Racismo y discriminación en LAPD
“Son parte de la cultura de ser policía”, critican abogados y activistas; hay demanda contra capitán por usar epítetos ofensivos contra familiares de un oficial latino
“Espaldas mojadas” son las dos palabras que presuntamente utilizó un capitán de la División Foothill del Departamento de Policía de Los Ángeles, al referirse a los familiares de un compañero latino de su mismo rango, un ambiente que abogados laborales y criminalistas, y defensores de derechos civiles definen que es parte de la “cultura interna” del LAPD.
“El racismo siempre ha existido dentro del LAPD”, dijo el abogado criminalista, Luis Carrillo. “En mi opinión, no solamente son conocidos por el patrón de abuso en el uso de la fuerza excesiva contra los residentes de Los Ángeles, sino también por el racismo entre ellos mismos”.
Esta semana, el juez Stephen I. Goorvitch, del Tribunal Superior de Los Ángeles ha dicho que revisará y ordenará que le entreguen algunos registros personales del capitán Johnny Smith, quien presuntamente pronunció los epítetos raciales.
El fallo del magistrado surge en respuesta a la demanda entablada desde el 8 de julio de 2022, por parte del sargento Rigoberto Vásquez, oficial de la policía con 26 años de antigüedad y quien es parte de la Unidad de Vicios la División Foothill del LAPD, que sirve a las comunidades de La Tuna Canyon, Lake View Terrace, Pacoima, Shadow Hills, Sun Valley, Sunland y Tujunga.
Una “Unidad de Vicios” es un escuadrón de policía encargado de hacer cumplir las leyes relativas al juego, la pornografía, la prostitución y el uso ilegal de licores y narcóticos.
Vásquez, representado por el abogado Jason L. Oliver, miembro de la firma de abogados de Matthew S. McNicholas denunció que comenzó a sufrir represalias en septiembre de 2020 después de informar que había escuchado al Capitán Johnny Smith decirle al Capitán Germán Hurtado, un latino, que él y sus familiares eran “espaldas mojadas”.
El juez Goorvitch concedió parte de la moción presentada por los abogados de Vásquez y ordenó que la ciudad le entregue el contenido de cualquier investigación interna del LAPD en la que Smith haya utilizado el epíteto “espaldas mojadas” y que Smith tomó represalias contra el demandante por denunciarlo. La demanda no indica la raza de Smith.
También, dijo que revisaría los documentos que demuestren cualquier denuncia de represalias cometidas por Smith, así como cualquier presunta falsedad en declaraciones o informes falsos que haya escrito.
Los expedientes van a ser analizados en el tribunal los próximos 12 de diciembre y 16 de enero. Después, decidiría cual expediente entregará a los abogados del sargento Vásquez.
El magistrado negó los pedidos de los abogados de Vásquez para que presentara otros
registros de personal, acordando con la Procuraduría Municipal que las solicitudes
eran demasiado amplias e incluirían algunos materiales privilegiados del capitán Smith
En agosto de 2021, Hurtado presentó una denuncia interna contra Smith sobre el supuesto comentario del capitán.
Un mes después, fue interrogado por Asuntos Internos sobre lo que había oído, y en octubre de ese año, Smith supuestamente le dijo a Vásquez: “No puedo creer que (Hurtado) haya presentado una denuncia contra mí”.
Smith también se mostró molesto con Vásquez por su entrevista con Asuntos Internos del LAPD y cuando Vásquez respondió que tenía la obligación de decir la verdad, Smith “amenazante”, le dijo al demandante que tenía que decir que no recordaba que haya hecho el comentario de “espaldas mojadas”.
De acuerdo con los documentos de la demanda, Smith le dijo a Vásquez: “Sólo debes saber que aquí estás frente a un tren muy poderoso. Esto es algo que puede entrar [entorpecer] el camino de tu carrera. ¿Crees que vas a ser teniente si estás involucrado en cosas como esta?”.
Vásquez cree que Smith grabó su conversación en su teléfono y posteriormente discutió la conversación con Hurtado, quien junto con Smith supervisaba al demandante. Posteriormente fue reasignado con un capitán distinto.
Para Humberto Guízar, otro abogado criminalista, los casos de discriminación y racismo hacia el interior del LAPD, “son parte de la cultura de ser policía”.
“A los policías latinos los llaman pandilleros, espalda mojada o que no sirven para nada”, declaró a La Opinión. “Les hace falta humanización; entre ellos mismos se ofenden y hacen comentarios racistas, pero nadie hace nada contra ellos”.
“Nosotros contra ellos”
Earl Ofari Hutchinson, defensor de derechos civiles refirió que, en la demanda del sargento Rigoberto Vásquez “la mentalidad de nosotros contra ellos está profundamente arraigada en el LAPD”.
“Desafortunadamente, “ellos” son casi siempre negros e hispanos”, añadió. “La cultura también ha arraigado profundamente los estereotipos de los negros y los hispanos como criminales, drogas, pandillas y criminales inherentes. Esto refuerza aún más la cultura racista de nosotros contra ellos”.
“Si, en este caso, un oficial blanco está hablando con un capitán latino sobre por qué no denunció a su compañero por usar el insulto racial “espalda mojada”, Hutchinson indicó que “desafortunadamente, también existe una cultura de represalias dentro del LAPD y otros departamentos de policía”.
Consideró que, “si un oficial denuncia a un compañero por mala conducta, se convierte en un paria dentro del departamento. Eso afecta sus posibilidades de ascensos y relaciones con otros oficiales, particularmente con la jerarquía del departamento”.
