Ford advierte: la sociedad aún no adopta los EV

Ford enfrenta desafíos críticos en Europa, marcados por el descenso en ventas y los costos asociados a la electrificación

2025 Ford Maverick Lobo

2025 Ford Maverick Lobo. Crédito: Ford. Crédito: Cortesía

La transición hacia la movilidad eléctrica es un camino complejo para las automotrices, y Ford no es la excepción.

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En Europa, la compañía enfrenta uno de sus mayores retos históricos, con un panorama marcado por el descenso en ventas, los altos costos operativos y un mercado que aún no parece preparado para abrazar por completo los vehículos eléctricos.

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Christian Weingärtner, director gerente de Ford Alemania, ha planteado preocupaciones clave que reflejan no solo la situación de la empresa, sino también las barreras estructurales del mercado europeo.

En una entrevista reciente con Electrified, Weingärtner destacó que, aunque Ford está comprometido con la electromovilidad, factores externos, como la falta de incentivos y una infraestructura de carga insuficiente, han frenado significativamente la adopción masiva de vehículos eléctricos.

Una inversión estratégica bajo presión

En un esfuerzo por liderar la transición eléctrica, Ford ha destinado 2,000 millones de euros para transformar su planta en Colonia. Esta instalación, diseñada para producir exclusivamente vehículos eléctricos, representa una apuesta ambiciosa por el futuro.

Sin embargo, la demanda ha caído en Alemania, afectada por la retirada de subsidios gubernamentales a finales de 2023.

“Construimos nuestra estrategia confiando en un apoyo político consistente hacia la movilidad eléctrica, pero la realidad ha sido otra”, declaró Weingärtner.

Esta incertidumbre ha hecho que muchos consumidores pospongan sus decisiones de compra, esperando que se restablezcan las ayudas financieras. Según el directivo, esta pausa en el mercado refleja la falta de preparación social y estructural para un cambio tan radical.

La paradoja del mercado alemán

Alemania, tradicionalmente un líder en innovación automotriz, enfrenta retos significativos para mantener su competitividad.

Los altos costos de energía eléctrica, combinados con una burocracia extensa, han incrementado las dificultades para fabricantes como Ford. “En términos de costos, ya no somos competitivos. Esto golpea especialmente a quienes, como nosotros, hemos apostado por mantener la producción en el país”, explicó Weingärtner.

A pesar de ello, Ford ha lanzado modelos eléctricos como el Puma E-Gen, Explorer y Capri, buscando captar tanto a clientes de gama alta como a aquellos interesados en tecnologías más accesibles.

Sin embargo, la percepción de que los vehículos eléctricos aún son costosos y dependientes de una infraestructura limitada sigue siendo una barrera importante para el consumidor promedio.

¿Un problema de infraestructura o de percepción?

Más allá de los costos, la infraestructura de carga sigue siendo un punto crítico. Aunque las ventas de vehículos eléctricos han crecido en años recientes, el ritmo de instalación de estaciones de carga no ha sido suficiente para satisfacer la demanda proyectada.

Esto genera ansiedad entre los consumidores, quienes perciben la falta de puntos de recarga como un obstáculo mayor para adoptar esta tecnología.

Sede de Ford
Sede de Ford. Crédito: Ford.
Crédito: Cortesía

Weingärtner argumentó que, aunque Ford tiene capacidad para cubrir hasta el 50% de la demanda eléctrica en Alemania, la falta de infraestructura adecuada limita el crecimiento. “La sociedad aún no está lista para aceptar esta transición en la medida que sería necesaria”, afirmó.

Los efectos del panorama político

El entorno político también juega un papel fundamental. La decisión del gobierno alemán de eliminar los subsidios para la compra de vehículos eléctricos ha tenido un impacto inmediato y profundo en las ventas. Este cambio de política ha devuelto las cifras a niveles de 2021, contrastando con el crecimiento sostenido que se observó entre 2021 y 2023.

Además, las normativas europeas que buscan reducir las emisiones están poniendo presión adicional sobre los fabricantes.

Según Weingärtner, 2025 será un año crucial, ya que las marcas deberán competir agresivamente para aumentar sus ventas eléctricas y evitar sanciones. “Temo que presenciaremos una guerra de precios forzada por la regulación”, advirtió.

Mirando al futuro: oportunidades y desafíos

A pesar de los contratiempos, Ford sigue comprometido con la electrificación. La compañía cree que, con el tiempo, el mercado europeo se adaptará a esta nueva realidad. Para ello, será esencial una colaboración más estrecha entre gobiernos, empresas y consumidores para superar las barreras actuales.

Ford también está evaluando estrategias para ofrecer modelos más accesibles, sin sacrificar calidad ni autonomía. Sin embargo, esto requerirá innovaciones significativas en el diseño y la producción de baterías, un componente clave que define tanto el costo como el desempeño de los vehículos eléctricos.

Ford se encuentra en una encrucijada que simboliza el desafío más amplio de la industria automotriz en Europa: equilibrar las demandas de sostenibilidad con las realidades económicas y sociales.

Aunque el camino hacia la electrificación es inevitable, las barreras actuales destacan la necesidad de un enfoque más integrado y flexible.

El mensaje de Weingärtner es claro: la transición eléctrica no es solo una cuestión de tecnología o mercado, sino también de preparación social y política. Superar estos desafíos será clave no solo para Ford, sino para el futuro de la movilidad en Europa.

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