Votantes aprueban aumentar el número de supervisores en LA

Esperan que la Medida G ayude a una mayor representación de la diversidad del condado

La supervisora Hilda Solís contenta por el aumento en el número de supervisores. (Aurelia Ventura/La Opinion)

La supervisora Hilda Solís contenta por el aumento en el número de supervisores. (Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Con la aprobación de la medida G que apareció en la boleta electoral de los comicios del 5 de noviembre, el número de supervisores en el condado de Los Ángeles aumentará de cinco a nueve para el 2032, después del censo del 2030.

También crea una comisión independiente de ética, permitirá que las audiencias relacionadas con el presupuesto sean abiertas y que el administrador del condado sea electo.

“La aprobación de la Medida G por los votantes es una victoria significativa para el condado de Los Ángeles y nuestras comunidades que merecen un asiento en la mesa”, dijo la supervisora Hilda Solís, la única latina en la Junta, y quien estaba a favor de esta medida.

“Como uno de los municipios más diversos y poblados de esta nación, he creído durante mucho tiempo que la composición de la Junta de Supervisores debe reflejar la diversidad de nuestros residentes”, señaló. 

Hizo ver que en un condado que tiene casi un 50% de latinos y un 15% de asiáticos, la Medida G ayudará a llevar una representación más directa a las comunidades que históricamente han estado subrepresentadas en Los Ángeles.

“La Medida G también está respondiendo a la demanda pública de transparencia y responsabilidad mediante el establecimiento de una comisión permanente de ética y la elección de un administrador del condado que sea directamente responsable ante nuestros residentes”. 

Agregó que la Medida G permite al público opinar sobre cómo gastar mejor el dinero de sus impuestos para reforzar la seguridad pública, ampliar el acceso a parques y bibliotecas y mejorar las infraestructuras. 

Una semana después de las elecciones del 5 de noviembre, la medida G se daba por aprobada con 51% de los votos a favor, y 48.64% en contra.

Su aprobación es un gran triunfo ya que en cuatro ocasiones en el pasado, en los años 1962,1976, 1992 y 2000, había sido rechazada.

En la actualidad, los cinco miembros de la Junta de Supervisores son mujeres quienes tienen a su cargo tomar decisiones que benefician a diez millones de habitantes del condado de Los Ángeles. 

La supervisora Holly Mitchell quien estaba en contra de la medida, declaró en un comunicado que los votantes han hablado, y aunque no hay un plan para cubrir los costos, permanecerá vigilante para proteger los servicios del condado y los empleos en los que confían los residentes.

En la práctica, la medida G significa que para el 2026, el condado deberá crear una comisión independiente de ética, que se encargará de disciplinar a los funcionarios del condado que se encuentren culpables de mala conducta. 

Para el 2028 habrá de elegirse a un administrador o director del condado que tendrá funciones similares a las de un alcalde para supervisar a los directivos de los departamentos, diseñar el presupuesto y ejercer poder de veto sobre las políticas de la Junta de Supervisores.

Actualmente el director ejecutivo es designado por los supervisores, pero en adelante gracias a la Medida G será electo.

Posteriormente para el año 2032, después del proceso de redistribución de distritos electorales, los votantes se darán a la tarea de elegir a nueve supervisores en lugar de cinco, con lo que se espera haya más representación latina y asiática. 

La Medida G deja muy claro que el condado no podrá aumentar impuestos para pagar los salarios de los nuevos supervisores y sus equipos de trabajo.

La oficina del auditor del condado estima que el costo de la Medida G es de $8 millones, pero se espera que salga mucho más cara. De acuerdo a los abogados del condado, tan solo la comisión de ética costará $21 millones cada año en salarios del personal.

“Durante años, los inmigrantes han trabajado duro, contribuyendo al tejido del condado de Los Ángeles. Sin embargo, hemos estado subrepresentados en las decisiones que afectan nuestra vida cotidiana. La Medida G es un paso importante para cambiar eso«, dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de CHIRLA.

“Le da a nuestras comunidades latinas e inmigrantes la oportunidad de finalmente ser escuchados en el gobierno del condado y tener una influencia directa en las políticas que dan forma a nuestro futuro”.

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Junta de Supervisores de Los Ángeles
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