Qué cosas no debemos decir a un familiar con demencia, según expertos
La demencia afecta las emociones y la comunicación. Elegir palabras con cuidado y ofrecer apoyo respetuoso mejora el bienestar y la dignidad del paciente
La demencia, una enfermedad que afecta principalmente la mente, también tiene un impacto profundo en las emociones de quienes la padecen. Las personas que sufren deterioro cognitivo experimentan cambios emocionales frecuentes y, a menudo, tienen menos control sobre sus sentimientos, lo que puede dificultar la comunicación y las relaciones interpersonales.
Según la Sociedad de Alzheimer, esta falta de control emocional puede complicar el día a día tanto para los pacientes como para sus cuidadores.
Dana Eble, gerente de extensión de la Red de Cuidadores de Alzheimer en Detroit, Michigan, destacó que la mayoría de las personas no tienen interacciones regulares con quienes padecen demencia, lo que puede generar incertidumbre sobre cómo actuar o qué decir en esas situaciones. “Incluso las interacciones más bien intencionadas pueden provocar estrés o confusión en alguien con deterioro cognitivo”, explicó Eble.
Los expertos coinciden en que es crucial elegir cuidadosamente las palabras al comunicarse con una persona con demencia, evitando frases o preguntas que puedan ser malinterpretadas o que causen incomodidad.
Una de las preguntas más problemáticas, según Timothy Frie, neurocientífico nutricional en Atlanta, Georgia, es “¿No te acuerdas?”. Esta pregunta puede ser frustrante y vergonzosa, ya que la pérdida de memoria es un síntoma central de la demencia. Al obligar a la persona a reconocer su deterioro, se corre el riesgo de aumentar su angustia emocional.
El paciente decide
Christina Chartrand, vicepresidenta de Senior Helpers, una empresa de atención domiciliaria en Florida, añade que hacer que alguien con demencia recuerde un evento o una conversación pasada puede hacer que se sientan mal consigo mismos.
En lugar de asumir que la persona no puede hacer algo, Adria Thompson, patóloga del habla con experiencia en el cuidado de la demencia, sugiere ofrecer ayuda y permitir que el paciente decida si la necesita, lo que respeta su autonomía y dignidad.
Otro aspecto importante a considerar es evitar corregir o discutir con una persona con demencia, ya que esto puede generar enojo y agitación. La Dra. Elizabeth Landsverk, geriatra en California, recomienda mantener la paz en lugar de insistir en tener la razón. A medida que la enfermedad avanza, los pacientes pierden el sentido del tiempo, lo que hace que preguntas sobre fechas o eventos futuros no tengan sentido para ellos.
Los expertos también recomiendan no señalar cuando alguien se repite, ya que esto puede generar frustración y timidez. Jennifer Fink, experta en cuidados de California, señala que en las etapas intermedias de la enfermedad, los pacientes pueden ser conscientes de su deterioro, lo que agrava su ansiedad.
Preguntas simples como “¿Cómo te sientes?” pueden ser desconcertantes para alguien con demencia, ya que pueden no recordar cómo se sentían minutos antes. Michael Kramer, educador de cuidados a largo plazo en Ontario, sugiere tener paciencia y esforzarse por comprender la perspectiva del paciente, manteniendo su dignidad y fomentando una comunicación abierta.
Por último, cuando se trata de actividades diarias, es mejor guiar a la persona con demencia en lugar de hacer preguntas abiertas. Dana Eble sugiere frases directas como “Vamos al baño” en lugar de “¿Quieres ir al baño?”. Las opciones abiertas pueden ser confusas y abrumadoras, por lo que es más eficaz presentar opciones limitadas y claras. Estos enfoques no solo facilitan la comunicación, sino que también ayudan a mantener la calma y el bienestar emocional del paciente.
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