Una dulce tradición se apodera de Los Ángeles
Panaderías latinas venden roscas de reyes y contribuyen al festejo de la visita de los Reyes Magos
En Sonora Bakery, el ajetreo es incesante, pero el orden es absoluto en el proceso de elaboración de las tradicionales Roscas de Reyes, que se venden como pan caliente, antes de la celebración, el 6 de enero.
Los más de 30 empleados de Denis Oratowski, propietario de Sonora Bakery, una panadería ubicada en el 4484 Whittier Blvd., en el este de Los Ángeles, no se dan abasto para cumplir con las órdenes hechas por la clientela.
Javier Zanuti de Puebla, Carlos Pérez, de Guatemala, Carlos Eduardo Gómez, del Estado de México y José Manuel Hernández, de Ecatepec, Estado de México, junto con Jocelyn Maya, integran el equipo que da forma a la rosca de reyes.
“Me gusta estar elaborando cosas tradicionales; ahorita es la época de los Reyes Magos, pero en noviembre hicimos mucho pan de muerto”, dijo la única mujer del grupo. “La gente compra sus roscas de reyes para ganarse el muñeco…no, perdón, el niño Dios”.
Cada 6 de enero, en la iglesia católica se celebra la Epifanía o manifestación de Jesús a los pueblos que no lo conocían, y que recibe la visita de los tres magos de Oriente, después de haber visto brillar la estrella donde habría nacido el niño Dios en un portal de Belén, el 24 de diciembre.
Sin embargo, la tradición popular de celebrar la fiesta de los tres Reyes Magos se originó en España en el siglo XIX, indica que el 6 de enero se deben dar regalos a los niños. Es el día del bautismo del niño Jesús, quien está “escondido” dentro de la rosca de reyes. La virgen María y san José, padres de Jesús, habían huido a Egipto, pues el rey Herodes quería matar al niño.
La Iglesia cristiana celebraba la Epifanía para honrar el bautismo de Jesús y la visita de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar.
Buenas ventas en Sonora Bakery
“Yo trabajo en producción y soy quien al final une las tiras de masa y le pone el “monito”, dijo Gabriela González, de Puebla. “Aquí, le llamamos “monito” al niño”.
Karina Orozco, gerente de Sonora Bakery, dio a conocer que, desde el 1 de enero se han abocado a elaborar cientos de roscas de reyes, desde la “mini”, a pequeñas, medianas y grandes, con precios que fluctúan entre los $10 y $55 dólares.
“Ya vendimos 300 roscas grandes y unas 500 medianas”, dijo Orozco. “La gente conoce de la claridad de nuestros productos y nosotros les cumplimos con esta rica tradición”.
La celebración en Hispanoamérica
Pero, la tradición de cortar la Rosca de Reyes y obsequiar dulces y juguetes a los niños se extendió a otros países de habla hispana, como México, Centroamérica, Puerto Rico, República Dominicana, Argentina, Colombia y Venezuela.
“En la noche del 5 de enero venían los Reyes Magos a mi casa y los niños abríamos nuestros regalos”, comentó Denis Oratowski, propietario de Sonora Bakery, una panadería ubicada en el 4484 Whittier Blvd., en el este de Los Ángeles.
Dijo que los adultos en la casa de sus padres, en su natal Buenos Aires, Argentina abrían las puertas a sus vecinos y amigos, cenaban juntos.
De hecho, en Argentina, la festividad tiene un carácter especial, porque mezclan las tradiciones europeas con los elementos propios de la cultura criolla.
Igual que en Argentina, en la mayoría de los países latinoamericanos- dejaban las cartas a los Reyes Magos, pidiéndoles regalos y las colocaban en los zapatos, “en un lugar visible”.
La particularidad de la tradición de la rosca de reyes es ocultar uno o varios muñequitos de porcelana, plástico u otro material para representar al Niño Jesús.
Cuando se parte la rosca, cada comensal parte su rebanada y si encuentra una de estas figuras se convierte en padrino o madrina del niño Dios.
De esa manera, queda comprometido para que el 2 de febrero, -Día de la Candelaria-, debe compartir la “suerte” de que le tocó el “monito”, “muñequito” o “niño Dios”, y está obligado a ofrecer chocolate y tamales a los invitados a partir la rosca el 6 de enero.
“El proceso artesanal de la preparación de la rosca es lo que más me gusta”, dijo Carlos Eduardo Gómez. “Me encanta esta tradición mexicana”.
