Los programas de aprendizaje de verano reducen las brechas de oportunidades

Las investigaciones muestran que los programas de educación de verano son esenciales para cerrar las brechas de aprendizaje de los estudiantes latinos y afroamericanos

FILE - In this May 15, 2012 file photo, Ritter Elementary School elementary students practice their math skills in Los Angeles. Soaring tax revenues have brought per-pupil education spending in California beyond pre-recession levels, but even the new record sum proposed by Gov. Jerry Brown is unlikely to reverse the state’s standing as a comparative miser when it comes to investing in public schools, advocates and education officials said. (AP Photo/Damian Dovarganes, File)

Los programas de verano son importantes para los estudiantes. Crédito: Damian Dovarganes | AP

El verano debería ser divertido, ¿no? Con la llegada de las temperaturas cálidas y la emoción de los niños y adolescentes de despertarse sin alarmas, muchas familias se preparan para el verano con una variedad de planes diseñados para disfrutar del cambio de ritmo “en familia”. En efecto, las vacaciones estivales pueden beneficiar a los estudiantes proporcionándoles el descanso y esparcimiento necesarios para reducir el agotamiento académico, ofreciendo oportunidades de aprendizaje experimental a través de viajes, aficiones y actividades familiares académicamente enriquecedoras. Sin embargo, en algunos casos, las vacaciones de verano pueden tener efectos limitantes, especialmente para las familias que carecen de recursos para costear actividades como campamentos de matemáticas o música, clases particulares o viajes.

Según el Departamento de Educación de EEUU, en promedio, los estudiantes pierden aproximadamente dos meses de conocimientos en matemáticas y lectura durante los meses de verano. Es lo que se conoce como “retroceso o bajón de verano”, que afecta a estudiantes de todos los orígenes. Sin un compromiso académico regular los alumnos a menudo olvidan las habilidades y conocimientos adquiridos durante el año escolar.

Este ” retroceso o bajón de verano” puede ampliar las diferencias de aprendizaje entre compañeros, haciendo cada vez más difícil ponerse y mantenerse al día. Para evitar que los estudiantes experimenten este fenómeno, muchas escuelas ofrecen programas de verano de alta calidad que proporcionan apoyo académico específico en asignaturas básicas como matemáticas y lectura y pueden adaptarse a las necesidades específicas de los estudiantes. Los programas educativos de verano ayudan a asegurar que éstos estén mejor preparados para el próximo año escolar.

Más aún, las investigaciones muestran que los programas de educación de verano son esenciales para cerrar las brechas de aprendizaje de los estudiantes latinos y afroamericanos, así como de los estudiantes de bajos ingresos y sin hogar, en las escuelas públicas de California. Estas brechas a menudo se ven exacerbadas por las desigualdades sistémicas y la pérdida de aprendizaje experimentada durante la pandemia, lo que afecta al desarrollo académico y social de los estudiantes más vulnerables.

Ahora bien, la eficacia de los programas de verano depende de su diseño e implementación. Los programas exitosos suelen tener clases reducidas, enseñanza individualizada y actividades prácticas enriquecedoras que hacen que el aprendizaje sea agradable. La integración de actividades artísticas, musicales y deportivas puede proporcionar una experiencia completa que mantenga a los alumnos motivados y comprometidos.

Estos programas también responden a las necesidades familiares. En muchos casos, los hijos mayores se ocupan de sus hermanos pequeños mientras sus padres trabajan. Los programas de verano que apoyan la capacidad de los estudiantes para asistir al programa tomando en consideración los horarios de los padres ayudan a aumentar la asistencia y el compromiso.

Un ejemplo exitoso es el programa de aprendizaje de verano de la escuela primaria PUENTE Charter de Boyle Heights. Su programa gratuito, abierto a todos los estudiantes de la zona, se centra en lo académico y ofrece clases de enriquecimiento y actividades al aire libre que evitan la pérdida de aprendizaje y cierran la brecha de oportunidades. Como parte de su sesión estival, la escuela ofrece a los estudiantes de secundaria programas que les permiten explorar intereses profesionales o participar en proyectos de servicio comunitario. Los estudiantes que completan los programas de secundaria reciben un estipendio por su participación y compromiso.

En definitiva, los programas de educación de verano son una herramienta vital en el esfuerzo por cerrar las brechas de oportunidades de los estudiantes más vulnerables y ayudan a nivelar el campo de juego. Al proporcionar apoyo académico específico, planes de estudio culturalmente relevantes, la participación de la familia, y hacer frente a las barreras de acceso, estos programas pueden mitigar significativamente los efectos del “bajón de verano”, manteniendo a los estudiantes seguros, comprometidos y disfrutando de la temporada estival. Los esfuerzos en todo el estado y en Los Ángeles, en particular, hacen que el aprendizaje de verano sea divertido, impactante y accesible para todos. Los padres pueden invertir en el futuro académico de sus hijos aprovechando las oportunidades educativas de verano que ofrecen las escuelas públicas inscribiendo a sus hijos en estos programas.

(*) Myrna Castrejón es la presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Escuelas Chárter de California (CCSA por sus siglas en inglés).

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