Ronda Política: Le levantan el castigo al concejal Kevin de León
De paso el presidente del Concejo, Paul Krekorian vuelve a colocar en los comités al concejal Curren Price quien enfrenta varios cargos criminales
Tras casi dos años de haber sido removido de los comités del Concejo Angelino como consecuencia del escándalo por el famoso audio de corte racista, el presidente del Concejo de Los Ángeles, Paul Krekorian parece haberle levantado el castigo al concejal Kevin de León.
Esta semana lo asignó a cuatro comités: vivienda y desamparo; energía y medio ambiente; comercio, viajes y turismo; y transportación.
Sobra decir que el concejal De León está feliz y contento porque en estos comités se dirimen asuntos críticos para su distrito; y más sobre todo cuando el desamparo continúa siendo el principal desafío que enfrenta Los Ángeles.
Además no aprovechar su experiencia por una cuestión política, era un desperdicio. Recordemos que De León es autor de la ley SB 100 que puso a California en camino a que el estado se abastezca 100% de energía renovable.
Pero seamos claro, este cambio de parecer de Krekorian no tiene que ver con que le haya extendido un perdón al concejal De León o que haya quedado en el olvido la razón con la que se justificó removerlo de los comités, sino según dijo, lo reintegró porque el resto de concejales no se la acaban con tanto trabajo.
De hecho, su vocero Hugh Esten citó como razones que 13 miembros del total de 15, están sirviendo en hasta cinco o seis comités.
“Tener a dos miembros en el Concejo sin hacer nada mientras cobran salario completo es imponer una carga excesiva a los otros 13 e interferir en el trabajo en el Concejo”, dijo Krekorian a través de su vocero.
¿O sea que el presidente del Concejo está castigando a Kevin, poniéndolo a trabajar en los comités?
Ante tanta confusión, envió un comunicado, diciendo que no era premio ni castigo.
El concejal De León no fue al único al que le devolvieron su derecho a participar en los comités del Concejo sino también al concejal Curren Price, quien voluntariamente se hizo a un lado de los comités en los que participaba, tras ser acusado de fraude, perjurio y conflicto de interés en junio de 2023.
La decisión de Krekorian para reintegrar a los comités a los concejales, puede deberse también a que quiso apoyar a su amigo el concejal Price, pero no podía volverlo a poner en los comités, sin incluir al concejal De León, lo cual le hubiera despertado muchas críticas.
No ha pasado desapercibido ante la opinión pública el doble rasero con que se ha manejado el caso de De León y el de Price.
La negativa contundente de sus colegas en el Cabildo a superar el asunto del audio, y darle vuelta a la página, contrasta con la defensa a ultranza del concejal Price, cuyas acusaciones criminales no les espantaron, alegando que todos son inocentes mientras no se pruebe lo contrario.
Hasta la fecha, los concejales Hugo Soto Martínez y Eunisses Hernández ven al concejal De León como apestado, mientras que al concejal acusado de cargos criminales, no hayan como apapacharlo.
Habrá que preguntarle al concejal De León cómo le ha hecho para aguantar tanta presión y que le hagan el feo algunos de sus compañeros en el Cabildo.
Lo cierto es que tras haber logrado milagrosamente avanzar hacia la segunda ronda en su esfuerzo por reelegirse en un segundo periodo en el Concejo, logró una victoria esta semana, al obtener el respaldo del Sindicato Internacional de Estibadores de los puertos del sur de California, un poderoso sindicato que representa a 8,000 trabajadores.
Cuentan por ahí que el asambleísta Miguel Santiago, todavía no se recupera y continúa en shock luego de la paliza electoral de las primarias que sufrió al haber quedado en tercer lugar en su esfuerzo por ir al Concejo de Los Ángeles.
Lo que pasa es que a muchos políticos les entró la ambición tan pronto vieron vapuleado a De León, y creyeron que iba a ser fácil deshacerse de él y apoderarse de su asiento.
La derrota de Santiago nos muestra que el dinero no lo es todo en una elección; tampoco contaron con que De León creció en el barrio bravo de Logan Heights en San Diego.