Fibrilación auricular: qué es y por qué cada vez más estadounidenses la padecen

La fibrilación auricular afecta a 10,5 millones en EE. UU. y aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y muerte súbita, según un estudio de UCSF

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Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son responsables de 3,9 millones de muertes anuales, lo que representa el 30% de todas las muertes.  Crédito: SewCreamStudio | Shutterstock

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha puesto en evidencia la magnitud del impacto de la fibrilación auricular (FA) en la población adulta de Estados Unidos.

La investigación reveló que esta afección cardíaca, que se caracteriza por un ritmo cardíaco acelerado e irregular, afecta a aproximadamente 10,5 millones de adultos, lo que representa alrededor del 5% de la población.

La prevalencia de la FA ha experimentado un aumento notable en los últimos años, una tendencia impulsada principalmente por factores como el envejecimiento de la población y el incremento de afecciones de salud como la hipertensión, la diabetes y la obesidad.

La fibrilación auricular no es solo una arritmia más; se trata de una enfermedad que, de no ser controlada, puede tener graves consecuencias para la salud. Entre los riesgos más destacados asociados a la FA se encuentran el accidente cerebrovascular, la insuficiencia cardíaca y la muerte súbita.

Según los investigadores, las personas que padecen esta afección tienen hasta cinco veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular en comparación con quienes no la padecen. Además, la FA puede duplicar el riesgo de mortalidad y está estrechamente relacionada con otras enfermedades como el infarto de miocardio, la enfermedad renal crónica y la demencia.

Jean Jacques Noubiap, MD, PhD, autor principal del estudio e investigador postdoctoral en UCSF, explicó la gravedad de esta condición. “La fibrilación auricular no solo afecta el corazón, sino que tiene repercusiones en todo el cuerpo, impactando severamente la calidad de vida de los pacientes. Afortunadamente, es una enfermedad que puede prevenirse, y con una detección temprana y un tratamiento adecuado, se pueden reducir de manera significativa sus complicaciones”, afirmó.

El estudio, que abarcó los registros médicos de unos 30 millones de pacientes adultos en California que recibieron atención médica aguda o procedimientos entre los años 2005 y 2019, permitió a los investigadores observar cómo ha evolucionado la prevalencia de la FA.

Entre los hallazgos más relevantes destaca el hecho de que 2 millones de personas fueron diagnosticadas con esta afección durante ese periodo, lo que representa un 6,67% de los pacientes analizados.

Incidencia de la fibrilación auricular ha aumentado con los años

La incidencia de la fibrilación auricular aumentó progresivamente, pasando de un 4,49% en los años iniciales del estudio (2005-2009) a un 6,82% en el periodo comprendido entre 2015 y 2019. Esta tendencia resalta la urgencia de tomar medidas preventivas y de tratamiento oportuno.

Si bien los hallazgos del estudio se basan en registros médicos convencionales, los investigadores señalan que la detección de casos podría aumentar aún más con la creciente adopción de tecnologías digitales.

Dispositivos portátiles como relojes inteligentes y aplicaciones móviles diseñadas para monitorear la actividad cardíaca han demostrado ser herramientas útiles en la identificación temprana de FA. Estos avances permiten a los pacientes y a los médicos contar con datos en tiempo real que facilitan una intervención más rápida y efectiva.

La fibrilación auricular, además de representar un desafío para los pacientes que la padecen, impone una carga significativa sobre los sistemas de salud, debido a las hospitalizaciones frecuentes y los tratamientos complejos que requiere. P

or ello, los investigadores insisten en la importancia de priorizar tanto la prevención como la mejora en las estrategias de tratamiento. El control de factores de riesgo como la presión arterial elevada, la obesidad y la diabetes, junto con el uso de tecnología avanzada para la monitorización, son pasos clave para mitigar los efectos de esta enfermedad.

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