Dan 25 años de prisión a Susan Lorincz, mujer de Florida que mató a su vecina tras una discusión

Una mujer de Florida fue sentenciada a 25 años de prisión por disparar fatalmente a su vecina, una madre afroamericana de cuatro hijos, en un caso que desató indignación y trajo de nueva cuenta la polémica por la violencia armada y el racismo.

Un jurado condenó a Susan Lorincz, de 60 años, por homicidio involuntario por matar a Ajike Owens, de 35 años, afuera de su casa en Ocala el 2 de junio de 2023.

La acusada disparó a la víctima en presencia de su hijo pequeño. Owens se había acercado a la puerta de Lorincz después de una disputa sobre sus hijos jugando cerca de la casa de la agresora, según una declaración de la Oficina del Sheriff del Condado de Marion emitida el 6 de junio de 2023.

Lorincz enfrentaba una sentencia máxima de 30 años de prisión por los cargos presentados originalmente contra ella después del tiroteo, anunció Bill Gladson, el fiscal estatal del quinto distrito judicial de Florida.

Este lunes, el juez Robert Hodges dijo que Lorincz tuvo tiempo suficiente para llamar a la policía y que no había ningún riesgo real de que Owens estuviera tratando de entrar en su casa. “Creo que el tiroteo se basó más en la ira que en el miedo”, dijo Hodges antes de la sentencia.

Las autoridades y los fiscales involucrados fueron objeto de escrutinio a raíz de la muerte de Owens, en parte debido a la decisión de acusar a Lorincz de homicidio involuntario en lugar de asesinato en segundo grado, así como al hecho de que Lorincz no fue detenida inmediatamente después de que se produjo el tiroteo, según informó CBS News.

La ley de “defensa propia” de Florida jugó un papel en esas decisiones. La ley ha surgido en casos similares en Missouri y en otros lugares en los últimos años, después de entrar por primera vez en la conciencia pública general en relación con el tiroteo mortal de Trayvon Martin, un adolescente afroamericano, cerca de Orlando en 2012.

“Al tomar la decisión de presentar la demanda en este caso, mi oficina examinó cuidadosamente la viabilidad tanto del asesinato en segundo grado como del homicidio involuntario con arma de fuego, ambos delitos graves de primer grado”, dijo la oficina de Gladson en una declaración una vez que se revelaron los cargos de Lorincz.

Un cargo de asesinato en segundo grado requería “pruebas de odio, rencor, mala voluntad o mala intención hacia la víctima en el momento del asesinato”, que la investigación criminal del sheriff del condado de Marion no encontró de manera suficiente, según el fiscal estatal.

Las autoridades dijeron que Owens se acercó a la puerta de la casa de Lorincz el día del tiroteo para confrontarla, después de enterarse de que la mujer mayor había tenido una discusión con los niños afuera, gritó y le arrojó un patín a uno de ellos.

El hijo de 10 años de Owens la acompañó a la residencia de Lorincz, donde llamó a la puerta y le exigió que saliera. Lorincz procedió a disparar una pistola calibre .380 a través de la puerta, alcanzando a Owens en la parte superior del pecho. Owens no respondía cuando las autoridades llegaron al lugar y luego fue declarada muerta en un hospital.

La puerta de la casa de Lorincz estaba cerrada con llave cuando ella disparó y Owens estaba desarmada.

La madre de Owens, Pamela Dias, dijo a CBS Mornings la semana después de su muerte que su nieto presenció el tiroteo y se sintió culpable por no haber podido salvar a su madre. Él era el niño de 10 años golpeado por el patín.

“Todavía no puedo creer que esto haya sucedido”, dijo Dias. “¿Cuándo le disparan a una persona por tocar a una puerta?”.

Los abogados de Lorincz afirmaron durante todo el juicio que la mujer disparó su arma en defensa propia, la misma postura que adoptó en las entrevistas con las fuerzas del orden después de la muerte de Owens.

Lorincz dijo a las autoridades que temió por su vida cuando Owens se acercó a su casa y simplemente “disparó el arma” porque sintió que estaba en “peligro mortal”, según la declaración jurada del arresto.

Los testigos dijeron a las fuerzas del orden que Lorincz era conocida por acosar a los niños del vecindario y llamarlos, incluyendo a los hijos de Owens, con horribles insultos racistas. Lorincz admitió algunas de esas acusaciones en conversaciones con los detectives, pero negó que hubiera arrojado intencionalmente un patín a un niño antes del tiroteo.

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