Tras regresar de EE.UU., un migrante presumía en redes ser del Cártel del Golfo sin saber que su alarde le costaría la vida
Desconociendo el clima de violencia que se vive en Chiapas, un joven regresó de EE.UU. asegurando que pertenecía al crimen organizado, sin imaginar lo que pasaría
La víctima tenía tres meses de haber llegado de Estados Unidos, donde estuvo algunos años trabajando. Crédito: Mario Armas | AFP / Getty Images
El estado de Chiapas, ubicado en la frontera sur de México, es desde años un territorio disputado por diversos cárteles, pues su ubicación geográfica lo convierte en un punto clave para el tráfico de drogas y de migrantes que cruzan por el país con el deseo de llegar a Estados Unidos.
Debido a esta situación, los enfrentamientos armados y ejecuciones se han hecho cada vez más frecuentes en la entidad, y una de ellas ocurrió recientemente en el municipio de Villa Corzo.
La víctima es un joven identificado como Robin Salinas Macal, de 30 años, quien hace poco había regresado a su lugar de origen luego de haber permanecido algún tiempo en territorio estadounidense como inmigrante.
Quizá desconociendo el clima de violencia que se vive actualmente en Chiapas, Robin comentaba desde sus redes sociales que pertenecía al Cártel del Golfo y se decía adorador de la Santa Muerte, publicaciones que al final le costaron la vida.
De acuerdo con el semanario Proceso, un comando armado a bordo de dos camionetas llegó al domicilio del joven para sacarlo a golpes y obligarlo a entregar las armas que decía poseer.
Sin embargo, todo era alarde de la víctima para infundir temor entre la población. Incluso, había sido reportado varias veces a la policía municipal de Villa Corzo por escándalo en la vía pública y por hacer disparos al aire desde su domicilio.
Pero esto no detuvo a sus verdugos, quienes entre insultos y patadas, hincaron y ejecutaron al sujeto para después escapar con rumbo desconocido, sin que hasta el momento se tenga alguna pista sobre los responsables.
De acuerdo con Proceso, Salinas Macal tenía tres meses de haber llegado de Estados Unidos, donde estuvo algunos años trabajando. Desde sus redes sociales, dicen sus vecinos, alardeaba con pertenecer al crimen organizado y presumía desnudo el torso de su cuerpo y sus brazos con tatuajes.
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