Baby Yors, tan argentino como estadounidense
El joven artista ha recorrido un largo camino para poder lanzar su segundo disco titulado "Americano"
Cuando todavía era un adolescente, Marco Palou decidió viajar a Nueva York a buscarse la vida como artista. Sin embargo, lo que menos abundaba en su casa era el dinero. En ese entonces, su papá recibió un pago por un negocio que hizo, y sin dudarlo se lo dio a Marco para que emprendiera su viaje.
“En lugar de cambiar de auto o de comprarse ropa, me lo dio para que me fuera a Nueva York”, dijo el artista. “Lo hizo a pesar de que muchas personas le dijeron que no lo hiciera”.
El sueño de Marco era dedicarse a la actuación, bailar, cantar. Cualquier cosa que tuviera que ver con el arte. En su natal Jujuy, Argentina, había estudiado varias disciplinas, entre ellas ballet clásico —esto a escondidas de su mamá, a quien no le hacía feliz que su hijo bailara—.
A los 18 años, Marco comenzó a abrirse camino en la Gran Manzana y comenzaron a llegarle ofertas para actuar. Estaba en un buen momento cuando decidió que se operaría la nariz porque tenía un pequeño problema para respirar.
Entonces comenzó su odisea.
“Me dejaron un pedazo de algodón en la nariz”, dijo. “Parecía criatura de [la cinta] Avatar; dejé de actuar a pesar de que tenía mucho trabajo; tuve que poner mi vida en pausa porque estuve muy cerca de la muerte”.
Marco superó el trance, pero esa experiencia le dio la idea para la que sería una divertida canción con ritmos pop de su disco “Americano”, que saldrá a la venta el 4 de julio.
La canción, titulada “Cara de ule” —“ule” sin hache— es una sátira a la predominante tendencia de muchas personas a modificarse el cuerpo o la cara con cirugías plásticas con el afán de mejorar su apariencia.
Esto sucedió hace más de diez años, pero fue un evento que cambió la dirección de la carrera de Marco, cuyo nombre como artista es Baby Yors. Durante la convalecencia y la soledad, se dedicó a escribir y a desarrollar su faceta como cantautor.
“Siempre lo hice, pero ahora ya era más profundo”, dijo Marco, de 32 años. “Había hecho muchas cosas, como danza, deportes, idiomas, danza clásica, pero todo con poca profundidad, y de repente todo se calla; sentí que en ese momento crecí”.
El álbum contiene ocho temas en total que celebran la asimilación y el amor de Marco por Estados Unidos.
“Necesitaba expresar lo que tenía en mi cabeza”, dijo. “Vengo de las montañas, no tenía conexiones ni nada, y de repente, estar en Nueva York era como ser un sapo de otro pozo; casi desde que llegué pensé en hacer algo con esta experiencia”.
Más adelante, el artista—quien desde hace más de dos años vive en Los Ángeles— espera hacer una edición de lujo de “Americano”, donde piensa agregar unos cinco temas más. Es parte de su celebración de sentirse ahora tan argentino como estadounidense. Ya han pasado 14 años desde que llegó y muchos de los obstáculos que enfrentó como inmigrante —entre ellos el idioma— ya fueron superados.
“Sueño en ambos idiomas pero ahora me siento como en casa, y eso es el álbum”, dijo.