Editorial: ‘Levanta tu voz’ no es lo que pretende ser
En su intento de preservar los intereses que representa minando el futuro del transporte en vehículos eléctricos en California, WSPA pretende injustamente debilitar al liderazgo latino en el tema de la justicia ambiental.
Es común en nuestro país que empresas y organizaciones empresariales participen en el proceso político, que diseñen campañas para influir en la opinión pública, que invierten en ellas sumas millonarias y que busquen cabildear con los políticos. Es así como promueven algún cambio o iniciativa que beneficie a la industria que representan.
Esto se hace abiertamente y estas organizaciones pregonan su propia verdad.
Pero de vez en cuando, al igual que un partido político, una organización empresarial inicia una campaña donde no dice la verdad. Donde pretende falsamente representar algo que es lo contrario de lo que realmente representa. Una campaña que confunde, que no explica. Que no avanza los intereses de la gente.
La campaña “Levanta tu Voz” Latino por parte de la Western States Petroleum Association (WSPA) es uno de estos últimos casos.
Porque en su intento de preservar los intereses que representa – como lo indica su nombre, la explotación y uso del petróleo y sus derivados – minando el futuro del transporte en vehículos eléctricos en California, pretende injustamente y al mismo tiempo debilitar al liderazgo latino en el tema de la justicia ambiental.
Lo hacen repitiendo consignas supuestamente populistas, como que los políticos californianos latinos representan solo a los ricos. Y lo hacen sin más allá de criticar dar ejemplos de lo que pretenden.
Quieren causar inquietud en aquellas comunidades que aún se están recuperando de la pandemia y que dependen de sus automóviles y camiones para ir a trabajar y mantener a sus familias.
Dicen: “Legisladores y activistas necesitan incluir voces latinas en los planes de energía, especialmente cuando afecta a las comunidades y empresas,” ignorando que eso ya sucede. Las más importantes leyes ambientales del estado son obra de legisladores latinos. El autor de la ley AB32, que en 2006 ordenó reducir las emisiones de gases de efecto invernadero fue el entonces presidente de la Asamblea Legislativa Fabián Núñez. El autor de la ley SB 535 que en 2012 financió proyectos ambientales para beneficiar a las comunidades pobres, fue el entonces senador estatal Kevin de León. La autora de la ley AB 617, que en 2017 requirió el desarrollo de recursos para reducir la contaminación del aire en comunidades desaventajadas, fue la asambleísta Cristina García. Y el autor de la ley SB 100, que compromete al estado a generar el 50% de su electricidad de fuentes renovables para 2026 y el 100% para 2045, fue el mismo De León.
Todas estas leyes, y muchas más, son de autoría de legisladores latinos.
Y con respecto a los funcionarios que ejecutan las políticas ambientales, siete de los 16 miembros actuales de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) son latinos.
Es inaceptable que la Western States Petroleum Association pretenda hablar en nombre de la comunidad latina. Y en su nombre tergiversar la verdad sobre el liderazgo latino que ha liderado la lucha para proteger a la población de los efectos perniciosos de la contaminación ambiental.
Porque es la comunidad latina, a través de sus representantes electos, sus activistas en el terreno, sus organizaciones comunitarias que luchan para mejorar la calidad del aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y más, que habla en nombre de sí misma.
Critican las leyes y regulaciones que aumentarán la proporción de autos eléctricos en el estado, empezando por la orden ejecutiva del gobernador Gavin Newsom que prohibirá nuevos motores de combustión interna para 2035. Señalan justamente los altos precios de estos vehículos y la escasez de estaciones de carga públicas en regiones del estado, en zonas urbanas de bajos recursos y en edificios de departamentos en alquiler donde vive la comunidad. Y son problemas reales. Pero su crítica se debe a su afán de lucro y no a su preocupación por nuestras familias. Porque si lo fuera, participaríian en los esfuerzos para, precisamente, bajar los precios y abrir más puntos de recarga en todas partes.
Es por eso que su lamento de que los autos eléctricos “los compran los ricos”, que esos precios los ponen fuera del alcance de las familias trabajadoras, suena hueco
Porque así lo demuestra el mismo estudio publicado en PLOS Climate que WSPA utiliza para incitar a la comunidad a olvidar sus propios intereses. Esos estudios confirman que allí donde abundan los autos eléctricos baja la contaminación, pero que eso sucede en zonas de mayores ingresos. La solución lógica es más autos eléctricos y no volver a los autos de combustión interna que producen contaminantes nocivos para nuestra salud. Y citando la misma fuente que mencionan: “ampliar las redes de carga públicas y domésticas del estado, financiar más reembolsos para residentes de ingresos bajos y medios y aumentar el grupo de autos eléctricos usados”.
La industria petrolera ha acumulado miles de millones de dólares en ganancias mientras impacta desproporcionadamente la salud y el bienestar de las comunidades latinas. Están de sobra demostradas las tasas más altas de asma y los casos de cáncer directamente relacionados con los pozos de petróleo y las refinerías..
Si todoesto realmente les preocupa, harían bien en unirse al esfuerzo para alejar los focos insalubres de donde vivimos e invertir en acelerar la transición a una economía no contaminante lo antes posible, y eso incluye entre otros los autos eléctricos.