimentario en el que nos encontramos.

La reactividad a las señales de los alimentos es la forma en que nuestro cuerpo responde a los alimentos. De acuerdo al estudio, es la forma en que reaccionamos (tanto física como psicológicamente) ante la vista o el olor de la comida, por ejemplo.

La reactividad a las señales de los alimentos puede tener un impacto en nuestro apetito y en cuánto terminamos comiendo.

Para este estudio, 23 hombres se sometieron a resonancias magnéticas funcionales antes y después de 60 minutos de correr o descansar.

Durante el escaneo, se les pidió que miraran tres tipos de imágenes que iban desde alimentos densos de baja energía, como frutas y verduras, hasta alimentos densos de alta energía, como el chocolate, así como artículos no alimentarios, como muebles.

Menos hambre pero más atención por la comida

La sesión de ejercicio suprimió la sensación de hambre de los participantes, pero aumentó la reactividad de múltiples partes de su cerebro a las señales de comida.

Según la autora principal del estudio, estos hallazgos confirman que las personas sienten menos hambre durante e inmediatamente después de una sesión de ejercicio.

“Aunque se necesita investigación adicional para determinar las implicaciones de estos hallazgos, sabemos que el cerebro juega un papel importante en el control del apetito y la ingesta de alimentos.

David Stensel, Profesor de Metabolismo del Ejercicio en SSEHS, agregó: “El papel del ejercicio en la modificación del apetito y ayudar con el control del peso sigue siendo un tema muy debatido.

“El estudio proporciona un trampolín para seguir trabajando para caracterizar las respuestas del apetito al ejercicio de manera más precisa y completa. Esto, a su vez, nos dará una mejor comprensión del papel del ejercicio en la prevención y el manejo del aumento de peso no saludable”, dijo.

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