Comenzaron a instalar una barrera de boyas en el Río Grande para impedir el paso de inmigrantes

Las personas que intenten ingresar al territorio estadounidense de manera ilegal a través de Eagle Pass, Texas, deberán enfrentarse a un nuevo desafío luego de que fue puesta en marcha la colocación de una barrera flotante de 1,000 pies a lo largo del río que separa a Estados Unidos de México.

Por órdenes de Greg Abbott, gobernador de Texas, un nutrido grupo de trabajadores inició el montaje de las boyas naranjas que tratarán de frenar el arribo de personas indocumentadas que aspiran a conseguir una mejor de vida con respecto a sus comunidades de origen.

Al respecto, Chris Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, señaló en una entrevista concedida al New York Post los problemas que enfrentarán quienes traten de ingresar al territorio estadounidense a través del Río Grande.

“Las boyas bajan un pie por debajo de la línea del agua, por lo que cualquiera que quiera pasarlas tendría que nadar al menos hasta esa profundidad. Sin embargo, mayoría no quieren sumergirse, están tratando de escalar, como un muro. Creo que ahora esto será más efectivo con las familias que están tratando de cruzarse”, explicó.

Cabe señalar que, en la zona de Eagle Pass, cualquier persona que pretenda cruzar la frontera a través del Río Grande primero debe enfrentarse a la fuerza de su caudal y ahora les resultará más complicado, pues deberán sumergirse para librar las bayas y así no ser descubiertos.

Es de llamar la atención que la Comisión Internacional de Límites y Aguas, agencia federal a cargo del Río Grande, todavía no ha recibido ningún escrito donde se le informe acerca del proyecto de instalar boyas, así como tampoco ningún permiso concedido.

A pesar de ello, el gobernador Abbott se muestra firme en seguir adelante con su estrategia de cerrarle el paso a los indocumentados.

“Texas tiene el derecho constitucional de asegurar nuestra frontera”, señaló recientemente mediante un mensaje en su cuenta de Twitter.

Para los agentes federales que vigilan la franja fronteriza les resulta desconcertante lo que pueda pasar con los inmigrantes, pues, aunque los vean ahogarse ellos no pueden meterse al agua toda vez que su labor de captura para procesarlos inicia en suelo estadounidense.

La colocación de las boyas es tan sólo una de varias medidas implementada en Texas, pues también se han colocado miles de metros de alambre de púas en los límites de la frontera, la cual también es resguardada por tropas del DPS que llegaron desde mayo pasado.

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