La dificultad del proceso
Mientras, Yolanda Centeno, de Puebla, y Guadalupe González, encargadas de barnizar con huevo las roscas, coincidieron en mencionar que disfrutan de principio a fin el proceso.
“Lo más fácil es adornar la rosca, pero lo más difícil es estar pendiente del horno para que no se nos queme”, dijo Yolanda.
Cuando las Roscas de Reyes han salido del horno, se ponen a reposar, antes de pasar a la etapa de adorno, donde Liliana Ramírez, de Guadalajara y el guatemalteco Ronald Juárez se encargan de colocar frutos secos, acitrón, rodajas de cáscara de naranja, guayaba y membrillo, además de cerezas confitadas picadas.
“Yo conozco todo el proceso para hacer una Rosca de Reyes, pero lo que se me dificulta es unir las tiras de masa para armar el círculo”, comentó Gabriela González. “Para mí, lo más bonito es que, en Sonora Bakery todos trabajamos como si fuéramos parte de una segunda familia”.
El éxito de las Roscas de Reyes en ese negocio atrae a numerosas personas, quienes, desde 1986 cuando se inauguró el negocio siguen siendo clientes fieles de Denis Orstowski.
“Venimos desde Artesia por nuestra Rosca de Reyes”, dijo Elsa García-Chau, quien hizo parte de la tradición hispana a su esposo, Edward Chau, oriundo de Macao, una región autónoma en la costa sur de China.
Elsa señaló que su madre, María Luisa García le inculcó la tradición de poner un nacimiento del niño Dios en su casa, arrullarlo el 24 de diciembre y tener la cena del Dia de Reyes.
“El mejor regalo que me trajo fueron ocho monedas de 25 centavos de dólar ($2.00); era lo que mi madre podía darnos y yo me compraba mis chicles”, dijo sonriente.
“Creo que es una tradición cultural muy bonita”, añadió Edward Chau, a quien Danis Oratowski le obsequió gratuitamente una “mini” Rosca de Reyes, aparte de las que su mujer ya había comprado.
¡Rosca de Reyes veganas en el Este de Los Ángeles!
Panes, pasteles, postres y, aunque usted no lo crea, Rosca de Reyes ¡veganos! se expenden en Soy Concha Bakery, una panadería que abrió sus puertas hace dos años, en el 6164 Whittier Blvd, en el este de Los Ángeles.
“Antes de que abriéramos el negocio, mi cuñado Irving López se hizo vegano, y de esa manera decidimos ofrecer una alternativa saludable de panes, pasteles y postres a nuestros clientes”, dijo a La Opinión, Rosmel Mazariegos, un chef de Jalisco, México.
Si bien el pan dulce tradicional contiene huevos, leche y manteca de cerdo o grasa de cerdo, el pan dulce de Soy Concha Bakery no contiene nada de eso y está elaborado con todos los sustitutos de origen vegetal, incluido el azúcar, que es azúcar de caña orgánica vegana certificada.
“La leche entera o leche de vaca la sustituimos por leche de soya y los huevos por el jugo de garbanzo”, reveló Mazariegos. “Cuando el jugo de garbanzo suelta la proteína, le da la suavidad que necesita el pan, y el paladar de la persona siente que son los mismos ingredientes”.
Rosmel indicó que, en su establecimiento relativamente nuevo, están ofreciendo alternativas de consumo a las personas veganas.
“Vine por mi Rosca de Reyes vegana”, expresó la señora Marlene Caldera, residente de la ciudad de San Gabriel, en el Valle de San Gabriel. “Espero que durante la cena previa al 6 de enero me gane al “Baby Jesus”.
Ella desconocía la tradición del día de los Reyes Magos, la cual le fue explicada por su esposo, Michael Weller, un anglosajón agnóstico, quien es profesor de secundaria en El Monte.
“Mis alumnos me enseñaron la tradición, corté mi rebanada [de la rosca de reyes] y me dijeron que estaba comprometido a llevar tamales el 2 de febrero”, dijo Weller. “Lo que hice fue llevarles muffins y todos celebramos en la escuela”; pude entender la celebración en comunidad, y ahora puedo entender a mis amigos”.
Para Marlene, el significado más importante del Dia de Reyes es y será, “reunirme con la familia; estar juntos y celebrar que siempre cocinamos, como lo hacía mi madre, cuando vivíamos en el este de Los Ángeles”.