Boca Juniors: cómo una elección en uno de los clubes de fútbol más populares de América Latina se convirtió en un tema de política nacional
El año 2023 tenía reservadas otras intensas elecciones para los argentinos. Este domingo, 94,000 personas votaron por la presidencia de Boca Juniors, uno de los clubes más icónicos de Sudamérica
Cuando parecía que a los argentinos no les cabía una elección presidencial más en el calendario, 2023 les tenía reservado para el último mes del año unos comicios tan disputados y dramáticos como las tres votaciones (primarias, primera vuelta y balotaje) que llevaron a Javier Milei a la presidencia de la nación.
Pero la lucha de poder no era por un sillón en la Casa Rosada sino por un palco en la Bombonera, la histórica cancha del club Boca Juniors ubicada a orillas del Riachuelo en el sur de Buenos Aires.
Boca Juniors es, junto con River Plate, el equipo con más seguidores del país y uno de los más populares de América Latina. Décadas atrás, un presidente de la institución, Alberto J. Armado, dijo que Boca era “la mitad más uno” de Argentina.
Esto implica que lo que ocurre en este club suele tener repercusión a nivel nacional, en un país que vive la política con pasión futbolera, y discute de fútbol con fervor político.
A menos de un mes de haber elegido a Milei sobre el peronista Sergio Massa, los argentinos vieron cómo unas 43.367 personas eligieron este domingo como presidente de Boca al exjugador Juan Román Riquelme por sobre el economista Andrés Ibarra.
El interés en estos comicios radicaba en que el compañero de fórmula de Ibarra era Mauricio Macri, expresidente -de Boca y de Argentina-, y que detrás de Macri está Milei, quien incluso fue a votar por la mañana a la Bombonera.
El choque en las urnas entre Riquelme, el máximo ídolo del club, y Macri, el presidente más exitoso de esa institución, le “otorga un morbo inédito a las elecciones de Boca”, escribió el periodista Ezequiel Fernández Moores en el diario argentino La Nación.
Si este morbo no fuera suficiente, se suma que los comicios, planificados inicialmente para el 2 de noviembre, estuvieron a punto de postergarse para 2024 por denuncias judiciales, y que durante toda la campaña sobrevoló una propuesta que podía cambiar el fútbol argentino para siempre.
Macri, el dirigente
Mauricio Macri fue presidente de Boca entre 1995 y 2007 y en ese tiempo, como él mismo lo recordó en esta última campaña, el club ganó 16 títulos, entre ellos, cuatro Copas Libertadores y dos Copas Intercontinentales.
Como le dice a BBC Mundo el periodista de la cadena ESPN Guillermo Poggi, “cuando uno tiene una buena gestión en un club tan popular como Boca, indefectiblemente la sociedad argentina entiende que sos un buen gestor y eso puede ser un trampolín importante” a la política nacional.
Otros dirigentes del fútbol han tratado de recorrer este camino, pero nadie lo hizo con tanto éxito como Macri. Primero fue diputado nacional entre 2005 y 2007, luego alcalde de Buenos Aires entre 2007 y 2015, y ese año llegó a la presidencia de la República, hasta 2019.
En todo este tiempo en la política nacional, como indica Poggi, el “macrismo” siguió siendo una fuerza fundamental en política interna de Boca Juniors.
Pero si bien su paso por el club fue exitoso, Macri tuvo enfrentamientos como dirigente con los dos ídolos máximos de la historia xeneize (nombre con el que también se conoce al club): Riquelme y Diego Maradona.
Maradona lo llamó “cartonero” y Riquelme le hizo “el topo Gigio”, el gesto de llevarse las manos a las orejas que hizo universalmente conocido Lionel Messi en la Copa del Mundo de Qatar que ganó Argentina en 2022.
“Román nunca fue un ídolo fácil, un ídolo amable. Ha dicho que Macri y los suyos ‘nunca fueron sus jefes’. Es decir, reconoce por un lado su función de jugador, de empleado, pero deja claro que nadie le ordenaba la vida”, le explica a BBC Mundo Ezequiel Fernández Moores.
