Las lluvias de la tormenta Hilary revirtieron sequía en California… ¿Se acabó el problema?
El año pasado, California enfrentó una sequía extrema, el segundo nivel más alto en su historia, lo que había obligado al gobernador demócrata Gavin Newsom a declarar una emergencia
Hace menos de un año, California se enfrentaba a una sequía inédita, con cuerpos de agua secándose, ríos con flujos mínimos y cortes de agua en decenas de condados que golpearon duramente a la agricultura.
Sin embargo, la tormenta tropical Hilary, la primera en azotar a California en más de 80 años, logró nutrir de agua territorio prácticamente seco, incluso, causando inundaciones.
Hilary trajo cantidades récord de lluvia a ciudades desérticas como Palm Springs a principios de esta semana. Algunas regiones recibieron en cuestión de horas la lluvia equivalente a un año. El Valle Imperial, el epicentro agrícola del sur del estado, que se vio amenazado por fuertes restricciones de agua el año pasado, también recibió fuertes lluvias a causa de la tormenta.
Sin embargo, analistas advierten que después de períodos de sequía extrema, diluvios como este son especialmente peligrosos, pues el suelo es seco, duro y propenso a la erosión, por lo que gran parte del agua se escurre, llevándose consigo todo tipo de escombros. Eso puede empeorar las inundaciones y provocar deslizamientos de tierra.
Además, los meses de invierno trajeron un alivio muy necesario, pues las cintas de humedad en el aire, conocidas como ríos atmosféricos, arrojaron muchos centímetros de lluvia y nieve en California y partes de la cuenca del río Colorado.
En abril, la capa de nieve de California era el doble del promedio. En mayo, sólo una pequeña fracción del estado padecía una sequía moderada.
Eso significa que incluso antes de que Hilary azotara California el domingo, el estado estaba prácticamente libre de sequía y los embalses estatales estaban muy por encima del promedio. La tormenta sólo añadió agua a un año ya húmedo.
Dicho de otro modo, estos fenómenos no “resuelven” exactamente la sequía de largo plazo que sufre el estado, pues a pesar de todas las precipitaciones recientes, todavía persisten muchos problemas.
La sequía y el consumo excesivo de agua en California y en el oeste americano en general han agotado los acuíferos y transformado ecosistemas forestales que evolucionaron con más lluvia. Esos problemas no pueden resolverse con un año lluvioso, ni siquiera con unos pocos años lluviosos.
Incluso, el impacto de los años húmedos también es fugaz, ya que California no tiene suficiente infraestructura para almacenar toda esa agua para los años secos. Gran parte de la precipitación va al océano en lugar de a los embalses.
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