El mpox podría extenderse a zonas de conflicto en el este de África
El brote de mpox amenaza al este de África, exacerbado por conflictos armados. La vacunación y cooperación humanitaria son esenciales para frenar su propagación
El desplazamiento forzado de personas en zonas de guerra hace necesario considerar la vacunación en puntos de tránsito y campamentos de refugiados. Crédito: Tai Dundua | Shutterstock
La República Democrática del Congo fue el epicentro de un brote de mpox, una enfermedad infecciosa viral que rápidamente se extendió a varios países del este de África, como Kenia, Ruanda, Burundi y Uganda.
En agosto de 2024, los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Organización Mundial de la Salud declararon el brote como una emergencia de salud pública de interés internacional.
El mayor peligro radica en la posible expansión del virus a otros países de la región, especialmente aquellos que están en guerra o han sufrido conflictos recientes.
Los países en conflicto, como Sudán, Somalia y Etiopía, enfrentan desafíos inmensos en sus sistemas de salud, los cuales han sido devastados por años de violencia. En Sudán, por ejemplo, un conflicto prolongado ha llevado al cierre del 70% de los centros de salud, dejando al resto vulnerables a ataques, cortes de electricidad y una aguda falta de suministros médicos y personal.
Somalia, otro país afectado por décadas de conflicto, tiene una de las tasas de inmunización infantil más bajas del mundo, lo que agrava aún más la situación sanitaria en el contexto de un brote.
Etiopía, que recientemente salió de una guerra en la región de Tigray, es un caso emblemático de cómo los conflictos pueden diezmar la atención médica. Nuestra investigación en Tigray, centrada en los impactos negativos de los conflictos en la salud pública, reveló un colapso casi total del sistema sanitario, dejando a la población en una crisis humanitaria.
Desde el inicio del conflicto en 2020 hasta su finalización en 2022, los servicios médicos y humanitarios quedaron paralizados. Esto, sumado a la falta de acceso a medicamentos y atención, ha llevado a un aumento de enfermedades.
Falta de atención inmediata
Las consecuencias del conflicto armado en la salud no se limitan a la falta de atención inmediata. En un estudio sobre la cobertura de vacunación en niños menores de un año en Tigray, se descubrió que solo el 39% de los bebés habían recibido alguna vacuna básica, mientras que el 20% había recibido todas las vacunas recomendadas para su edad. Este dato es especialmente en el contexto del brote de mpox, donde la vacunación es crucial para controlar la propagación de la enfermedad.
El impacto del conflicto en la distribución de vacunas no es exclusivo de Etiopía. Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud destacó que 12 de los 18 estados de Sudán están enfrentando simultáneamente brotes de varias enfermedades infecciosas, como el cólera, dengue, malaria, sarampión y meningitis, todas ellas agravadas por la falta de un sistema de salud funcional. En este contexto, la distribución de la vacuna contra la mpox se convierte en una tarea hercúlea.
El CDC de África ha prometido entregar 10 millones de dosis de vacunas de mpox para 2025, con dos millones previstas para 2024. Sin embargo, incluso si estas vacunas están disponibles, la entrega efectiva en medio de conflictos armados es un desafío.
La coordinación con otras actividades humanitarias podría mejorar la eficiencia de la distribución, pero será necesario superar obstáculos logísticos y de seguridad.
La colaboración con las comunidades locales es crucial para proteger a los trabajadores de la salud y asegurar la aceptación de la vacuna. Además, la cooperación con personal militar y de seguridad puede ser necesaria para escoltar las entregas de vacunas en zonas de conflicto.
El desplazamiento forzado de personas en zonas de guerra hace necesario considerar la vacunación en puntos de tránsito y campamentos de refugiados. Planificar la entrega de vacunas en estos lugares es vital para frenar la propagación de la mpox y evitar que la crisis sanitaria se agrave aún más.
En conclusión, la combinación de un brote de mpox y conflictos armados en el este de África crea un entorno peligroso que requiere una respuesta coordinada y multifacética para evitar una catástrofe de salud pública a mayor escala.
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