NIH exploran el vínculo entre alimentos ultraprocesados y enfermedades cardíacas
El consumo de ultraprocesados aumenta y se asocia con más enfermedades cardíacas. Expertos instan a reducir su consumo y priorizar una alimentación saludable

Se caracterizan por ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y aditivos. Crédito: industryviews | Shutterstock
El consumo de alimentos ultraprocesados ha alcanzado niveles sin precedentes en Estados Unidos. Se estima que hasta el 70 % de la dieta estadounidense proviene de estos productos, que incluyen desde perritos calientes y patatas fritas hasta bebidas azucaradas y nuggets de pollo. Estos alimentos han sido modificados con aditivos para mejorar su sabor, textura y duración, pero cada vez más investigaciones los vinculan con graves problemas de salud.
La relación entre los alimentos ultraprocesados y enfermedades cardiovasculares es un tema de creciente preocupación en la comunidad científica. Aunque las investigaciones en esta área han sido limitadas, un estudio reciente financiado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) ha encontrado evidencia significativa que asocia el consumo de estos alimentos con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Este estudio observacional, que analizó datos de más de 1,2 millones de personas, reveló que quienes consumían la mayor cantidad de alimentos ultraprocesados tenían un 17 % más de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un 23 % más de probabilidades de padecer enfermedad cardíaca coronaria y un 9 % más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Estos hallazgos refuerzan la preocupación de los expertos sobre los efectos de estos productos en la salud.
Los investigadores identificaron que algunos alimentos ultraprocesados son particularmente dañinos para el corazón. Entre ellos, destacan las bebidas azucaradas y las carnes procesadas, como los perritos calientes y los embutidos. Sin embargo, no todos los ultraprocesados parecen tener el mismo impacto negativo. Algunos productos como los cereales integrales, el yogur y ciertos tipos de cereales de desayuno mostraron una menor asociación con enfermedades cardíacas.
El problema con los ultraprocesados va más allá de su composición. Un estudio clínico realizado en 2019 por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) encontró que las personas que seguían una dieta rica en estos alimentos consumían más calorías y aumentaban de peso con mayor rapidez que aquellas que llevaban una dieta basada en alimentos mínimamente procesados. Este hallazgo sugiere que los ultraprocesados pueden fomentar el sobreconsumo de calorías, lo que a su vez contribuye a la obesidad y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.
El doctor Kevin D. Hall, autor principal del estudio, explica que entender por qué los ultraprocesados conducen a un mayor consumo de calorías es clave para reducir su impacto en la salud. Algunos mecanismos potenciales incluyen la inflamación, la alteración del sistema inmunológico y cambios en el microbioma intestinal. Actualmente, Hall y otros investigadores están explorando estos factores en nuevos estudios.
Además del impacto cardiovascular, el consumo excesivo de ultraprocesados se ha vinculado con otras enfermedades graves, como la hipertensión, la diabetes tipo 2, el cáncer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. También se ha observado que estos productos agravan las desigualdades en salud, ya que son más accesibles y asequibles para personas con bajos ingresos, quienes a menudo tienen menos acceso a opciones más saludables.
A pesar de la creciente evidencia sobre sus efectos negativos, el consumo de alimentos ultraprocesados sigue en aumento. La doctora Alison Brown, del NHLBI, advierte que aunque eliminar por completo estos alimentos puede ser difícil, reducir su consumo es una de las mejores estrategias para mejorar la salud. Recomienda leer cuidadosamente las etiquetas de los productos, priorizar una dieta basada en cereales integrales, frutas y verduras, y evitar aquellos alimentos con altos niveles de grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio.
En este contexto, dietas como el enfoque Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH) han demostrado ser efectivas para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al promover el consumo de alimentos frescos y naturales.
A medida que los investigadores continúan explorando los mecanismos exactos detrás de los efectos nocivos de los ultraprocesados, la evidencia actual es clara: estos productos están contribuyendo a un aumento en enfermedades crónicas. Reducir su consumo y optar por una alimentación más natural podría ser una de las estrategias más efectivas para mejorar la salud pública.
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