Mazda rompe récords, pero sus beneficios caen un 35%
Mazda cerró 2024 con un récord de ventas en EE.UU., impulsado por sus SUV híbridos. Sin embargo, la rentabilidad de la marca cayó un 35%

Interior del Mazda CX-5. Crédito: Mazda. Crédito: Cortesía
Mazda enfrenta un panorama complejo tras revelar sus resultados financieros del último trimestre de 2024. Por un lado, la compañía logró un récord de ventas en Estados Unidos con 434,382 unidades comercializadas, impulsadas por la creciente demanda de SUV híbridos como el Mazda CX-50, CX-70 y CX-90.
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No obstante, la otra cara de la moneda muestra una caída del 35% en sus beneficios, debido al aumento en los costos de producción y los agresivos descuentos que la marca aplicó para mantener su competitividad en el mercado.
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Este desequilibrio también se reflejó en otras regiones clave para la marca, como Japón y Europa, donde las ventas experimentaron una contracción significativa.
Para contrarrestar esta situación, Mazda apuesta por una estrategia a largo plazo que involucra la transición hacia la electrificación.
En 2025, se espera el lanzamiento del Mazda 6e, su primera berlina totalmente eléctrica, mientras que en 2026 debutará el SUV eléctrico Mazda EZ-60.
Estos modelos serán determinantes para redefinir el futuro de la compañía en un mercado donde la electrificación avanza con rapidez.
Ventas históricas, pero a un alto costo
El mercado estadounidense sigue siendo la joya de la corona para Mazda. Durante 2024, la marca no solo batió su récord de ventas, sino que también logró mantener una tendencia positiva en enero de 2025. Sin embargo, este éxito no ha sido gratuito.
La compañía tuvo que incrementar sus incentivos y descuentos para atraer a los compradores, lo que generó una fuerte presión sobre sus ganancias.
Según informes financieros, el gasto en incentivos alcanzó los $3,204 dólares por vehículo en Estados Unidos, una cifra inferior al promedio de $3,875 dólares en ese mercado, pero lo suficientemente alta como para afectar su margen de beneficio.
Esto, sumado a los crecientes costos de materias primas y logística, redujo el beneficio neto operativo de la compañía a $287.7 millones de dólares.
Problemas en Japón y Europa
Mientras Mazda brilla en EE.UU., la situación en otras regiones no es tan alentadora. En Japón, las ventas cayeron un 1%, mientras que en Europa la caída fue más pronunciada, con una reducción del 8% hasta las 411,000 unidades.

Esta desaceleración ha obligado a la marca a replantear su estrategia y ajustar sus expectativas de ventas globales para 2025, reduciendo la meta de 1.35 millones de unidades a 1.33 millones.
Para mitigar esta situación, Mazda planea un recorte de gastos significativo de $635.1 millones de dólares.
Este ajuste busca optimizar la eficiencia operativa y preparar el camino para la llegada de nuevos modelos electrificados que puedan recuperar la rentabilidad en mercados clave.
La electrificación como estrategia de futuro
A pesar de los desafíos, Mazda mantiene una visión optimista sobre su futuro.
La electrificación jugará un papel clave en la estrategia de la marca, con el objetivo de reducir su dependencia de los SUV híbridos y aumentar su presencia en el segmento de vehículos 100% eléctricos.
Uno de los lanzamientos más esperados es el Mazda 6e, una berlina eléctrica que debutará en 2025 y que ya ha mostrado un rendimiento positivo en China.
Este modelo, que busca competir con el Tesla Model 3 y el Hyundai Ioniq 6, podría convertirse en un pilar fundamental para Mazda en su transición hacia la movilidad eléctrica.
Por otro lado, en 2026, Mazda presentará su SUV eléctrico Mazda EZ-60, que se espera sea un rival directo del Volkswagen ID.4 y el Ford Mustang Mach-E.
Con esta nueva oferta, la marca busca consolidar su posición en el mercado eléctrico y responder a la creciente demanda de este tipo de vehículos a nivel global.
Desafíos y oportunidades en la electrificación
El camino hacia la electrificación no será fácil para Mazda. La marca ha sido tradicionalmente cautelosa en su adopción de tecnologías eléctricas, enfocándose primero en la optimización de motores de combustión y la hibridación.
No obstante, la creciente regulación ambiental y la expansión de marcas chinas en el mercado europeo y estadounidense han acelerado la necesidad de un cambio.
Uno de los mayores desafíos para Mazda será la competitividad en precios. Mientras Tesla y fabricantes chinos como BYD ofrecen modelos con autonomías elevadas y precios competitivos, Mazda tendrá que encontrar un equilibrio entre calidad, innovación y costos de producción.
Mazda se encuentra en una etapa de transición crucial. Si bien sus SUV híbridos le han permitido alcanzar cifras récord de ventas, la caída en beneficios y las dificultades en mercados como Japón y Europa reflejan la urgencia de adaptarse a una industria en transformación.
La apuesta por modelos eléctricos como el Mazda 6e y el EZ-60 será clave para definir el rumbo de la compañía en los próximos años.
Si logra posicionarse con éxito en el mercado de vehículos eléctricos, podría revertir la caída en rentabilidad y consolidar su presencia en la nueva era de la movilidad. Sin embargo, el desafío será enorme, y el resultado aún es incierto.
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