Una tienda de segunda mano mantiene el legado de los latinos en Echo Park
Joven latina vende ropa vintage y a precios bajos en Echo Park
Durante los últimos 13 años, la tienda de segunda Sunday’s Best Vintage ha existido para servir la comunidad en Echo Park.
Al entrar por las puertas de vidrio se encuentra ropa con precios que van desde $1, además de muestras de ropa que tienen más de 40 años y si tienes suerte la gata que cuida la ropa, llamada Sunday, te da la bienvenida.
De acuerdo con la dueña, Denisse Rodarte, el vecindario ha cambiado demasiado durante la existencia de su negocio, pero mantiene que siempre busca crear un lugar donde los clientes puedan perderse en el espacio y sentirse como en casa.
“Tiendas vintage y de segunda antes eran más para los inmigrantes donde señores y señoras compraban ropa para ellos o para sus hijos”, explicó Rodarte. “Me di cuenta de que los clientes de segunda estaban cambiando, pero quise continuar teniendo cosas asequibles para nuestra comunidad, pero a la vez tener cosas de moda para los jóvenes”.
La tienda principal de Sunday’s Best Vintage está ubicada en el Sunset Blvd. a dos cuadras del famoso lago de Echo Park, donde venden una variedad de ropa vintage y de segunda como: botas, vestidos, gorras, cobijas, pantalones, abrigos y muchos otros artículos.
También existe otra tienda que está en la ciudad de Maywood en el sureste de Los Ángeles donde Rodarte creció y es dirigida por su hermano.
En los años 70, los padres de Rodarte, Vilma y Rodrigo llegaron a Echo Park desde México y se conocieron trabajando en “garrerias” donde se elige ropa para vender por mayoreo.
Uno de los primeros recuerdos de Rodarte es ir medio dormida en el carro por las mañanas junto a su madre para dejar a su padre en su trabajo del centro de Los Ángeles.
Además de sus padres, tíos y tías de las dos partes de su familia también trabajaban en lo mismo.
A los 30 años de edad con más de 10 años de experiencia trabajando para organizaciones sin fines de lucro y también en la industria de televisión y cine, Rodarte decidió empezar de nuevo y seguir el legado de su familia.
Pero cuando Rodarte tuvo la idea de abrir su propia tienda junto con su familia, tuvo que convencer a su padre.
Después de seis meses y con la ayuda de su hermano, Rodarte convenció a su padre y se convirtió en un negocio familiar.
“Aquí todo es una conexión familiar, así que todos pudimos crear una empresa y trabajar juntos como una familia, pero estoy muy orgullosa de poder dirigir esta tienda”, explicó Rodarte. “Mi padre y mi familia me han dado la libertad de dirigir la tienda como yo quiera y estoy muy agradecida de eso también”.
Después de ganar el apoyo de su familia, la apertura de la tienda tuvo que ser retrasada por otras razones.
“Me encanta esta ciudad, me encanta, pero no es el lugar más fácil para abrir un negocio”, explicó Rodarte. “Se suponía que abriríamos en octubre y, debido a los permisos, no abrimos hasta febrero”.
En la ciudad de Los Ángeles, las tiendas que venden ropa de segunda mano o usada requieren una verificación de antecedentes.
Antes de abrir el negocio en el lugar amplio en que existe hoy, la emprendedora comenzó su nueva aventura en un local pequeño al que ella se refiere cariñosamente como un armario.
Aunque los primeros dos años fueron difíciles, Rodarte se ganó a la comunidad latina que existe en el área debido al ambiente acogedor y asegurando a sus clientes que todo era de precio bajo.
Después de 3 años decidió lanzarse para el local más grande y junto con su familia pintaron, decoraron y transformaron el lugar en algo único.
Poco tiempo después de llegar al nuevo local Rodarte encontró una gata callejera en un domingo por lo cual ella le dio el nombre “Sunday”.
Sunday se ha convertido en la mascota de la tienda donde le dan de comer, tiene su cama y los clientes la acarician.
Actualmente, el negocio de Rodarte es uno de los negocios más antiguos en la cuadra y ha sobrevivido los cierres de la pandemia en el 2020 y las olas de gentrificación en el vecindario.
“Estuvimos aquí antes de que llegaran todas las corporaciones porque no pensaban que valía la pena invertir en esta comunidad”, dijo Rodarte. “Entonces el corazón de esta comunidad siempre ha sido los negocios pequeños, pero ahora vemos que las corporaciones están llegando”.
El año pasado, una tienda de Crossroads Trading, una cadena de tiendas de segunda mano, abrió justo atrás de la tienda de Rodarte, lo que dice que es un poco preocupante para negocios pequeños.
Según Rodarte, la comunidad de negocios pequeños tiene una conexión y seguido se apoyan uno a otro cuando algo les hace falta.
“Los negocios pequeños se juntan y hablamos sobre las corporaciones que están llegando”, explicó la emprendedora. “Así que nos estamos adaptando a la situación y lo que se podría significar”.
Como parte de adaptarse a la nueva generación, el negocio lanzó su sitio web donde venden ropa vintage única y Rodarte espera seguir creciendo ese aspecto del negocio.
Por ahora, Rodarte está orgullosa de lo que ha hecho gracias al apoyo de su familia.
“El hecho de que mi padre haya podido ayudarnos a construir esto desde cero, creo que es parte de su historia como inmigrante y es parte de nuestro legado”, dijo Rodarte. “Para mí, como latina de primera generación, ahora me toca enseñar a la próxima generación”.