Dieta prenatal y autismo: qué dice un nuevo estudio
Una dieta prenatal saludable reduce el riesgo de autismo y dificultades de comunicación social en niños, basado en datos de Noruega y el Reino Unido
Un reciente estudio ha revelado que una dieta saludable durante el embarazo podría reducir el riesgo de autismo y dificultades de comunicación social en los niños. Esta investigación se basó en el análisis de datos de dos grandes cohortes en Noruega y el Reino Unido, proporcionando evidencia significativa sobre el impacto de la nutrición prenatal en el desarrollo neurológico infantil.
El estudio incluyó a 84,548 parejas madre-bebé del Estudio de Cohorte Noruego de Madres, Padres e Hijos (MoBa) y a 11,670 parejas del Estudio Longitudinal de Avon de Padres e Hijos (ALSPAC). Los investigadores encontraron que las madres que seguían una dieta saludable durante el embarazo tenían menos probabilidades de tener hijos diagnosticados con autismo o que enfrentaran desafíos de comunicación social.
Los resultados subrayan la importancia de una dieta prenatal nutritiva, asociándola con una reducción del 22% en el riesgo de diagnóstico de autismo. También se observó una disminución significativa en las dificultades de comunicación social en los niños cuyas madres mantuvieron una dieta saludable durante la gestación.
El autismo, un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por dificultades en la comunicación social y comportamientos repetitivos y restringidos, afecta entre el 1% y el 2% de la población general. La etiología del autismo es compleja y multifactorial, con factores prenatales como la dieta emergiendo como influencias significativas.
El estudio utilizó cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos para evaluar los patrones alimentarios prenatales, clasificándolos en adherencia baja, media y alta a una dieta saludable. Los hallazgos fueron consistentes en ambas cohortes: una mayor adherencia a una dieta saludable durante el embarazo se vinculó con menores probabilidades de que los niños fueran diagnosticados con autismo y de que enfrentaran problemas de comunicación social a los 3 y 8 años.
Los investigadores emplearon una metodología rigurosa para garantizar la fiabilidad de sus resultados. Utilizaron análisis factoriales para derivar un patrón dietético prenatal saludable, que incluía un alto consumo de frutas, verduras, pescado, frutos secos y cereales integrales, y una baja ingesta de carnes rojas y procesadas, refrescos y alimentos ricos en grasas y carbohidratos refinados.
Los diagnósticos de autismo en la cohorte MoBa se confirmaron mediante el Registro de Pacientes Noruegos, que recoge todos los diagnósticos realizados en el sistema público de atención médica especializada. Las dificultades de comunicación social se evaluaron utilizando el Cuestionario de Comunicación Social (SCQ) y la Lista de Verificación de Trastornos Sociales y de la Comunicación (SCDC).
En la cohorte MoBa, la alta adherencia a una dieta prenatal saludable se asoció con una menor probabilidad de diagnóstico de autismo (odds ratio [OR], 0,78; intervalo de confianza del 95% [IC], 0,66-0,92). Además, se observó una menor probabilidad de dificultades de comunicación social a los 3 años (OR, 0,76; IC del 95%, 0,70-0,82) y a los 8 años (OR, 0,74; IC del 95%, 0,55-0,98) tanto en MoBa como en ALSPAC.
El estudio no encontró asociaciones consistentes con conductas restrictivas y repetitivas, otro aspecto fundamental del autismo. Esto sugiere que diferentes características del autismo podrían tener vías etiológicas distintas y podrían estar influenciadas de manera diferente por la dieta prenatal.
Los investigadores plantean varias hipótesis sobre cómo una dieta saludable durante el embarazo podría reducir el riesgo de autismo y dificultades de comunicación social. Una teoría es que una dieta nutritiva favorece el desarrollo óptimo del cerebro fetal al proporcionar nutrientes esenciales cruciales para el desarrollo neurológico. Los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado, son conocidos por su papel en la estructura y función cerebral. Además, las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de una dieta saludable podrían mitigar la inflamación crónica y el estrés oxidativo, factores vinculados a trastornos del desarrollo neurológico.
Las fortalezas del estudio incluyen el gran tamaño de la muestra y el diseño prospectivo, lo que reduce el riesgo de sesgo de memoria y permite una evaluación más precisa de la dieta prenatal y los resultados del desarrollo neurológico. La replicación de los hallazgos en dos cohortes diferentes también refuerza la robustez de los resultados.
No obstante, el estudio tiene limitaciones. Los datos dietéticos autoinformados pueden estar sujetos a errores de medición, y las evaluaciones individuales de la dieta durante el embarazo podrían no reflejar cambios dietéticos a lo largo del tiempo. Aunque los investigadores ajustaron por diversos factores de confusión, no se pueden descartar por completo los factores de confusión no medidos.
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