La derrota de las petroleras significa el derecho a vecindarios saludables en California

Con el apoyo de la campaña ‘Que no te engañen’, las comunidades de justicia ambiental doblegaron a los gigantes de la contaminación producida por combustibles fósiles

Con las refinerías a sus espaldas, niños jeugan en el parque Wilmington Waterfront. Wilmington tiene la mayor concentración de refinerías en el estado. (Aurelia Ventura/La Opinion)

Con las refinerías a sus espaldas, niños jeugan en el parque Wilmington Waterfront. Wilmington tiene la mayor concentración de refinerías en el estado. (Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

El retiro de las elecciones de noviembre del referéndum SB-1137 patrocinado por las grandes corporaciones petroleras, no solo es un triunfo para las comunidades de justicia ambiental, sino para todo California.

Es una victoria para las comunidades de color que eran las que terminaban pagando con su vida, en muchos casos, por las enfermedades causadas por estos monstruos corporativos y fuentes de contaminación que lo único que les interesa es el dinero, las ganancias y no la salud del ser humano.

Recordemos que hay casi 30,000 pozos petroleros en un radio de media milla de hogares, escuelas, hospitales y otros sitios sensibles en todo el estado. Esos pozos afectan a casi tres millones de californianos, de los cuales, el 70% son comunidades de color.

Pero gracias a una defensa de base de la justicia ambiental, en el 2022, la medida SB-1137 puso fin a las nuevas perforaciones de gas y petróleo dentro de un radio de 32,000 pies de áreas sensibles.

En otras palabras, con la medida SB-1137 ya no podría haber perforaciones y contaminación en zonas residenciales o cerca de escuelas, parques y hospitales; además, se aumentó los estándares de salud y de seguridad en pozos existentes.

No obstante, las empresas petroleras no estaban contentas y estaban dispuestas a invertir lo que fura para revertir esa decisión con un referéndum.

Así que desde el primer momento se inició una campaña llena de mentiras para confundir al electorado y en las elecciones de noviembre de este año los californianos votáramos a su favor. Al parecer no había límite en lo económico y ya se llevaban gastados $61 millones de dólares para lograr poner el referéndum en la boleta electoral.

No obstante, estas empresas nunca imaginaron el trabajo comunitario de base por la justicia ambiental en California. Inmediatamente estas organizaciones se movilizaron para alertar a los californianos de los peligros y de lo que representaba el referéndum.

Este esfuerzo incluyó la campaña “Que no te engañen” donde participaron varias organizaciones como Médicos por Responsabilidad Social en Los Ángeles, la Red de Justicia Ambiental de California Central, el Comité Cívico del Valle y el Instituto LEAP de Fresno.

Además, el trabajo de resiliencia incluyó un corrido norteño interpretado por Juve Quintana y su banda. Una canción con un tono romántico, pero muy pegajosa donde se explicaba el actuar de estas empresas con las comunidades de color y cómo, hasta la fecha, su objetivo ha sido lucrar con la gente sin importar las consecuencias.

Esta campaña fue una presión sobre los funcionarios electos por parte de los votantes que viven en las áreas que han sido y son afectadas por estas empresas. Fue un mensaje directo para que se mantuvieran a lado de la gente que vota y se termine con la explotación de pozos petroleros que tanto daño hace a todos los californianos.

Afortunadamente la semana pasada, las empresas decidieron retirar el referéndum y la medida SB-1137 entrará en vigor inmediatamente para proteger la salud y la seguridad de las familias trabajadoras.

Es por eso que si pudiéramos describir el triunfo de los californianos ante las grandes petroleras, muy bien podríamos decir que fue un triunfo de David contra Goliat.

Muy bien lo dijo Juan Flores, el director del Centro sobre raza, pobreza y medio ambiente, en un comentario reciente sobre el trabajo realizado para contrarrestar ese torrente de desinformación de las empresas petroleras.

“Esta victoria es un testimonio del poder del activismo de base y la resiliencia de nuestras comunidades frente a las grandes petroleras”.

No olvidemos que los organizadores de comunidades de justicia ambiental han luchado durante décadas contra el impacto tóxico de la extracción de petróleo, pero también tengamos bien presentes los nombres de la Senadoras Monique Limón, Lena González y el asambleísta Bryan que han apoyado estos esfuerzos.

Una coalición de organizaciones a favor del medio ambiente subrayó el trabajo de las comunidades de justicia ambiental y dijeron que ya era hora de poner un alto a la industria de los combustibles fósiles que continuaba haciendo de las comunidades afectadas, zonas de sacrificio a cambio de ganancias.

“La derrota de las grandes petroleras ha mostrado, sin lugar a dudas, el poder de las comunidades de justicia ambiental. Los días de los combustibles fósiles están contados en California, Estados Unidos y el mundo”, publicaron las organizaciones: Comunidades para un mejor medio ambiente, Alianza por la Justicia Ambiental de California y el Centro sobre Raza, Pobreza y Medio Ambiente, entre muchas otras.

En respuesta al retiro del referéndum, Mabel Tsang, directora política de la Alianza por la Justicia Ambiental de California, expresó que se ha derrotado a las grandes petroleras en la legislatura, en la regulación y ahora en las elecciones, en su propio juego y según sus propias reglas.

“No hay nada que detenga nuestro trabajo para construir un futuro con energía limpia”, subrayó Mabel.

(*) Gabriel Lerner es editor Emérito del diario La Opinión.

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