En campaña, Macri acusó a Riquelme, actual vicepresidente del club, de haber dañado a Boca estos últimos años con “una forma de conducción prepotente, autoritaria y arbitraria”.
“Lo que se hizo estos años ha sido muy dañino y continuar en esta línea va a hacer a Boca más chico y sin confundir que lo que Riquelme ha hecho en la cancha ha sido increíble”, dijo el exmandatario de Argentina.
Riquelme, el jugador
“Hablar de fútbol siempre conlleva mucha subjetividad, pero existe un consenso de que Riquelme es el futbolista más importante de la historia moderna de Boca, de la época más ganadora junto a Martín Palermo en la cancha y Carlos Bianchi como entrenador”, indica Guillermo Poggi.
Y ser el máximo ídolo de un club en el que también jugó Maradona no es fácil.
“Cuando viene algún periodista del exterior cree que Maradona es el máximo ídolo de la historia de Boca y le tenés que explicar que él jugó muy poco en el club; que si bien le dio más fama internacional por su popularidad, Riquelme jugó más años y ganó muchísimos títulos”, dice Fernández Moores.
Pero los títulos en Boca no son la única diferencia entre Riquelme y Maradona, quienes también tuvieron sus fricciones en los últimos años.
Maradona siempre se manifestó políticamente, tanto fuera de Argentina -aún se recuerdan sus expresiones a favor de líderes latinoamericanos como Hugo Chávez y Fidel Castro- como dentro de su país, donde mantuvo una relación cercana con Cristina Fernández de Kirchner, la rival política del macrismo a nivel nacional.
Como dice el periodista de La Nación, “Roman no tiene expresiones sobre política o sobre el mundo, pero sí sobre Boca y aquí influye con sus opiniones”, primero como jugador y ahora como dirigente.
Pero frente al origen acomodado de Macri, que pertenece a una de las familias más acaudaladas del país, ambos jugadores esgrimieron siempre como bandera sus orígenes humildes: Maradona reivindicando Fiorito y Riquelme Don Torcuato, dos zonas populares de la provincia de Buenos Aires.
Por eso, cuando Maradona en su segunda etapa en el club tuvo enfrentamientos por el tema de contratos con Macri, lo acusó -con una ironía muy maradoniana- de “cartonero”, es decir, aquel que recoge cartones en la calle para ganarse unos pesos con su reciclado.
Riquelme, por su parte, respondió a similares enfrentamientos contractuales con Macri llevándose la manos a las orejas frente al palco de los dirigentes en un clásico contra River jugado el 8 de abril del 2001.
Aunque el gesto de desafío al presidente del club estaba claro, después del partido el jugador dijo: “El festejo es para mi hija porque le encanta el Topo Gigio (el personaje infantil de un ratoncito con unas orejas muy grandes)”.
El gesto se hizo tan famoso que el 9 de diciembre de 2022, cuando Argentina le ganó por penales a Países Bajos en el Mundial de Qatar, Messi “hizo” el Topo Gigio frente al técnico de la selección rival, Louis van Gaal, quien había hecho unas controvertidas declaraciones antes del partido (y, además, había tenido una conflictiva relación con Riquelme cuando ambos coincidieron en el club Barcelona).
En esta campaña, Riquelme ha acusado a Macri de querer “privatizar” el club y venderle la Bombonera “a cuatro extranjeros”. También ha recordado que la rivalidad entre ellos dos no es nueva:
“Yo a ese señor (Macri) lo conozco y es un mentiroso. Me pone contento que algunos hinchas que por ahí le creían se están dando cuenta de algo que yo ya sé hace más de 20 años. Es el más mentiroso de todos”.
Milei, el presidente arquero
“Javier (Milei) nos ha encargado públicamente que recuperemos la alegría de la gente de Boca. Como muchos hinchas, quiere volver a ver una institución respetada y competitiva”, dijo Macri cuando lanzó su campaña junto con Andrés Ibarra para recuperar la presidencia de Boca.
