Madre de California que mató a su hija de 3 años en un presunto exorcismo no expresó remordimiento
Claudia Hernández, quien se encuentra detenida por la muerte de su hija de 3 años, cree que la menor estaba poseída por un demonio, así que decidió practicarle un supuesto exorcismo
La acusada aseguró tener una visión en la que dejaba a su hija en las puertas del cielo. Crédito: San Jose Police Department | Cortesía
Los fiscales quieren mantener tras las rejas a una madre de California y a dos de sus familiares, previo a que se lleve a cabo el juicio por presuntamente torturar hasta la muerte a su hija de 3 años.
La fiscal adjunta de distrito Rebekah Wise dijo que los acusados no han mostrado remordimiento. En particular, el estado dice que la madre, Claudia Hernández, de 26 años, sería un peligro para el público, especialmente para los niños, si es liberada.
La mujer había afirmado creer verdaderamente que la víctima, Arely Naomi Proctor, de 3 años, estaba poseída por un demonio, porque despertaba de noche y a veces gritaba y lloraba.
Las autoridades dijeron que incluso la madre compró un vestido funerario para la niña antes del asesinato, según informó KRON-TV. Hernández afirmó haber recibido una visión de Dios, dos semanas antes de la muerte de la niña, en la que ella la dejaba a las puertas del cielo.
“Ella no ha mostrado ningún remordimiento por el violento ataque que cometió contra Arely, y no cree que lo que hizo estuvo mal”, señaló Wise.
Cómo murió la menor
Durante el presunto exorcismo, Arely luchó por su vida mientras los tres acusados, todos familiares suyos, la agarraron por la fuerza por el cuello, el torso, la espalda y las piernas, y la asfixiaron.
Los fiscales dicen que el ataque ocurrió durante unas 20 horas y se llevó a cabo en la Iglesia Apóstoles y Profetas, entonces dirigida por el padre de Hernández y coacusado, René Trigueros Hernández, de 60 años.
El hermano de Hernández, René “Aarón” Hernández Santos, de 20 años, también está acusado de participar.
“Alrededor de las 19:00 horas, el acusado 2 [el tío] se arrodilló junto a la víctima que yacía en el suelo, y colocó una mano sobre el pecho de la víctima y otra sobre su espalda”, dice la declaración de los hechos.
“Aplicó presión a la víctima y mantuvo la presión durante aproximadamente 10 minutos. Dijo que la víctima estaba viva al comienzo de esto y cerró los ojos para orar. Al abrir los ojos creyó que la víctima había muerto. Continuaron orando y no tomaron ninguna medida para salvar la vida de la víctima”, se agrega.
Según el informe, el día que asesinaron a Arely nadie llamó al 911 para solicitar asistencia médica para salvarla, sino dos horas después, cuando ya estaba muerta.
Los tres adultos están acusados de un delito grave de abuso infantil que provocó la muerte.
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