Demencia: casi el 50% de estadounidenses mayores de 55 años corren riesgo
El 42 % de los estadounidenses mayores de 55 años podría desarrollar demencia, según un nuevo estudio que destaca riesgos crecientes y desigualdades raciales
Un reciente estudio ha revelado que el riesgo de desarrollar demencia después de los 55 años en Estados Unidos alcanza el 42 %, superando ampliamente estimaciones previas.
Esta cifra resalta la urgencia de enfrentar una crisis sanitaria que se intensificará con el envejecimiento poblacional, ya que se proyecta que los nuevos casos anuales pasarán de 500,000 en 2023 a más de un millón para 2060.
La investigación, publicada en Nature Medicine, se basa en datos obtenidos durante más de tres décadas a través del Estudio Neurocognitivo sobre el Riesgo de Aterosclerosis en Comunidades (ARIC-NCS), que sigue la salud vascular y cognitiva de 16,000 participantes.
La demencia, caracterizada por el deterioro progresivo de la memoria, concentración y juicio, tiene causas multifactoriales.
El envejecimiento es un factor clave, pero también se relaciona con la hipertensión, diabetes, obesidad, estilos de vida sedentarios, mala alimentación y salud mental precaria. Genéticamente, la variante del gen APOE4, que influye en el transporte de lípidos en el cuerpo, representa un riesgo importante, especialmente en la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.
Las mujeres enfrentan un riesgo más alto (48 %) en comparación con los hombres (35 %), debido a su mayor esperanza de vida. Asimismo, los adultos negros presentan tasas desproporcionadamente altas, con un riesgo de hasta el 60 % en aquellos portadores del gen APOE4.
Josef Coresh, principal autor del estudio y director del Instituto de Envejecimiento Óptimo en NYU Langone, advierte sobre el impacto devastador que este aumento de casos tendrá en las próximas décadas.
“A partir de los 55 años, uno de cada dos estadounidenses enfrentará desafíos cognitivos significativos. Es un pronóstico que requiere una acción inmediata y efectiva para mitigar su impacto”, afirmó. La investigación destaca que el declive cognitivo suele comenzar en la mediana edad y se agrava con el tiempo, especialmente en poblaciones vulnerables.
Las tasas de demencia en personas de color se podrían triplicar
El estudio también arroja luz sobre las razones detrás de las estimaciones subestimadas en el pasado, atribuyéndolas a una documentación insuficiente en registros médicos, vigilancia limitada de casos en etapas tempranas y la falta de inclusión de minorías raciales.
La participación de afroamericanos en el ARIC-NCS durante más de 30 años permite una visión más precisa de cómo la desigualdad racial afecta el riesgo de demencia. En este contexto, se espera que las tasas de demencia en personas de color se tripliquen en las próximas cuatro décadas, mientras que entre los individuos blancos se duplicarán.
Las implicaciones de este aumento son significativas. Además del impacto en los pacientes y sus familias, los sistemas de salud enfrentan un desafío monumental. Coresh enfatiza que las políticas de prevención cardiovascular, como el control de la presión arterial y la diabetes, tienen un papel crucial para desacelerar el deterioro cognitivo. Sin embargo, se requieren esfuerzos más amplios, incluyendo la promoción de una mejor nutrición, educación infantil y acceso equitativo a servicios de salud.
Otro factor relacionado con el aumento del riesgo de demencia es la pérdida de audición en adultos mayores, una condición subestimada que solo un tercio de los afectados aborda con audífonos. Coresh aboga por programas gubernamentales que garanticen la disponibilidad y asequibilidad de dispositivos auditivos, subrayando su potencial para reducir el deterioro cognitivo.
El análisis final del estudio, que incorporó datos del Censo de EE. UU., proyecta que el riesgo de demencia supera el 50 % para quienes alcanzan los 75 años. Estas cifras evidencian la necesidad de invertir en estrategias para minimizar la gravedad de los casos y reforzar la infraestructura de atención médica, especialmente en comunidades desatendidas.
El informe destaca la importancia de actuar antes de que la carga de la demencia desborde a los sistemas de salud, mientras la ciencia sigue avanzando en el entendimiento de esta compleja enfermedad.
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