Personas mayores quedan varadas en hospitales de EE.UU.: por qué

Las salas de emergencia en EE.UU. enfrentan una crisis de internado, afectando gravemente a los adultos mayores con largas esperas y atención insuficiente, exacerbadas por la escasez de personal y alta demanda

Personas mayores quedan varadas en hospitales de EE.UU.: por qué

Crédito: Ground Picture | Shutterstock

Cada día, una escena inquietante se repite en los hospitales de Estados Unidos: personas mayores, tanto hombres como mujeres, se encuentran en camillas en los pasillos de las salas de emergencia.

Incluso cuando los médicos determinan que estos pacientes necesitan ser ingresados en el hospital, a menudo deben esperar en la sala de emergencias durante horas, o incluso más de un día. Durante este tiempo, soportan dolor e incomodidad sin recibir suficiente comida o agua, sin poder moverse adecuadamente, sin asistencia para llegar al baño y sin la atención médica que requieren.

El Dr. Hashem Zikry, médico de urgencias de UCLA Health, describe un panorama desolador: “Los pasillos de la sala de emergencias están llenos de extremo a extremo de pacientes en camillas en diversos estados de angustia pidiendo ayuda, incluidos varios pacientes mayores”.

Los profesionales de la salud llaman a este problema “internado en la sala de emergencias”. Según ellos, esta situación es tan grave como siempre, incluso peor que durante los primeros años de la pandemia de COVID-19, cuando los hospitales estaban abarrotados de pacientes gravemente enfermos.

Los adultos mayores, que representan casi el 20% de las visitas a emergencias, son especialmente vulnerables a las largas esperas. Estudios publicados en 2019 indicaban que aproximadamente el 10% de los pacientes experimentaron internaciones en la sala de emergencias antes de recibir atención hospitalaria, y de estos, entre el 30% y el 50% eran mayores de 65 años.

“Es una crisis de salud pública”, afirma Aisha Terry, profesora asociada de medicina de emergencia en la Universidad George Washington y presidenta de la junta del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia, que organizó una cumbre sobre el tema en septiembre.

La escasez de personal y las prioridades financieras que reservan más camas para procedimientos lucrativos contribuyen significativamente a los cuellos de botella en las salas de emergencia. Además, la alta demanda de servicios hospitalarios, impulsada por el envejecimiento de la población y los retrasos en el alta de pacientes debido a problemas para garantizar la atención domiciliaria y en residencias de ancianos, agravan la crisis.

Impacto en los adultos mayores

El impacto de las largas esperas en urgencias es particularmente grave para los adultos mayores frágiles y con múltiples problemas médicos. Confinados en camillas o incluso sillas duras y sin la ayuda adecuada de enfermeras, estos pacientes corren el riesgo de perder fuerzas, omitir medicamentos esenciales y sufrir complicaciones como el delirio.

La falta de datos precisos sobre el internado en emergencias agrava el problema. Los hospitales no están obligados a informar estos datos, y en 2021, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid retiraron una medida de internamiento. Aunque se han propuesto nuevas medidas nacionales de capacidad de atención de emergencia, aún no han sido aprobadas.

Ante esta crisis, algunos sistemas hospitalarios han empezado a destacar sus limitaciones de capacidad y la necesidad de más camas. Por ejemplo, el Hospital General de Massachusetts reportó un aumento del 32% en las visitas a urgencias entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, con pacientes esperando en promedio 14 horas para ser ingresados, y el 26% esperando más de 24 horas.

Para los adultos mayores, los médicos sugieren varias medidas para mejorar su experiencia en emergencias. “Tenga a otra persona con usted para defender”, recomienda Jesse Pines, jefe de innovación clínica de US Acute Care Solutions. Traer una lista de medicamentos, audífonos y anteojos, y tratar de moverse cuando sea posible son otras recomendaciones clave. Además, los amigos o familiares cuidadores deben procurar que el paciente coma, beba, vaya al baño y tome sus medicamentos de rutina.

En definitiva, mientras se esperan cambios más grandes en el sistema, estas pequeñas acciones pueden ayudar a aliviar el sufrimiento de los mayores en las salas de emergencia.

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