Israel confirmó haber matado al hombre que ordenó los ataques en su contra el año pasado
Uno de los objetivos principales del ejército israelí en Gaza se habría cumplido al aniquilar al líder del grupo islámico Hamás
A través de un mensaje difundido en la radio oficial del Ejército israelí, la nación judía confirmó haber matado al máximo líder del grupo islámico Hamás y cerebro de los ataques del 7 de octubre donde murieron más de 1,200 israelís, Yahya Sinwar, el hombre más buscado en la ofensiva israelí dentro de la Franja de la Gaza.
“Yahya Sinwar ha sido eliminado”, fue el mensaje dado a conocer en Israel también por la televisión pública Kan.
Al parecer, durante un rondín que realizaban las fuerzas armadas judías en Rafah, extremo meridional de la Franja, se produjo un enfrentamiento con un grupo armado perteneciente a Hamás y a consecuencia del intercambio de disparos y detonaciones de explosivos entre ambas partes Sinwar fue abatido.
Sin embargo, en un inicio se cuestionaba su identidad y sólo se mencionaba que otros dos enemigos de la nación judía habían muerto: Hasán Nasrallah, líder de Hizbulá, y Mohamed Deif, jefe militar de Hamás.
Con la muerte de Yahya Sinwar, Hamás se quedó sin líder, pues el hombre nacido en un campo de refugiados de Jan Yunis, ciudad del sur de Gaza, ocupaba dicha posición desde 2017, aunque oficialmente recibió el cargo en agosto del año pasado en sustitución de Ismail Haniyeh, asesinado el 31 de julio en Teherán, en un ataque atribuido a Israel.
De acuerdo con el organigrama del grupo islámico, Sinwar estaba detrás de Haniyeh quien, desde Qatar, manejaba las relaciones diplomáticas, pero en realidad quien tomaba las decisiones importantes del grupo sobre qué hacer o no, era el sujeto asesinado recientemente.
De hecho, el fracaso en las conversaciones para lograr un alto el fuego y liberar rehenes, se le atribuyen a la dura postura asumida por Yahya Sinwar.
A pesar de que había logrado eludir a las fuerzas armadas israelís, desde la incursión de éstas en Gaza, Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, a menudo se refería a él cómo un hombre muerto, pues sólo se requería de tiempo para dar con su paradero.
Con el objetivo de que se concretara la captura del peligroso líder, el ejército de la nación judía había lanzado propagandas desde el aire ofreciendo hasta $400,000 dólares a los gazatíes que ofrecieran datos fidedignos para llegar hasta él.