No siempre hay que dejar propina: 5 situaciones que justifican no hacerlo
En los últimos meses, a los consumidores estadounidenses les es cada vez más pesado dejar propinas por los servicios que reciben. Para que no tengas un golpe de conciencia, te decimos las razones por las que es válido no dejar esta gratificación extra
Las propinas es una gratificación monetaria que demuestra que un cliente quedó satisfecho con el servicio recibido. Por lo regular, los servicios de entrega y los de los meseros de un restaurante son los más comunes en los que se da este dinero extra, aunque no son los únicos. Sin embargo, la inflación ha generado que las propinas se conviertan en una loza pesada para los consumidores estadounidenses. Son cada vez más los clientes que ya no dejan esta gratificación. Para ellos y para quienes están pensando en reducir esos gastos, les daremos 5 situaciones que justifican no dejar propina.
1. Un mal servicio
Hay que tomar en cuenta que las propinas no son obligatorias, como lo es un salario. Es una manera de un cliente de decir “gracias por el servicio”. Si simplemente no te gustó el servicio que recibiste, por alguna mala cara, una demora irracional o cualquier aspecto que no te hizo sentir bien, es justificable que reduzcas o incluso no dejes una propina.
Los especialistas laborales hacen una recomendación: aun cuando hayas recibido un mal servicio, deja al menos el 10% del costo de tu pago total. ¿Por qué? Cuando se habla de un restaurante, hay partes del proceso que no están bajo el control del camarero. Los expertos recomiendan hablar con la dirección para recibir una explicación sobre el asunto. También cualquiera puede tener un mal día y muchos de estos trabajadores dependen de las propinas para completar sus ingresos, porque el salario mínimo es menor que el general.
2. A personas que prestan algún servicio
Debes tener presente con qué tipo de trabajador te relacionas. Si bien un mesero tiene un salario o un repartidor recibe alguna comisión por entrega, las propinas son maneras de gratificaciones por sus servicios de atención directa al cliente.
En cambio, servicios de profesionales, como fontaneros, técnicos telefónicos, médicos, abogados, profesores, entre otros, te cobran directamente un salario por su servicio; un camarero o repartidor, no. De hecho, dependiendo del caso, una propina puede malinterpretarse como un soborno.
3. Compras en mostrador
Las personas que trabajan en un mostrador en alguna tienda son empleados directos de la compañía para la que trabajan. Ellos deben recibir un salario mínimo, que incluso es mayor que el de un camarero o un repartidor.
4. Servicios en eventos privados o de barra libre
La propina para los servicios de camarero, bartender y cocina en un evento privado pueden estar exentos. Es cierto que este estipendio siempre se agradece, sin embargo, no es obligatorio, ya que es muy seguro que el anfitrión haya acordado ya un pago por cada persona que presta estos servicios particulares.
5. Servicios con propinas incorporadas
Mucho ojo con esto, porque entre los cientos de servicios que ya tenemos en línea por medio de aplicaciones, algunos ya incorporan el cobro por el servicio y una propina “opcional”. Incluso hay restaurantes que ya agregan el costo del 10% por el servicio entregado. Debes estar atento con tu factura, porque si ya pagaste un 10%, quedaste satisfecho con el servicio y no te percatas de esta propina incorporada en tu cobro, es posible que dejes más dinero en la mesa de lo que hubieses querido.
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