Qué es “el efecto chimenea” que contribuyó a la rápida propagación del devastador incendio en un edificio en España que dejó al menos 9 muertos
El mismo sistema que puede ayudar a ventilar el edificio y mantenerlo fresco en verano y caliente en invierno es una trampa ante los incendios
El incendio en el que murieron al menos 9 personas (previamente se informó de 10 víctimas mortales) en la ciudad española de Valencia arrasó por completo el edificio de viviendas donde se originó. Y lo hizo en muy pocas horas.
El siniestro ocurrió en un edificio del barrio de Campanar de esta localidad costera, la tercera ciudad más grande de España.
Las autoridades locales dijeron que aún hay varios desaparecidos y que la cifra de muertos podría aumentar.
El incendio comenzó en el octavo piso y se propagó rápidamente, avivado por el viento que sopla en la zona. En ese momento, Valencia estaba experimentando ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora, según la oficina meteorológica nacional Aemet.
Los expertos dijeron que el edificio estaba cubierto con un revestimiento de poliuretano altamente inflamable, lo que podría explicar la rápida propagación.
Pero hay otro motivo que ya los expertos señalan como causa: el efecto chimenea.
“La fachada ventilada que se ponía en la época en que se construyó el edificio incendiado en Valencia ha hecho ‘efecto chimenea’ y ha ayudado a propagar el fuego”, explicó el presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia (COAV), Luis Sendra, a los medios en el lugar.
Esto ya ocurrió de modo similar con el famoso incendio de la torre que consumió el edificio de apartamentos Torre Grenfell, en el oeste de Londres, en junio de 2017 y donde fallecieron 72 personas.
Una fachada para aclimatar
El edificio empezó a construirse en el año 2005. “Es un edificio aparentemente bien hecho”, añadió Sendra.
Sin embargo, para la época, en España no había restricciones en los productos que se ponían en las fachadas, muebles o terrazas, dijo. No fue hasta 2011 cuando entró en vigor una normativa para regular materiales anti-incendios.
Una de las cosas que se hizo en el edificio fue poner una fachada ventilada, es decir, “una cámara entre la fachada [del edificio] y el revestimiento para mejorar las condiciones térmicas de frío/calor”, explicó Sendra.
“Por ahí subieron las llamas haciendo efecto chimenea”.
La estructura de una fachada ventilada consiste en la construcción de una doble fachada. Es decir, después de la capa interior del edificio, se pone una fachada aislante y otra exterior no estanca, de modo que hay una pequeña distancia entre ambas. Esto crea una leve cámara de aire en toda la pared del edificio.
Esta pequeña cámara de aire constituye una especie de chimenea que sube por todo el edificio.
Este tipo de fachada es eficiente en verano para reducir la entrada de calor, algo muy conveniente en esa época, ya que logra que haya una menor absorción del calor, pero es también una condición que ayuda a la propagación del fuego.
Y es así que se produce lo que se conoce como el efecto chimenea.
En qué consiste
Todo tiene que ver con la densidad del aire según su temperatura.
El aire caliente es menos denso que el aire frío. Esto hace que el aire caliente tienda a elevarse y el frío a bajar.
Por ejemplo, si tratas de calentar una habitación de techos altos poniendo un calefactor, lo primero que pasará será que el aire caliente subirá hasta el techo y a nivel del suelo el aire se mantendrá frío.
Con el efecto chimenea pasa igual.
En este caso, ocurre en el espacio que hay entre la fachada y el revestimiento no sellado, así como en conductos de humos y otros canales en los que pueda haber flotabilidad del aire.
Es decir, en aquellos sitios no sellados donde se junten aire caliente, proveniente del fuego, y aire del exterior, con una temperatura y densidad menor.
Cuanto más grande es la diferencia de temperatura, mayor es el efecto.
Lo que suele ser un impulsor natural de la ventilación también lo es de los incendios, arrastrando las llamas hacia arriba del edificio si no hay barreras anti fuego en el camino.
También contribuye a la expansión la altura de la “chimenea” donde ocurre el intercambio de aires de distintas temperaturas.
El edificio tiene 14 plantas.
A más altura de este conducto y más temperatura del aire y gases en su interior, más presión habrá.
Y a más presión, más rapidez tendrá el aire caliente para subir y, en este caso, expandirse.
Este efecto no solo se produce en la fachada ventilada. En el interior de cualquier edificio hay otros puntos, como el hueco que se deja a todo lo alto que da la construcción para los ascensores o los huecos de las escaleras.
El modo de frenarlo es con tabiques interiores especiales y suelos y separaciones contra incendios.
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