Nikki Alva: al rescate de la salsa

Cuando Nikki Alva cumplió 15 años, de regalo, su padre la llevó a Puerto Rico para juntos ver a grandes intérpretes de la salsa. Lo que Nikki presenció en esos conciertos no la hizo feliz.

“Ahí noté que [el público] era solamente gente mayor”, dijo. “Pensé que iba a ver gente de todas las edades”.

A partir de ese hecho, se abrió la conversación entre ella y su padre, y fue entonces cuando él le explicó que hay un vacío con la generación de Nikki, quien tiene 21 años. Muy pocos chicos de su edad escuchan esa música; el mercado lo tienen acaparado géneros como la música urbana, el rap, el trap, el reguetón y otros.

“Así que quería poner mi granito de arena en ese género y ver qué pasa”, dijo.

Hace unos días, Nikki habló de “El arbolito”, una canción que ella compuso y que espera que sea uno de muchos sencillos de su incipiente carrera como cantautora. Es un tema romántico que habla de una persona que está dolida y que ya no quiere estar más con su novio.

“Quería algo diferente porque aunque sé que las canciones navideñas son más alegres, yo quería poner un toque de quién soy yo”, dijo Nikki, nacida en Nueva York de padres colombianos. “Me encantan las letras que se sienten reales”.

Nikki se decantó por la salsa por la influencia de su padre, quien a su vez es músico de este género y tiene una orquesta en Nashville, Tennessee, donde ahora radica la familia. Ella solía ir a los ensayos de la banda y aprovechaba para cantar.

Así que cuando le dijo a sus padres que quería lanzar su carrera como intérprete, no les sorprendió. Ahora su profesión es un asunto de familia: su papá le ayuda con la música y dirige la orquesta cuando canta en vivo y su mamá está a cargo del maquillaje y el guardarropa para los videoclips.

A su edad, es quizá la cantante de salsa más joven y posiblemente la única de su generación. Su mayor anhelo es tener una carrera como la de grandes salseras como India, Celia Cruz o Brenda K. Starr.

“Además, quiero demostrar a mi generación que amo esta música”, dijo. “Creo que es una parte de nuestra cultura que nunca debe perderse”.