Detrás de vidrio antibalas, Trump vive primer mitin al aire libre desde intento de asesinato
Donald Trump habló desde el Museo de Aviación y Salón de la Fama de Carolina del Norte en Asheboro, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad
Donald Trump tuvo su primer mitin al aire libre desde el intento de asesinato del mes pasado, pero esta vez lo hizo con máxima seguridad y detrás de vidrio antibalas. El escenario elegido fue la ciudad de Asheboro, en el estado clave de Carolina del Norte.
En su discurso, Trump culpó al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris por la retirada mortal de Afganistán y por las guerras en Ucrania y Medio Oriente, al tiempo que lo hizo repetidamente en sus comentarios en la reunión demócrata en Chicago, donde orador tras orador ha atacado a Trump como una amenaza para el país si regresa a la Casa Blanca.
El acto estuvo centrado en la seguridad nacional y lo aprovechó para alegar que Estados Unidos era más fuerte bajo su mandato y para subrayar que guerras como la de Ucrania no habrían sucedido de seguir él en el poder: “Mi actitud nos mantenía fuera de las guerras. Yo paraba guerras con llamadas de teléfono”.
Trump repitió su denuncia de que el actual presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, “nos están llevando al precipicio de la III Guerra Mundial“. Él, según afirmó, devolverá la paz al mundo.
El exmandatario también incidió en la promesa de erigir en Estados Unidos una Cúpula de Hierro como la israelí.
“Ayudamos a Israel y otros países. (El expresidente) Ronald Reagan la quiso hace muchos años. Tenía razón, pero entonces no teníamos la tecnología adecuada. Hoy contamos con una tecnología increíble. Otros países la tienen y este país debería tenerla”, sostuvo.
El evento, que se anunció como centrado en cuestiones de seguridad nacional, fue parte de una serie de contraprogramaciones de una semana de Trump a la Convención Nacional Demócrata, que se está llevando a cabo en Chicago. Los aliados lo han estado instando a centrarse en la política en lugar de en los ataques personales contra Harris mientras lucha por adaptarse a la salida de Biden de la carrera.
Pese a las medidas extra de seguridad, en un momento de su intervención abandonó levemente ese espacio protegido para ir a abrazar a una mujer del público.
El magnate neoyorquino, de 78 años, resultó herido en una oreja el pasado 13 de julio después de que un joven le disparara en un mitin en Butler, Pennsylvania. El agresor se encontraba en un tejado de un edificio situado fuera del recinto en el que se celebraba el acto político y, antes de ser abatido por las fuerzas del orden, mató a una persona del público e hirió a otras dos.
A casi un mes de ese momento, el Servicio Secreto aprobó un plan para incrementar la seguridad de Trump que incluye el uso de pantallas de vidrio blindado. Normalmente, esas láminas a prueba de balas solo se proporcionan a los presidentes y vicepresidentes cuando se considera necesario en apariciones al aire libre.
La comparecencia de Trump de este miércoles, la primera que tiene lugar con ese nuevo dispositivo, se enmarca en una intensa semana de campaña en la que él y su candidato a vicepresidente, el senador J.D. Vance, intentan contrarrestar el foco mediático que se cierne sobre la Convención Nacional Demócrata de Chicago, que ha oficializado la candidatura de Harris a la Casa Blanca.
Trump y su equipo acudirán estos días a cuatro estados clave: Pensilvania, Míchigan, Carolina del Norte y Arizona, en los que se centrarán en cuestiones cruciales para los conservadores de cara a las presidenciales del 5 de noviembre, como la inmigración, la seguridad o la economía.
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