Retiro masivo de camionetas Ford por fallas post-COVID
Más de 300,000 camionetas Ford Super Duty fueron retiradas debido a problemas derivados del período de inactividad ocasionado por la pandemia del COVID-19
La crisis mundial desatada por el COVID-19 dejó secuelas no solo en la salud de las personas, sino también en la vida útil de muchos vehículos.
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En un hecho sin precedentes, la industria automotriz enfrenta problemas derivados de meses de inactividad forzada, afectando a millones de vehículos.
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El caso más reciente: más de 300,000 camionetas Ford Super Duty retiradas debido a defectos mecánicos causados por el inusual período de detención forzada durante la pandemia.
Si bien la mayoría de los automovilistas consideran que los vehículos estacionados no presentan un peligro, lo cierto es que la inactividad prolongada de estos puede resultar en fallas graves.
Así ocurrió con las camionetas Ford Super Duty, que, tras haber permanecido estacionadas durante largos meses en los estacionamientos, han sufrido daños en piezas esenciales, especialmente en sus sistemas de combustible, generando una cadena de fallos mecánicos.
Ford, como otras marcas, tuvo que afrontar los efectos de una pandemia que obligó a millones de personas a reducir su movilidad, haciendo que las unidades más afectadas por esta inactividad fueran aquellas que estaban equipadas con motores diésel, como es el caso de los modelos F250, F350, F450, F550 y F600.
Estos vehículos, dotados de los motores Power Stroke 6.7 litros, han sido víctimas de un problema relacionado con el biodiésel acumulado, que, al no ser consumido por largos periodos, ha generado depósitos dentro de las bombas de combustible, obstruyéndolas.
El impacto técnico: ¿Qué causó la falla en las bombas de combustible?
Los motores diésel de la línea Super Duty y Medium Truck de Ford utilizan bombas de combustible de alta presión (HPFP). Estas bombas, como su nombre indica, tienen la función crítica de mantener el combustible presurizado para su correcta inyección en los cilindros del motor.
Sin embargo, estas bombas son especialmente sensibles a la acumulación de residuos, que en este caso provienen del biodiésel, un combustible que, al no ser utilizado durante un largo período, genera una serie de impurezas y sedimentos.
Durante la pandemia, los vehículos que permanecieron estacionados por meses fueron los principales afectados por esta acumulación.
Las partículas generadas por el biodiésel envejecido se acumularon en diversas partes de las bombas de combustible, afectando principalmente el rodillo de la transmisión de la bomba y los conductos de enfriamiento del cuerpo del taqué.
Eso provocó un desgaste prematuro de las piezas, obstruyendo el flujo de combustible y generando fallas críticas en el arranque y el rendimiento de los vehículos.
Los síntomas: Cómo detectar las fallas de la bomba de combustible
El problema se hizo evidente rápidamente para muchos conductores de Ford Super Duty. Las fallas en las bombas de combustible causaban dificultades en el arranque de los vehículos, además de una pérdida considerable de potencia.
Algunos conductores reportaron que la luz de “Check Engine” se encendía con frecuencia, indicando problemas en el sistema de inyección de combustible. En los casos más graves, la bomba de combustible podría fallar por completo, dejando el vehículo inmovilizado y requiriendo una reparación urgente.
Ford, al identificar la magnitud del problema, comenzó a tomar medidas correctivas, aunque los primeros informes de fallas comenzaron a llegar ya en 2021.
Fue en ese año cuando varios propietarios de modelos equipados con el motor Scorpion de 6.7 litros comenzaron a notar los problemas de arranque y desempeño.
Sin embargo, no fue hasta 2022 cuando la compañía y la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras) confirmaron que el biodiésel envejecido, debido a la inactividad, era la causa principal de las fallas en las bombas de combustible.
El retiro masivo y las medidas correctivas: Ford se hace responsable
Como resultado de las investigaciones, Ford ha iniciado el retiro masivo de más de 300,000 vehículos, incluidos modelos de las series F-Series Super Duty y Medium Truck, como los F250, F350, F450, F550 y F600.
La compañía ha señalado que los propietarios de estos vehículos podrán acceder a reparaciones sin costo adicional, incluyendo la actualización o el reemplazo de las bombas de combustible defectuosas.
Los conductores afectados han sido informados de que deben llevar sus vehículos a los concesionarios autorizados o centros de servicio de Ford para la revisión y reparación.
La empresa ha garantizado que cubrirá los costos de las reparaciones, buscando minimizar las molestias para los clientes.
Además, se ha establecido un protocolo específico para asegurar que las camionetas que aún no han sido afectadas puedan recibir una actualización preventiva, evitando problemas a futuro.
Este retiro masivo de vehículos ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de los vehículos comerciales ante factores que antes no se consideraban riesgos.
La pandemia, más allá de sus efectos directos en la salud, ha alterado de manera significativa la industria automotriz, obligando a fabricantes a adaptarse rápidamente a nuevas realidades.
Aunque los vehículos afectados fueron en su mayoría modelos comerciales de gran tamaño, las lecciones aprendidas podrían aplicarse en el futuro para prevenir que este tipo de situaciones se repitan.
Ford, al igual que otras marcas, ha tenido que ajustar sus procesos de fabricación, distribución y atención al cliente para mejorar su respuesta ante incidentes similares.