Los trabajadores del turismo necesitan un salario digno

Cuando las corporaciones se niegan a pagar salarios dignos, las familias sufren

Aracelli Aguirre y su hermano Dylan López.

Aracelli Aguirre y su hermano Dylan López. Crédito: Aracelli Aguirre | Cortesía

Soy dueña de Café Fresco, un restaurante pequeño en el corazón de Los Ángeles, en el barrio de Miracle Mile. Muchos de mis clientes son turistas de todo el mundo que visitan destinos populares cercanos, como los museos sobre Museum Row, desde LACMA a La Brea Tar Pits, y se alojan en los hoteles a poca distancia.

Me emocionó unirme a la coalición para los trabajadores de turismo, conocida como Tourism Workers Rising, junto con otros 360 negocios pequeños en Los Ángeles en apoyo de un aumento de los salarios de los trabajadores en los hoteles grandes y LAX.

Para que prosperen los negocios pequeños como Café Fresco, necesitamos que las corporaciones grandes les paguen un salario digno a sus empleados. Cuando los trabajadores tienen un poco más en sus bolsillos, lo gastan en sus comunidades locales.

Además de dar la bienvenida a los turistas que se alojan en hoteles cercanos, he tenido la oportunidad de conocer y servir a muchos de esos trabajadores de turismo que son esenciales para la economía de Los Ángeles.

La mayoría de ellos son trabajadores inmigrantes que llegaron en busca de una vida mejor, pero en cambio se encuentran luchando por mantener un techo donde vivir. Los hoteles grandes simplemente no les pagan a sus trabajadores lo suficiente para mantenerse al día.

Uno de nuestros clientes trabajaba en un hotel cercano y frecuentaba nuestro restaurante varias veces a la semana durante su hora de lonche. Siempre estaba emocionado de probar nuestros jugos frescos.

Mi esposo le recomendaba algunas de nuestras bebidas más populares, como Very Berry, La Playa o Blueberry Bliss. Pero durante el año pasado, nos dimos cuenta que dejó de frecuentar.

Lamentablemente, más tarde supe que en lugar de venir a comer un platillo caliente o un jugo fresco, ahora compraba alimentos ligeros menos nutritivos y económicos en tiendas de licores, como bolsas de papas fritas. Un platillo saludable o un almuerzo ocasional es un lujo que muchos trabajadores como él ya no pueden permitirse.

Veo la lucha de mi propia familia en mis clientes que trabajan en la industria del turismo. Mi familia y yo emigramos desde Quito, Ecuador hace casi 27 años. El sueño de mis padres era traer el sabor de Ecuador a Los Ángeles, un sueño que finalmente pudimos cumplir en 2021 cuando abrimos las puertas de nuestro restaurante familiar.

Nuestro negocio familiar es una representación del sueño americano y un testimonio de las diversas comunidades de Los Ángeles. Hay algo en el menú para todos– una barra de jugos y espresso, opciones de desayuno y almuerzo, y platos mexicanos.

En los fines de semana, es uno de los pocos lugares en Los Ángeles que sirve comida tradicional ecuatoriana y se ha convertido en un segundo hogar para la pequeña comunidad ecuatoriana de Los Ángeles. Me gustaría que lugares como Café Fresco sigan siendo un lugar para que disfruten todas las familias.

La realidad es que las familias trabajadoras están luchando para llegar a fin de mes y se ven obligados a recortar todo lo que puedan.

Tengo familiares que han tenido que trabajar más de un trabajo y hasta aceptar más turnos sólo para sobrevivir. Cuando las corporaciones grandes les pagan a sus empleados salarios de miseria, perjudican a familias enteras y a los negocios pequeños. Las familias simplemente ya no salen a comer tanto como antes.

Cuando las corporaciones se niegan a pagar salarios dignos, las familias sufren y la mayoría de sus sueldos tiene que ir para cubrir el costo de la vivienda, los alimentos, transportación, y otras necesidades, dejándoles con poco o nada para darse un lujo.

Como he visto cuánto luchan mis clientes, trato de hacer mi parte para ayudar. Ofrezco un 10% de descuento a los trabajadores del turismo y les regalo un café o una botana cuando pueda para mejorar sus días. Lo menos que pueden hacer las corporaciones de la industria turística, es pagarle a sus trabajadores un salario digno.

La proximidad de Café Fresco a los hoteles y sitios turísticos nos hace parte del ecosistema del sector turístico y me da cuenta de primera mano sobre cómo la industria turística impacta a nuestra economía local. Puedo ver que la industria del turismo es muy provechosa y que los turistas han regresado a Los Ángeles. Pero los trabajadores que mantienen la industria en marcha no reciben su parte justa.

Espero que los concejales de Los Ángeles tomen acción pronto y aprueben la ordenanza para actualizar el salario digno para los trabajadores del turismo, también conocida como política de Tourism Workers Rising. Esta política no sólo beneficiará a los trabajadores del turismo y a sus familias, sino que también permitirá que prosperen las pequeñas empresas familiares como la mía.

(*) Aracelli es dueña de un restaurante ecuatoriano en la área Miracle Mile de Los Ángeles y apoya un aumento salarial para los trabajadores del turismo. 

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