¿Es un código de silencio parte del LAPD para no informar estos incidentes?
“A pesar de numerosos fallos y mandatos que prohíben el código de silencio que involucra mala conducta de los oficiales, el código todavía está vigente sutilmente, si no abiertamente, en el LAPD”, dijo Hutchinson, a La Opinión.
¿Existe la necesidad de reformar el lenguaje que los oficiales deben aprender para evitar este “racismo” o “discriminación” entre ellos mismos?
“La ley prohíbe el uso de todo lenguaje racista, sexista, religioso y ofensivo hacia personas del mismo sexo. Sin embargo, cuando el racismo y el sexismo son una parte íntima de la cultura policial, en este caso del LAPD, esos términos ofensivos a pesar de las prohibiciones seguirán siendo utilizados y escuchados”, respondió el también escritor afroamericano.
La oficial Rosario Cervantes, portavoz del LAPD, dio a conocer que los protocolos de investigación sobre casos como el del sargento Vásquez son responsabilidad de la División de Gestión de Riesgos y Asuton Legales (RMLAS), que tiene tres objetivos: trabajar en colaboración con la oficina del fiscal de la ciudad en la defensa de reclamos y demandas de responsabilidad civil presentados contra la ciudad o el departamento que involucren al personal del LAPD.
Un segundo objetivo es garantizar el cumplimiento de todas las solicitudes legales relevantes de registros del Departamento, tanto del público como de otras entidades gubernamentales, al mismo tiempo que se protegen los intereses de privacidad y seguridad del LAPD y sus empleados.
En tercer lugar, desarrollar estrategias de reducción de daños para la intervención y/o implementación en todo el LAPD, con el único enfoque en reducir proactivamente los riesgos que pueden causar daños físicos, financieros y organizacionales al Departamento.
Discriminación a la inversa
En septiembre de 2008, la ciudad de Los Ángeles tuvo que pagar $3.1 millones de los contribuyentes a Robert Hill, un veterano de 25 años, quien denunció que había sufrido represalias por informar que su superior utilizó epítetos raciales y podría haber estado involucrado en malversación de fondos del departamento.
Hill, dijo que lo llamaron “rata” y lo trasladaron de la División Newton del a una asignación inferior en la división Noreste del LAPD, después de informar que el sargento Gilbert Curtis utilizó insultos raciales (“espaldas mojadas”, por ejemplo) e hizo declaraciones despectivas que incluían: “Si Dios los amaba, ¿por qué los hizo negros?”
El oficial también había expresado su preocupación de que Curtis pudiera haber estado robando fondos del Programa de Exploradores Juveniles del departamento. Curtis, según una lista de LAPD era un oficial latino.
Hill, -que es blanco- alegó en documentos judiciales que sus superiores le dijeron que retirara la denuncia contra el sargento Curtis si quería salvar su trabajo.
Salvador Sanabria, presidente y director ejecutivo de El Rescate, una organización de defensa de los inmigrantes y de los derechos civiles manifestó que dicha “cultura” se presenta desde hace décadas.
“El uso de los epítetos raciales y de discriminación han sido parte de la misma historia del LAPD, incluso entre oficiales latinos”, dijo. “Hay discriminación de quienes han nacido aquí contra los que son inmigrantes, y ya no se diga de aquellos que no son como nosotros y que, supuestamente están para protegernos”.
Sanabria consideró que la mejor forma de solucionar el racismo y la discriminación al interior del LAPD seria que los oficiales causantes de estos incidentes sean denigrados de rango e incluso despedirlos.
Con él, coincidió el abogado Luis Carrillo: “La ciudad necesita a un jefe de policía que tome las riendas y reentrene una vez más a estos oficiales, porque parece que no aprenden nada a través de los años”.
“Comentarios inapropiados y degradantes”
Sobre la frecuencia de casos de discriminación y odio en el LAPD, el abogado Jason L. Oliver, quien lidera la demanda del sargento Rigoberto Vásquez, declaró a La Opinión que su bufete de abogados representa a agentes de policía y socorristas, incluido el personal de bomberos, personal encargado de hacer cumplir la ley y otros agentes jurados.
“Tenemos bastantes llamadas sobre temas de discriminación, acoso por motivos de raza y etnia, y otras categorías protegidas: género, sexo, religión, y otras”, dijo. “Pocas llamadas son del Departamento de Policía de Los Ángeles”.
El abogado indicó que, en las demandas que litigan, varían los tipos de racismo que varían de un caso a otro.
“Nuestra firma de abogados está comprometida a manejar este tipo de casos”, subrayó. “Y continuaremos combatiendo el racismo dondequiera que se encuentre. En la policía de Los Ángeles. Y estos comentarios, en este caso particular [de Rigoberto Vásquez]] son totalmente inapropiados y degradantes para el uniforme [de la policía]”.
“Nunca deben usarse [ese tipo de lenguaje] en el lugar de trabajo, ya sea que provengan de un oficial al mando, de un capitán u otro comandante. Establecieron un tono peligroso en un ambiente paramilitar porque el LAPD es una organización paramilitar. Es como una estructura de mando donde todos deben seguir las reglas y cuándo las personas hacen esos comentarios y son los oficiales al mando, eso es muy muy peligroso”.
Esta publicación cuenta con el apoyo de fondos proporcionados por el Estado de California, administrados por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de Asuntos Americanos de Asia y las Islas del Pacífico de California como parte del programa Stop Hate. Para denunciar un incidente de odio o un crimen de odio y obtener apoyo, visite https://www.cavshate.org/.4