Aumenta la competencia y escasez de medicamentos para perder peso
El éxito de Ozempic y Wegovy impulsa la competencia en el mercado de medicamentos para bajar de peso, con nuevas empresas desafiando a Eli Lilly y Novo Nordisk
El mercado de medicamentos para bajar de peso está experimentando un auge gracias al éxito de productos superventas como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound. Este éxito ha incentivado a numerosas empresas a intentar entrar en el lucrativo sector, buscando desafiar a los actuales dominadores del mercado, Eli Lilly y Novo Nordisk.
Zealand Pharma, una biotecnológica danesa, se prepara para competir con su compatriota Novo Nordisk con varios proyectos prometedores. Uno de estos es el survodutide, un inyectable desarrollado junto a Boehringer Ingelheim de Alemania que imita la hormona intestinal GLP-1, similar a Wegovy y Zepbound, y otra hormona llamada glucagón.
Este medicamento ha mostrado resultados positivos en ensayos clínicos de etapa intermedia tanto para la obesidad como para la enfermedad del hígado graso. Además, Zealand Pharma está desarrollando petrelintida, que imita la hormona reguladora del hambre, amilina. El director ejecutivo Adam Steensberg ha expresado que este fármaco podría ser clave en la terapia para el control del peso, basándose en sus resultados iniciales.
Otra compañía que ha emergido como un serio competidor es Viking Therapeutics, con sede en San Diego. En febrero, la empresa reveló datos prometedores sobre el VK2735, un fármaco experimental que, administrado semanalmente como inyección, mostró resultados superiores a los de Novo y Lilly.
En marzo, Viking anunció planes para desarrollar una versión en tableta oral después de un ensayo preliminar que reveló una pérdida de peso de hasta un 3,3%.
Por otro lado, Terns Pharmaceuticals está trabajando en un fármaco oral que también se dirige a la hormona GLP-1. La compañía espera publicar datos sobre la pérdida de peso en un ensayo de etapa temprana en la segunda mitad de 2024.
Medicamentos para perder peso podrían entrar al mercado y competir con los grandes fabricantes
Mientras tanto, la startup de San Francisco, Structure Therapeutics, está desarrollando el GSBR-1290, un fármaco oral GLP-1 que se toma una vez al día. Este medicamento superó las expectativas en junio, mostrando una pérdida de peso promedio del 6% en un estudio de etapa intermedia. Raymond Stevens, fundador y director ejecutivo, cree que este fármaco tiene el potencial de ser “el mejor de su clase” y una base ideal para crear terapias combinadas.
En marzo, Altimmune, una empresa con sede en Maryland, presentó resultados prometedores para su fármaco inyectable pemvidutide, que también pertenece a la clase de GLP-1. Este fármaco destacó por preservar la masa muscular magra mientras inducía la pérdida de peso, mayormente de grasa. El director ejecutivo Vipin Garg ha mencionado que la compañía busca activamente un socio global para avanzar en los ensayos y lanzamiento del fármaco.
Pfizer, a pesar de haber descartado dos píldoras experimentales el año pasado debido a efectos secundarios, está determinada a competir en el mercado de la obesidad. En julio, la compañía avanzó con una píldora de danuglipron de una toma diaria tras obtener datos alentadores de un ensayo inicial.
Amgen, a pesar de abandonar sus planes para una píldora experimental en mayo, continúa buscando una porción del mercado con MariTide, una inyección mensual que ayuda a los pacientes a mantener la pérdida de peso después de dejar de tomarla. Este es un problema común con los tratamientos actuales.
Mientras que Novo Nordisk y Eli Lilly continúan perfeccionando sus medicamentos existentes y desarrollando nuevos fármacos, otras empresas intentan cerrar la brecha. Novo está desarrollando una versión oral de semaglutida para un tratamiento diario y nuevos fármacos como CagriSema, que combina GLP-1 y amilina.
También están trabajando en amicretina, que se dirige tanto al GLP-1 como a la amilina. Lilly, que recientemente obtuvo la aprobación para Zepbound, está desarrollando nuevos medicamentos como orforglipron y retatrutide.
Aunque estos competidores están avanzando, desarrollar un nuevo medicamento puede tomar entre 10 y 20 años y la mayoría de los fármacos fallan en las pruebas clínicas. Además, lanzar un medicamento es costoso y logísticamente complejo. Las grandes farmacéuticas frecuentemente adquieren compañías más pequeñas con fármacos prometedores para fortalecer sus propias carteras.
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