Familia se resiste a perderlo todo a consecuencia del incendio Eaton
Anavela lleva 25 años viviendo en Altadena y ahora lucha para reconstruir su casa

Anavela Vega, Dave Stone y el muñeco de Fernando Valenzuela. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia
En un cuarto especial Anavela Vega tenía cajas y cajas de tarjetas y otros objetos de colección del famoso lanzador de los Dodgers, Fernando Valenzuela; eran recuerdos de su padrastro, Juan Estrada Barraza, que tanto amaba.
Un comprador le quiso dar $30,000 dólares por la colección, pero de acuerdo con Anavela, todo el material recaudado por su padrastro valía más que eso.
No obstante, con el incendio Eaton, ella perdió todos esos recuerdos, pero dice estar feliz porque la colección que se perdió en las llamas ahora regresó con su dueño original en el cielo.
“Pudo haber sido mucho el valor material, pero para mí el valor sentimental era mucho más importante”, agrega. “Estoy contenta de que él [mi padrastro] se lo llevó”.
La inmigrante latina tenía 28 años viviendo en Altadena debido a la tranquilidad, naturaleza y calma que existe en la zona.
Cuando comenzó el incendio Eaton, Anavela estaba en su trabajo en un hospital psiquiátrico cuando un psicólogo le avisó que Altadena estaba en llamas. Ella respondió que se acaba de ir del área hace una media hora y no había nada.

El psicólogo le mostró videos del incendio en su celular y Anavela rápidamente regresó a su hogar.
“Había luz, había todos los servicios, pero era imposible pensar que de donde comenzó el incendio en el cañón, iba a llegar a la casa”, explicó.
Al llegar a su hogar, se reunió con su esposo, José Luis Vega, y ambos empezaron a empacar ropa por si tenía que irse del área, pero solo guardaron ropa para tres días ya que esperaban regresar pronto.
Mientras los dos esperaban que terminara rápido el incendio, los servicios de luz y agua dejaron de funcionar.
“Se veía muy lejos el incendio pero sí olía el humo y el aire estaba como a 100 millas por hora”, recuerda Anavela, quien agarró su camioneta y partió rumbo a Pasadena con familiares.
Junto con su yerno, Anavela regresó a Altadena para poder salvar a otro carro que tenía. Ya para ese momento pudo ver las bolas de fuego y humo negro que acechaban cerca de su hogar.
Por suerte pudo salir con el carro, pero aún dejó su otro carro, un Mustang 1994 convertible que tanto apreciaba, y claro, perdió su hogar.
“Aquí terminó nuestro sueño”, dijo Anavela entre lágrimas. “Aquí terminó todo”.
Mientras la latina se encargó de sacar algunas cosas y los carros fuera de peligro, su esposo se quedó un poco de más tiempo para ayudar a una vecina a salvarse.
La vecina de al lado, Helen, estaba rezando, mientras las llamas se acercaban a su hogar, así que José Luis tuvo que auxiliarla.
“Esto no es para rezar, Helen es hora de irnos”, dijo José Luis a la vecina y aunque empezó a llorar, finalmente la puso a salvo con apoyo de la policía.
Por los siguientes tres días después del incendio, José Luis no pudo dormir debido al trauma de perder su hogar, sus cosas personales y la comunidad que conoció por casi tres décadas.
Dos semanas después, Anavela se puso en contacto con su vecina Helen y descubrió que se estaba quedando en un hotel, pero ya no tenía dinero para comer. Es por eso que se la llevaron a su departamento en Pasadena.
Anavela y su esposo aún quieren reconstruir su hogar pero cuando recibieron el dinero de seguro de su casa, no saben si tendrán lo suficiente.
“Cuando yo compré mi casa nos costó medio millón”, dijo la latina. “Y ahora la casa tiene un valor de 2 millones de dólares”.
La pareja metió su aplicación para fondos de FEMA, pero aún no han recibido una respuesta.
No obstante, Anavela dijo que un vecino recibió $750.
“Tú crees que con $750 te vas a ayudar? Sí estamos pagando $2,500 de renta, más el pago de la hipoteca”, dijo Anavela frustrada.
La pareja habló con la compañía hipotecaria, pero el único beneficio que ofrecieron fue de tres meses sin pagar, pero al fin de los tres meses se tiene que pagar lo que no se pagó.
Anavela aún está creando un listado de todas las cosas que perdió en el incendió. Cada noche agrega algo más a su lista y le duele acordarse de lo sucedido.
“Yo recuerdo cada cosa que tenía aquí y no hay dinero que me paguen para recuperar lo que había”, recuerda. “Mis recuerdos, mis memorias nadie me las va a pagar y se van a quedar en mi corazón”.
Durante una de las pocas veces que fue a visitar su hogar después del incendió, Anavela se encontró con Dave Stone, creador de la cuenta Not EV que destaca los carros perdidos en el incendio Eaton, y después de escuchar su historia Stone le dió un regalo especial.
“Mira -dice-, te voy a regalar a Fernando”, dijo Stone con una sonrisa, al mismo tiempo que le entregaba a Anavela un muñeco cabezón de Fernando Valenzuela.