‘Mi padre fue mi gran maestro’: emprendedora guatemalteca

Lleva más de dos décadas dedicada a la limpieza a detalle de espacios residenciales y comerciales

Su pequeña empresa le permite generar empleos. (Fotos Violeta Villatoro)

Su pequeña empresa le permite generar empleos. (Fotos Violeta Villatoro) Crédito: Cortesía

Violeta Villatoro dice que su padre fue su gran inspiración para abrir su propio negocio de limpieza en Los Ángeles.

“Fue mi maestro en nuestra tierra Pajapita, San Marcos, Guatemala. Me enseñó a limpiar muy bien y a profundidad desde chiquita. Cuando él regresaba de trabajar en el campo y yo de la escuela, me decía que había que ayudar a mi mamá para que cuando ella regresara, encontrara todo limpio”.

Recuerda que su padre José Benito Villatoro era muy estricto. “Él fabricaba la escoba; y me enseñó hasta quitar el polvo de las paredes con trapos especiales. En el piso de tierra, nos decían que antes de barrer, tiráramos agua para que el polvo no se levantara”.

Su padre premiaba su esfuerzo en las labores del aseo, dándole un par de dulces.

“Nunca pensé en ese momento, que la limpieza era una profesión que mi papá me estaba dejando y que me serviría para sacar adelante a mi familia”.

Violeta Villatoro rodeada de su familia. (Fotos Cortesía Violeta Villatoro)

Violeta emigró de Guatemala a Los Ángeles hace 30 años, cuando apenas tenía 17 años.

“Aquí cumplí los 18 años, ya para entonces tenía dos hijas y venía embarazada ”.

Trabajó para otros en la limpieza de casas hasta que lanzó su propio negocio Violet House Cleaning Services hace más de 20 años.

“Al hablar de mi papá, se me rompe mi corazón. A pesar de que tuvo el problema de que bebía mucho, era muy bueno”.

Violeta creció mirando trabajar muy duro a su mamá con la venta de comida.

“Yo no quería que siguiera trabajando, y le decía ‘usted va a dejar de vender’. A mí, preparar y vender comida, nunca me gustó. Es un trabajo que nunca se acaba y es muy cansado”.

Así que si Violeta estaba segura de algo, es que no quería seguir el camino de su madre Isabel Hernández de trabajar en la cocina.

“Muy chiquita me junté con el papá de mis hijos,  pero no era proveedor. Así que lo dejé y me vine a Estados Unidos. No me iba a quedar aguantando como mi mamá”.

Esta pequeña empresaria dice que con su trabajo en Estados Unidos, pudo ayudar a sus padres y mandarles su dinero para su sostenimiento.

“Les di todo lo que pude”.

¿Qué hace diferente de otras su pequeña empresa de limpieza?

“En California, hay mucha competencia en el negocio de la limpieza. Hay demasiadas personas dedicadas a limpiar. La diferencia con nosotros es que hacemos mucho detalle”.

Por tanto, revela que el lema de su negocio es: “limpio hasta donde el cliente no ve”.

Violeta Villatoro al lado de sus hijos. (Cortesia Violeta Villatoro)
Crédito: Cortesía

Y no le hace el feo a nada, ya que asea todo tipo de inmuebles, comerciales, residenciales, turísticos como departamentos de alquiler Airbnb y hasta hoteles.

“Tenemos clientes regulares y ocasionales. El precio depende del tamaño. La limpieza más barata puede salir $120 y la más cara, $6,000 cuando se trata de una limpieza profunda en un edificio en un horario de entre 8 y 10 horas”.

Violeta dice que aunque tiene a su cargo tres equipos de limpieza, ella también le entra a los quehaceres.

“De planta, tengo seis trabajadores, pero el número puede aumentar dependiendo de la demanda”.

A pesar de que tiene ya sus clientes fijos, constantemente promueve sus servicios. 

“Tengo mi propio sitio web. Los comentarios de mis clientes me ayudan mucho, y también me anunció en las redes como Facebook, TikTok, Instagram, y pongo flyers (volantes) en las casas”.

Dice que el trabajo de la limpieza es como la marea. “A veces baja, a veces sube”.

Dos décadas más tarde de abrir su propio negocio, dice que está contenta y feliz.

“Mi deseo es seguir creciendo para proveer más trabajo a otras familias”.

Se siente plena porque logró lo que ella quería al emigrar a Estados Unidos, ganar dinero para ayudar a sus padres.

“Mi meta es que cada uno de mis hijos tenga su propio negocio. Ellos tienen entre los 22 y 34 años. Esa es la profesión que les estoy dejando. Mi hija mayor Ruby Mendez ya lo tiene.Mi hija más chica Erika Bautista ha creado su negocio de lavandería a domicilio. Ella recoge la ropa del cliente, y se la entrega en su casa, ya limpia y doblada”.

Además su hija Bertha Méndez trabaja para ella, y aunque su único hijo hombre no participa en el negocio, su nuera, Verónica es su asistente.

“Trabajamos en negocios y residencias en Santa Mónica, Burbank, Compton, Hollywood y 30 millas alrededor de Los Ángeles”.

Confía que honestamente le gusta más trabajar para latinos porque nunca le objetan el precio. “En cambio, los ricos me lo regatean”.

Violeta tiene 49 años, es madre de 4 hijos, y abuela de 11 nietos.

Puedes encontrar a Violeta en su sitio web: ​​https://www.violethousecleaningservices.com/

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