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Europa reevalúa el veto a gasolina en 2035: ¿plan alterno?

La Unión Europea, bajo la creciente presión de los fabricantes de automóviles, está reconsiderando su ambicioso plan de prohibir coches de combustión en 2035

Vehículo eléctrico foto de Tesla

Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía

Desde que la Unión Europea aprobó su ambicioso plan para eliminar los motores de combustión en 2035, la industria automotriz ha manifestado dudas sobre la viabilidad de esta transición.

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Ahora, la Comisión Europea está evaluando modificaciones a la normativa que podrían permitir la venta de ciertos híbridos enchufables más allá de esa fecha.

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Las razones de esta reconsideración son diversas. En primer lugar, el freno en las ventas de coches eléctricos en 2024 ha encendido alarmas en Bruselas.

Con una cuota de mercado estancada en torno al 18 %, los fabricantes europeos han advertido que el mercado aún no está listo para una electrificación total.

A esto se suma la competencia feroz de las marcas chinas, que están ganando terreno con vehículos más accesibles y tecnología avanzada.

Según un informe publicado por Spiegel, la Comisión Europea está manteniendo conversaciones con los fabricantes para encontrar un camino intermedio. “La flexibilidad es clave para evitar el colapso de la industria”, señalan fuentes cercanas al proceso.

Una de las opciones que se está discutiendo es permitir que los híbridos enchufables continúen en el mercado después de 2035, siempre que cumplan con una autonomía eléctrica mínima.

Esto podría beneficiar a fabricantes como BMW y Mercedes-Benz, que han invertido significativamente en esta tecnología.

La presión de la industria ha sido determinante en esta posible flexibilización. Volkswagen, por ejemplo, ha reportado problemas en la demanda de sus modelos eléctricos, mientras que Stellantis y Renault han pedido plazos más amplios para la transición.

Además, la falta de infraestructura de carga sigue siendo un obstáculo para la adopción masiva de coches eléctricos.

A pesar de estos ajustes, la Comisión Europea insiste en que la descarbonización del transporte sigue siendo una prioridad.

Se espera que el próximo 5 de marzo se presente un nuevo plan de transición, donde se definirán los términos exactos de la flexibilización y las condiciones para los híbridos enchufables.

El debate sobre el futuro de los motores de combustión en Europa está lejos de resolverse.

Mientras la tecnología eléctrica sigue avanzando, la necesidad de un enfoque pragmático podría dar lugar a un modelo de transición más equilibrado, donde los híbridos enchufables jueguen un papel clave en los próximos años.

La presión política y económica

La política también juega un papel clave en esta reconsideración. Países como Alemania, Francia e Italia han expresado su preocupación por la pérdida de empleos en la industria automotriz, que emplea a millones de personas en toda Europa.

Un cierre abrupto de la producción de motores de combustión podría tener consecuencias económicas devastadoras, especialmente en regiones donde la industria automotriz es un pilar fundamental de la economía.

Por otro lado, los consumidores también muestran señales de resistencia al cambio.

La diferencia de precio entre un coche eléctrico y uno de combustión sigue siendo considerable, y las ayudas gubernamentales para la compra de eléctricos han disminuido en muchos países, lo que afecta la decisión de compra de los ciudadanos.

El papel de la infraestructura

Otro punto crítico es la infraestructura de carga. Si bien se han realizado avances en la expansión de puntos de carga, muchas regiones europeas todavía carecen de una red suficiente para garantizar una transición fluida.

En países como España o Italia, la falta de estaciones de carga rápida sigue siendo un obstáculo importante.

Además, las preocupaciones sobre la autonomía y los tiempos de recarga de los coches eléctricos siguen afectando la confianza del consumidor.

Esto hace que los híbridos enchufables sean una alternativa atractiva, ya que combinan la eficiencia de la propulsión eléctrica con la seguridad de un motor de combustión.

La revisión de la prohibición de los motores de combustión en 2035 refleja la complejidad de la transición energética en Europa.

Si bien la electrificación sigue siendo el objetivo final, la realidad del mercado, la presión política y las limitaciones tecnológicas han obligado a la Unión Europea a considerar alternativas más flexibles.

La posibilidad de permitir los híbridos enchufables más allá de 2035 puede ser una solución intermedia que equilibre la necesidad de reducir emisiones con la estabilidad de la industria automotriz.

Sin embargo, el futuro de esta normativa aún está por definirse y dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses.

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