Texas realizó su primera ejecución del año, un reo que asesinó a un pastor en una iglesia

Un hombre acusado del asesinato del reverendo Clint Dobson, pastor de una Iglesia Bautista en Dallas fue ejecutado en Texas.

Steven Lawayne Nelson se convirtió en el primer reo del año en ser ejecutado en Texas, en la penitenciaría estatal de Huntsville, por medio de una inyección letal con barbitúricos.

Nelson fue acusado de golpear, estrangular y asfixiar con una bolsa de plástico al pastor Dobson en 2011, en el interior de la Iglesia Bautista NorthPointe en Arlington, así como de golpear severamente a la secretaria de la iglesia, Judy Elliott, quien resultó gravemente herida.

Más tarde, las tarjetas bancarias y el automóvil de Judy fueron utilizados por Nelson, según mostraron las cámaras de seguridad. Además, él tomó la computadora portátil de Dobson, pero dijo que uno de los otros hombres que participaron en la agresión le dio las llaves del auto y las tarjetas de crédito de Elliott.

Él sostenía que únicamente había servido como “vigía” durante el robo, y que cuando ingresó a la iglesia, encontró al pastor aún con vida. En sus declaraciones, señaló a otros dos hombres como culpables del crimen.

Dijo que esperó afuera de la iglesia durante unos 25 minutos antes de entrar, pero como ambos tenían tan buenas coartadas, no hubo ningún cargo en su contra.

Las huellas dactilares de Nelson fueron encontradas en la escena del crimen, además, trozos de su cinturón roto, así como gotas de sangre de las dos víctimas en su calzado.

Finalmente, a pesar de apelar en varias ocasiones ante tribunales estatales y federales, le fue aplicada una inyección letal de barbitúricos.

“Estoy en paz”

El Tribunal de Apelaciones Penales de Texas denegó la suspensión de la ejecución el 28 de enero, y la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó una solicitud de suspensión horas antes de la ejecución, a pesar de los antecedentes que tenía Nelson, aunados a una infancia difícil, llena de problemas legales y arrestos que comenzaron a los 6 años.

Su esposa, con quién contrajo nupcias mientras estaba preso, le acompañó hasta el último momento de su ejecución. En todo momento Nelson le dijo que la amaba, y que estaba agradecido. Señaló además, “No tengo miedo. Estoy en paz”.

Cuando comenzaron a administrarle la dosis letal del sedante dijo a su esposa Helene Noa Dubois: “Déjame ir a dormir”.

Por su parte, la familia del pastor expresó: “Como familia, hemos decidido aprovechar este día para centrarnos en los grandes recuerdos que tenemos de Clint en lugar de dedicarle tiempo a su asesino… Steven Nelson cambió nuestras vidas para siempre, pero nunca ha ocupado nuestras mentes… Extrañamos a Clint todos los días. Extrañamos su risa y su ingenio, sus consejos y su amor por nosotros”.

El hijo de Judy, Bradley Elliott, dijo: “Espero que hoy, cuando el señor Nelson dio su último suspiro, haya sido recibido por el mismo Salvador amoroso y bondadoso que nos ha acompañado en todo lo que hemos vivido… Sr. Nelson, lo perdonamos y esperamos verlo cuando nos llamen a casa desde aquí”.

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