Aunque su partido, el PRO, perdió frente a Milei y frente a Sergio Massa y no pudo llegar al balotaje, el apoyo político de Macri tras la primera vuelta electoral fue clave para que el candidato libertario derrotara al candidato peronista en la segunda vuelta.
Milei, por su parte, se refirió a sí mismo durante la campaña como exhincha de Boca.
Primero dijo que dejó de ir a la Bombonera cuando se retiró Martín Palermo, el delantero implacable de la era Bianchi.
Curiosamente, aunque en el campo de juego se entendían de maravilla, Palermo y Riquelme siempre estuvieron enfrentados en el vestuario.
Para ponerle más morbo a esta historia, Palermo es el candidato de Macri para ser el técnico de Boca si logra derrotar a Riquelme en las urnas.
El actual mandatario de la nación dijo además que dejó de ser hincha de Boca cuando Riquelme regresó al club en 2013.
“Cuando Angelici (en referencia al expresidente del club Daniel Angelici), en un acto populista, lo trae a Riquelme cuando estaba claro que no estaba en condiciones de hacer una buena campaña, dije: ‘bastante tengo con vivir en un país populista como para además ser hincha de un equipo populista'”.
Milei incluso dijo que alentó por River, eterno rival de Boca, en la final de la Copa Libertadores que ambos equipos jugaron en 2018, algo que -entre insultos- le reprocharon algunos simpatizantes del club cuando fue a votar este domingo.
“Es un personaje paradójico Milei”, dice Fernández Moores y añade:
“Debe ser, creo, el único presidente de la nación que efectivamente jugó al fútbol (fue arquero en las divisiones inferiores de Chacarita). Entonces, no desconoce lo que es este mundo, pero esa declaración de que dejó de ser hincha de Boca y de que apoyó a River en la Libertadores es no entender el fútbol: a ningún hincha le sucede algo así”.
Pero esto no es lo único controvertido que ha dicho Milei sobre el fútbol…
Asociaciones civiles o sociedades anónimas
En su artículo “Elecciones en el país y en Boca: ¿a quién pertenece el fútbol?”, Fernández Moores recordó que “Milei tocó una fibra sensible de nuestra cultura deportiva cuando se viralizó su admiración por el sistema inglés de Clubes Sociedades Anónimas”.
Esto generó, en plena campaña, que varios clubes de fútbol respondieran con una defensa al sistema de asociaciones civiles que rige el fútbol argentino desde hace más de un siglo.
BBC Mundo les preguntó a los dos periodistas argentinos si estas elecciones estuvieron marcadas -también- por esta posibilidad de que el fútbol argentino dé un giro radical en su historia.
Para Poggi, es más un tema de campaña que una posibilidad real.
“No creo que nadie -menos un club como Boca- piense hoy en un formato de sociedad anónima deportiva. No lo veo como un esquema que pueda producirse hoy en el fútbol argentino”, responde Poggi.
Para el periodista de la cadena ESPN, si bien hay clubes que tienen aportes privados en lo que respecta al fútbol profesional, el rol de los socios sigue siendo tan importante, tanto en las instituciones de la primera división como en los clubes barriales, que la idea de sociedades anónimas no tendría cabida.
Pero Fernández Moores no está tan seguro de que el debate vaya a terminar ahí.
“Si la elección de Boca tiene todos los condimentos que ya vimos, se le agrega este otro condimento, y no porque Boca pueda llegar a ser una sociedad anónima; pero al plantear el macrismo como propuesta la mudanza de la Bombonera, con capitales árabes, queda la pregunta sobre qué cedería Boca a esos capitales”.
El periodista de La Nación añade que si el “modelo Boca” se relaciona de esa manera con los capitales privados internacionales, ese ejemplo podría ser seguido por otros clubes:
“El fútbol de primera división, en todos los países, es un deporte hipercompetitivo. Si Boca ingresa capitales de Arabia Saudita o de Abu Dabi, entonces inevitablemente River va a estar tentado por el vecino de Abu Dabi con otros capitales. Y los demás van a entrar todos en esa ola del dinero de los clubes europeos”.
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