Casas de pánico: Propiedades que el narco arrebató a sus dueños para torturar o vender drogas
En Guanajuato existen lugares lúgubres conocidos como "casas de pánico" en donde abundan los consumidores de droga y se cometen crímenes
El término “casas de pánico” se ha hecho frecuente en el estado de Guanajuato, principalmente en las ciudades de León, Salamanca e Irapuato, y no se refiere a una atracción referente a la próxima celebración de Halloween.
Se trata de propiedades que fueron abandonadas por sus dueños, o bien quitadas a la fuerza por parte del crimen organizado para servir como casas de seguridad en donde almacenan drogas, torturan y asesinan a personas.
Una vez que quedaron en el olvido hasta por los propios cárteles, se convierten en lugares lúgubres con olores fétidos en donde se reúnen los consumidores de drogas para “perderse” ante el efecto de los narcóticos.
“Una casa de pánico, para mí, es la entrada al infierno, respiras tristeza, frustración, muerte, una casa de pánico es para llegar y consumir. Papeles quemados, focos, personas sosteniendo relaciones sexuales. Son casas que no conocen el pudor”, señaló un adicto a las drogas al sitio de noticias N+.
También se dice que, al estar llenos de consumidores de drogas, estos lugares son usados por los grupos criminales para reclutar a personas jóvenes que después utilizan como sicarios.
El diario Milenio entrevistó a otro adicto que frecuenta las casas de pánico y reveló lo que se vive ahí dentro. “Todas estas casas huelen horrible. Yo digo que así debe oler el miedo. Y ya abandonadas se convierten en ‘puntos’ para consumir lo que quieras, lo que traigas”
Además, aseguró que frecuentemente ocurren crímenes entre los propios consumidores, quienes bajo los efectos de las drogas hacen lo que sea por seguir obteniendo dosis.
“¿Ya viste esa mancha roja? Es sangre… Le rompieron la cabeza a un camarada porque no quería compartir”, detalló el entrevistado al reportero de Milenio, mientras mostraba en su teléfono celular una imagen de una casa del pánico que frecuenta.
Por su parte, un vendedor de drogas identificado como Julián, aseguró al medio citado que en estas casas se pueden encontrar hasta niños de 10 años y también abundan las armas, muchas de las cuales son intercambiadas por droga.
“Ya están ahí niños de 10, 11 años. Unos sí consumen, están ahí todos perdidos, hasta babean de tanta droga. Otros yo creo que los mandan sus papás a ofrecer las armas y así sacan dinero. Y nunca falta alguien que quiera comprar una porque con esa ya pueden salir a asaltar, matar y cobrar para conseguir más droga”, indicó.
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