Elon Musk y SpaceX serán los encargados de de poner fin a la Estación Espacial Internacional
La empresa de Elon Musk deberá desarrollar y fabricar la nave que se encargará de sacar de órbita a la EEI
La NASA ha seleccionado a SpaceX, la empresa de Elon Musk, para liderar una de las misiones más críticas en la historia de la exploración espacial: desorbitar y destruir la Estación Espacial Internacional (EEI) una vez que concluya su vida útil en 2030. Esta operación será un paso fundamental hacia el futuro de las estaciones espaciales comerciales y marcará el cierre de más de dos décadas de colaboración internacional en la órbita terrestre.
¿Por qué es necesario desorbitar la EEI?
Desde su lanzamiento en 1998, la EEI ha servido como un laboratorio orbital y un símbolo de cooperación entre 15 países y cinco agencias espaciales. Sin embargo, el envejecimiento de sus materiales y las grietas detectadas en su estructura han señalado el final de su ciclo operativo. Mantener la estación en órbita más allá de su capacidad técnica no solo resultaría costoso, sino que también incrementaría los riesgos asociados a la acumulación de basura espacial y posibles colisiones.
El papel de SpaceX en la destrucción de la EEI
SpaceX será responsable de desarrollar el Vehículo Desorbitador de los Estados Unidos (USDV, por sus siglas en inglés), una nave que tendrá la tarea de guiar la EEI hacia el Punto Nemo, una remota región del Océano Pacífico conocida como el “cementerio de naves espaciales”. Este área, a más de 2,500 kilómetros de cualquier costa, es ideal para minimizar riesgos a la población y el medio ambiente. La NASA planea que la USDV esté lista antes de 2030 para realizar pruebas exhaustivas que aseguren una operación segura.
El proceso implicará utilizar grandes cantidades de combustible para empujar los 480,000 kilogramos de materiales de la EEI hacia su destino final. Aunque SpaceX fabricará la nave remolcadora, la NASA supervisará su operación para garantizar la precisión y seguridad de la maniobra.
Impacto en el futuro de la exploración espacial
La retirada de la EEI no significa el fin de la actividad en la órbita baja terrestre. De hecho, abre paso a una nueva era liderada por estaciones espaciales comerciales desarrolladas por empresas como Axiom Space, Blue Origin y Northrop Grumman. Estas estructuras permitirán a las agencias espaciales redirigir sus esfuerzos hacia misiones más ambiciosas, como la exploración lunar y los viajes a Marte.
Además, la sucesora de la EEI, la plataforma lunar Gateway, ya está en desarrollo y formará parte de la estrategia de la NASA para misiones más allá de la órbita terrestre. Este cambio simboliza una transición hacia una mayor participación del sector privado en la investigación espacial, impulsando avances científicos y turísticos.
El fin de la Estación Espacial Internacional bajo la dirección de SpaceX no solo representa un hito técnico, sino también un cambio de paradigma en la forma en que exploramos y utilizamos el espacio. A medida que la NASA y sus socios internacionales se preparan para esta operación histórica, el legado de la EEI como modelo de cooperación y descubrimiento científico seguirá siendo una inspiración para las generaciones futuras.
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